EL ALMA DEL EBRO. Zaragoza.

El 7 de mayo de 2007 Expoagua Zaragoza 2008 S.A., organizadora de la Exposición Internacional de Zargoza 2008, encargó al escultor Barcelonés Jaume Plensa la realización de una escultura para colocarla en el recinto de la futura Exposición Internacional del año 2008 que se iba a celebrar en Zaragoza. Su ubicación se fijó en la Plaza de la Expo delante de la fachada del Palacio de Congresos, obra de Nieto Sobejano, entre el Pabellón Puente de Zaha Hadid y la Torre del Agua de Enrique de Teresa.

La escultura costó 1.160.000 euros. Y dentro de las obras realizadas de este estilo por Plensa es la más grande, mide 12 metros de alto y 7,5 metros de ancho. Se compone de letras de acero inoxidable lacadas en blanco que forman una figura humana.

En el momento de la inauguración del monumento, el mismo autor habló de su obra en estos términos: ” la obra representa a un ser humano sentado, en posición casi fetal, que "mira para dentro más que para fuera", por lo que “la intención es precisamente invitar a los visitantes a que compartan ese recogimiento". La letra como símbolo de la célula, como metáfora de una sociedad en la que una sola persona "no tiene peso", explicó el artista, al tiempo que resaltó que también establece un paralelismo con el cuerpo, "una arquitectura que protege algo muy frágil como es el alma".

A su juicio, el cuerpo humano, más del 60% agua, era un "elemento clave" en un evento internacional cuyo lema era "Agua y desarrollo sostenible", y por ello aseguró que la escultura también pretendía dar protagonismo a las personas, parte fundamental de la sociedad.

La escultura está sin terminar en sus contornos, pudiendo entrar en su interior, como aludiendo al alma de la figura. La luz es muy importante en esta obra, ya que cuando el sol incide en ella en el suelo se proyectan letras y palabras.

El autor da a entender que una sola letra no tiene significado, pero si el conjunto de letras que forman palabras y conceptos, poniéndolo en relación con la individualidad de la persona frente a la sociedad.

En su momento hubo una cierta polémica con esta escultura, ya que el autor había realizado con anterioridad obras muy parecidas a ésta ubicadas por todo el mundo, en Praga, Paris, Tel Aviv o Iowa, entre otros lugares. En el año 2009 el autor comentaba: “Desde hace tiempo estoy obsesionado con el alma y esta imagen es una de mis señas de identidad. Por eso considero insultante que la gente crea que esto es una copia o una réplica, porque no lo es ni mucho menos…”.