LOS COLORES DEL CIELO. HISTORIAS DE MI JARDÍN ENCANTADO.

Llevaba largo rato oyendo a su perro ladrar en el jardín; ella pensó: "ya está otra vez el gato negro en el tejado, o la cigüeña Patas Largas, que nuevamente se ha posado en la casa de La Luna".

Creyó que pronto se le pasaría la rabieta y se calmaría: pero no, él seguía y seguía con sus fuertes gruñidos, cada vez más nervioso e irritado. Intrigada salió al jardín, y vio a Chusco mirando hacia el cielo, ladrando sin parar, levantando sus patas al aire.

Al alzar la vista hacia lo alto, un estremecimiento sintió en su piel, al descubrir el cielo más azul que nunca había divisado; un azul, salpicado de tonos rosados y naranjas prodigiosos, que le hicieron sentarse en su silla de lectura y contemplar el milagro que tenía delante de sus ojos.

Y allí, sentados, quedaron los dos, mirando ese fascinante espectáculo crepuscular, hasta que las sombras cubrieron el jardín encantado.

Dedicado a Chusco, que algún día se hará amigo de la cigüeña Patas Largas.