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EL “PALACIO DE LA CIENCIA Y DEL SABER”. EL PARANINFO, OBRA DEL ARQUITECTO RICARDO MAGDALENA


En Zaragoza ya existía desde el siglo XII una “Escuela Superior”, pero la Universidad como tal fue fundada por Pedro Cerbuna en 1583 (denominada Imperial y Pontificia Universidad Literaria de Zaragoza). En ella se estudiaba Teología, Filosofía, Cánones, Jurisprudencia, Medicina y Artes. En el último decenio del siglo XIX la Universidad zaragozana se ubicaba en el edificio situado en la Plaza de la Magdalena, en el que se concentraba la biblioteca, la facultad de Filosofía y Letras, Derecho y Ciencias. En el año 1807 fue suprimida la Facultad de Medicina, no volviendo a restaurarla hasta el año 1866. Las clases de medicina se impartían en un edificio que no reunía condiciones al lado del Hospital de Nuestra Señora de Gracia. Por ese motivo el catedrático de medicina y concejal del ayuntamiento don Joaquín Gimeno Fernández Vizarra se puso en contacto con don Julián Calleja Sánchez, médico y primer presidente del Colegio de médicos de Madrid, con el que tenía gran amistad, para que le ayudara en su empeño de construir una nueva Facultad de Medicina y Ciencias en Zaragoza.


Fotografía: Retrato de Joaquín Gimeno Fernández. Archivo Histórico Provincial de Zaragoza.


Don Julián Calleja convenció al por entonces presidente del consejo de Ministros: don Práxedes Mateo Sagasta, el cual promovió el asunto, saliendo finalmente el 20 de marzo de 1886 un decreto en el que se decidía la construcción de una facultad de Medicina y Ciencias en Zaragoza. Tres arquitectos se barajaron para llevar a cabo tal encargo: Fernando de Yarza, Félix Navarro y Ricardo Magdalena, eligiendo finalmente el proyecto de éste último; siendo la empresa constructora: Juan Pruneda y García la encargada de llevarlo a cabo. El presupuesto original fue de 2.345.121,36 pesetas, que subió al tener que reforzar los cimientos a causa de la cercanía del río Huerva. En definitiva el coste subió a 2.852.521,20 pesetas, pagadas por el Estado; y 180.000 (precio del solar), que fue abonado por el ayuntamiento de la ciudad y la Diputación Provincial.


Este proyecto fue la consagración de Ricardo Magdalena como uno de los arquitectos más importantes del momento, uniendo el estilo de los palacios renacentistas aragoneses con el mudéjar; dos estilos de gran raigambre en Aragón.


Busto de Ricardo Magdalena realizado por el escultor José Julio Bueno y Gimeno. 1909. Museo Provincial de Zaragoza.


Los encargados del proyecto estuvieron examinando los solares existentes para poder elegir el más adecuado para construir todo el conjunto proyectado. Finalmente la Diputación y el ayuntamiento de la ciudad compraron unos terrenos situados en el conocido como “Campo hondo de Lezcano”. Solares que se ubicaban a extramuros de la Puerta de Santa Engracia, a la izquierda del río Huerva, que en aquella época estaba descubierto; y a la derecha de la calle de los Cubos (actual calle Doctor Cerrada), En el plano de Casañal podemos ver las plantas del Paraninfo (1), del Hospital Clínico (2) y del desaparecido edificio de Disección (3), hoy biblioteca de Económicas.


Plano del Casco Histórico de Zaragoza realizado por Dionisio Casañal y Zapatero en 1911. Ayuntamiento de Zaragoza. Con una flecha roja os he señalado las plantas de los tres edificios.

Con su construcción se separó en “diferentes edificios las ramas de Ciencias y Humanidades” (las segundas permanecieron en la Plaza de La Magdalena). Años más tarde, en 1933, se comenzó el proyecto de la Ciudad Universitaria en la plaza de San Francisco, donde se ubicarían el resto de las facultades.


La erección de este edificio fue un gran acontecimiento en la Zaragoza de la época, ya que suponía la llegada “del progreso científico a la ciudad”.


En la fotografía podemos ver la facultad de Medicina y Ciencias al fondo, y en primer término la Puerta de Santa Engracia (hoy Plaza de Aragón). Este edificio fue la primera obra civil construida a extramuros de la ciudad, ya que la puerta de Santa Engracia no se abrió hasta 1894, lo que motivó años más tarde el crecimiento de la ciudad hacia el sur, proyecto iniciado por el mismo Magdalena.


Fotografía coloreada. Archivo histórico provincial de Zaragoza.


La primera piedra del edificio la colocó a las once de la mañana del 21 de marzo de 1887 el director General de Instrucción Publica don Julián Calleja en nombre de la reina regente doña Cristina, ante la presencia del obispo auxiliar don Vicente Alda y de todas las autoridades zaragozanas. La noche anterior se celebró una cena en honor al acto en el antiguo Teatro Pignatelli (situado donde hoy está el edificio de Correos y Telégrafos en el Paseo de la Independencia).


Dibujo de Álvarez Dumont: ceremonia de la colocación de la primera piedra en los terrenos del Campo Hondo de Lezcano. Fotografía del Ayuntamiento de Zaragoza.

El arquitecto, su ayudante Antonio López; y la empresa constructora de Juan Pruneda tuvieron que enfrentarse al problema de la cercanía del río Huerva, que por aquel entonces discurría abierto junto al edificio. Un año después de empezar las obras tuvieron que construir un malecón y una sólida cimentación para salvar las venidas del río.


En la fotografía de M.F. Coyne (A.H.P.Z.) podemos ver el cauce del Huerva (La Huerva) en 1918 (datación Zaragoza antigua) a su paso por la actual Gran Vía, a la derecha el Paraninfo y el Hospital Clínico.

La obra fue terminada en la primavera de 1892 e inaugurado finalmente por el ministro de Fomento don Segismundo Moret y Prendergast, diputado a Cortes por Zaragoza, el 18 de octubre de 1893, ante la presencia del cardenal Sr. Benavides, el obispo de Huesca Sr. Alda y demás personalidades de la Zaragoza de la época.


Podemos observar en el centro de la cabecera, entre las dos vidrieras, el retrato de la Reina regente María Cristina de Habsburgo-Lorena con su hijo el futuro rey Alfonso XIII.


En la fotografía podemos ver el grabado realizado por Tomás Carlo Capuz el 8 de noviembre de 1893, en el que se representa la “solemne fiesta literaria presidida por el ministro de Fomento para celebrar la inauguración del nuevo edificio destinado a las facultades de Medicina y Ciencias”. Publicado en la Revista: La Ilustración Española y Americana. Wikipedia.

El proyecto constaba de tres edificios con grandes ventanales: el principal (hoy Paraninfo) en donde en su zona oriental se ubicó la facultad de Medicina; y en el lado opuesto la de Ciencias; en la parte posterior el Hospital Clínico (hoy Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales); y la sala de Disección para medicina (sin uso desde 1977), que fue demolida para construir la biblioteca de la Facultad de Económicas, todos ellos rodeados de verjas que los aislaban del exterior. En 1905 el mismo Magdalena proyectó el Instituto Anatómico Forense “Bastero Lerga” (que luego veremos), donde se estableció también el depósito judicial de cadáveres.


En la fotografía ya vemos que la Puerta de Santa Engracia ha desaparecido y ya se estaba comenzando la urbanización de toda la zona.


Fotografía. Juan Mora Insa. A.H.P.Z.

La celebración del Centenario de los Sitios en 1908 supuso un cambio importantísimo en la Zaragoza de principios del siglo XX. Se realizó la urbanización de la Huerta de Santa Engracia, cubriéndose entre 1925-32 el río Huerva. El proyecto fue realizado por el arquitecto Miguel Ángel Navarro, creando dos nuevos paseos: la Gran Vía (antiguo Calvo Sotelo) y el Paseo de la Constitución (antigua Marina Moreno).


En la fotografía de Lucién Roisin (colección particular) del año 1931 (datación Zaragoza antigua) podemos ver el Paseo de La Gran Vía ya cubierto. A la derecha la Facultad de Medicina y Ciencias, tras ella el Hospital Clínico, y el edificio de viviendas construido en 1929 por el arquitecto Miguel Angel Navarro Pérez (que en los años 40 del siglo XX pasó a pertenecer al ejército del Aire hasta 1989 que realizaron en él pisos particulares).

La Facultad de Medicina y Ciencias ha sufrido a lo largo de los años varias reformas. En el año 1917 un incendio provocó daños que fueron reparados por el arquitecto Luis de La Figuera y Lezcano, el cual volvió a rehabilitar el edificio tras un bombardeo en 1937, durante la Guerra Civil.


La facultad de Ciencias ocupó parte del inmueble hasta 1967, año en el que se trasladó a su nueva facultad construida en el Campus Universitario de la Plaza de San Francisco. Lo mismo ocurrió con la Facultad de Medicina, que hizo lo propio en el año 1973.


En el año 1983 restauró la fachada, cubierta y paramentos el arquitecto Ángel Peropadre Muniesa, interviniéndose también la Biblioteca Universitaria que fue instalada un año más tarde.


El antiguo Hospital fue adecuado para facultad de Económicas y Empresariales por el arquitecto Francisco García Martín entre 1986-88. En el año 2003 se derribó el edificio de Disección y se construyó la biblioteca de la nueva Facultad de Económicas, con proyecto de Basilio Tobías. En lo que respecta al Paraninfo, fue remodelado entre 2006 y 2008 por los arquitectos Luis Franco y Mariano Pemán, quienes devolvieron al edificio su esplendor. Hoy en día sirve de rectorado, sala de Exposiciones y como centro para la celebración de congresos y eventos universitarios.


La obra está dentro de un estilo historicista, en donde el arquitecto Magdalena dio rienda suelta a su manera de representar un edificio mirando al pasado, a los palacios renacentistas italianos y aragoneses; y al mudéjar aragonés. El precedente lo encontramos en la facultad de Veterinaria de Madrid, proyectada en 1877 por Francisco Jareño, antiguo profesor de Magdalena en la Escuela de Arquitectura de Madrid, hoy Instituto de Bachillerato Cervantes.


Realizado con ladrillo a cara vista de color blanco amarillento presenta planta baja, en la que se ubicaban el despacho del decano, aulas, museo de Ciencias Naturales, biblioteca de medicina, laboratorios. En la segunda planta, a la que se accede por medio de la gran escalera central, se situaban el salón de actos, Aula Magna, biblioteca de ciencias, despachos, aulas, biblioteca general de ambas facultades. En el siguiente piso se encontraban las viviendas de subalternos, un torreón con el laboratorio de química inorgánica; y encima el Observatorio Metereológico. En los sótanos estuvo la Escuela de Artes y Oficios, posteriormente los Exploradores, y más tarde los Estudios de Radio Zaragoza. En los años 50 del siglo XX se instaló el Instituto del Combustible, instalaciones de química Técnica y Ciencias Naturales. Hoy es Museo de Ciencias Naturales.


La fachada principal, que se ubica en el antiguo Paseo de la Lealtad (hoy plaza Basilio Paraíso), tiene estructura simétrica, con juego de cuerpos adelantados y retranqueados. El edificio tiene un zócalo de piedra de Tafalla (Navarra), y sobre éste el arquitecto construyó en ladrillo. Tras subir una escalinata accedemos a la puerta de entrada principal, flanqueada por otras dos puertas laterales, todas en piedra labrada, separadas por pilastras. Las puertas se abren en arcos de medio punto, en cuyas enjutas se concentra toda la decoración con motivos vegetales y tondos con alusiones a la Medicina y a la Ciencia. Por encima un entablamento en el que se conserva la inscripción: FACULTADES DE MEDICINA Y CIENCIAS DE ZARAGOZA. A ambos lados del cuerpo central se extienden dos alas que continúan por la calle Doctor Cerrada, a la derecha; y por el Paseo de la Gran Vía, a la izquierda (del espectador). En todo el contorno del edificio se ve la misma decoración a base vanos de medio punto, medallones con emblemas y personajes de la Medicina, a la izquierda; y de la Ciencia, a la derecha.


Las hojas de las puertas de entrada al edificio son de madera de pino y nogal, cuya parte superior se decora con forja, a base de motivos vegetales. Fue realizada por el rejero Martín Rizo. En las enjutas de los arcos motivos de la Medicina y la Ciencia (en la fotografía que corresponde a la puerta lateral de la izquierda, vemos la mano abierta, símbolo de la Cirugía; y al otro lado la Higiene).


Detalle de la forja de la puerta principal. En las enjutas, a la izquierda el tondo con la representación de la Medicina (el gallo de Esculapio o el Asclepio romano, dios de la medicina, al que se le ofrecía un gallo en señal de gratitud cuando alguien sanaba; a la derecha el búho símbolo de la Ciencia y la sabiduría.


Por encima de la puerta principal un frontón da paso a un segundo nivel en el que se abren tres grandes ventanales, que corresponden al salón de actos o Paraninfo. Los laterales están adornados con magníficas vidrieras realizadas por la Casa Degrand de Burdeos. En las enjutas, en los extremos encontramos las letras M y C entrelazadas, en el centro los tondos con los rostros de Esculapio (hijo de Apolo y de la ninfa Coronis, que simboliza la medicina), a la izquierda; y Euclides (fundador de la escuela matemática de Alejandría en el siglo III), a la derecha.


Sobre ellas, una galería de arquillos trasdosados sobre la que descansa un gran alero de madera tallada de gran vuelo, como en los palacios renacentistas aragoneses. Esta misma disposición la podemos observar en las dos prolongaciones laterales.


Detalle del frontón decorado en el centro con el retrato de Minerva, la diosa de la sabiduría y de las artes en la mitología romana. El mismo Magdalena quiso que esta diosa presidiera la fachada del “Palacio de la Ciencia y el Saber”, apelativo que utilizó el arquitecto cuando hablaba de este edificio. Sobre él, flanquea el escudo de España. Cuartelado con las armas de Castilla, León, Aragón y Navarra, en el centro el escusón de Borbón-Anjou, y en la punta las armas de Granada. En la parte superior la corona real, a ambos lados las columnas de Hércules con la inscripción Plus y Ultra. El escudo en relación a la ayuda económica por parte de la corona.


En la fachada principal se representan cuatro personajes relacionados con la Universidad de Zaragoza, sentados sobre pedestales de piedra de La Puebla de Albortón. Son figuras realizadas en piedra blanca de Fonz por los escultores Dionisio Lasuén (natural de La Muela, Zaragoza) y el barcelonés Jaime Lluch, dentro de un realismo academicista. De izquierda a derecha: Andrés Piquer, Miguel Servet, Jordán de Assó y Fausto de Elhujar.


El escultor Jaime Lluch realizó el retrato del insigne médico y filósofo Andrés Piquer Arrufat. Nacido en 1711 en Fornoles (Teruel). La escultura esculpida en mármol de Fonz (como las demás).


Todas las esculturas de esta fachada siguen la misma pauta: en este caso Jaime Lluch a tallado a Piquer sentado en un sillón frailero cruzando las piernas y mirando hacia lo alto. En el frente inscripción que identifica al personaje con letras capitales. En el lateral izquierdo de la base está la firma del escultor: "J. LLUCH".


A su izquierda el teólogo y científico Miguel Servet, realizado por el escultor Dionisio Lausén. Servet, nacido en Villanueva de Sigena (Huesca), al que se debe el descubrimiento de la circulación pulmonar. Sus teorías y opiniones le llevaron a la hoguera en Ginebra en 1553.


Servet está sentado con una actitud pensativa, apoyando su mano izquierda en su mejillla. En el frente inscripción que identifica al personaje. En el lateral derecho está la firma del escultor: "D. LASUÉN".


Al otro lado de la puerta principal, el zaragozano Ignacio Jordán de Assó y del Río, realizada por Dionisio Lausén. Assó fue un estudioso de filología, derecho, economía, botánica, geología y zoología del siglo XVIII.


Aparece Assó sentado en un sillón frailero, mirando una flor que lleva en su mano izquierda, mientras en su mano derecha porta una lupa. En el frente inscripción que identifica al personaje. En el lateral derecho está la firma del escultor: "D. LASUÉN".


Se representa al científico riojano Fausto de Elhujar y de Silva, químico e ingeniero que vivió entre 1755-1833. Fue el descubridor del mineral wólfram, tan importante hoy en día.


Elhuyar está, como todos los personajes, sentado en un sillón frailero, apoyando en su pierna izqquierda un libro. En el frente inscripción que identifica al personaje. En el lateral izquierdo está la firma del escultor: "J. LLUCH".


Los laterales de la fachada principal, cuyos extremos terminan a modo de torreones con tejado a cuatro aguas, siguen la estructura de los palacios renacentistas italianos y aragoneses.


En uno de los laterales vemos los tondos, a la izquierda la representación de la uretrotomía; a la derecha, la esfigmodrafía (ramas de la medicina).


Para conocer toda la iconografía que podemos encontrar en el Paraninfo os remito a la obra de Guillermo Fatas: El edificio Paraninfo (os lo pongo en la bibliografía).


Todos los muros del edificio están adornados con arquerías de medio punto, entre los que podemos ver tondos con un verdadero programa iconográfico, con retratos de importantes personajes dentro de las Ciencias y la Medicina.


Decoración de los muros con frisos de cerámica, realizados por la prestigiosa Casa Pickman de Sevilla. La empresa Pickman fue creada por Charles Pickman, londinense instalado en Sevilla en 1841; en 1899 la familia estableció una fábrica de loza en la Cartuja de Sevilla. A comienzos del siglo XX era la primera fábrica cerámica de España. No hay duda de que el arquitecto Magdalena contó con los mejores profesionales del momento.


Detalle de los azulejos de la Casa Pickman que podemos contemplar en todo el perímetro exterior del edificio.


Fachada de la calle Doctor Cerrada (antiguo Camino de los Cubos). En este lateral se decora con emblemas y tondos con personajes relacionados con la Ciencias. Al fondo el antiguo Hospital Clínico (Desde 1977 Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales).


Todo el conjunto se cerraba con una verja, a imitación de la antigua que existía delimitando la Huerta de Santa Engracia. Fue diseñada por Magdalena, en cuyos remates podemos ver representaciones de aves muy estilizadas.


En la fachada sur del Paraninfo vemos el patio interior que comunicaba las facultades con el antiguo Hospital Clínico (edificio que se vislumbra a la derecha). En su momento era un patio cerrado por la verja, hoy en día es una zona de paso a la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, poniendo en contacto el Paseo de la Gran Vía y la calle Doctor Cerrada.


Estamos en la misma zona que la anterior fotografía. En la parte inferior de la exedra que ocupa este patio encontramos el restaurante Paraninfo. En la rehabilitación de 2003 se recuperó esta zona en su exterior como plaza pública instalando una pequeña fuente. En lo alto podemos vislumbrar la parte posterior del torreón donde se ubicaba el observatorio metereológico.


Vista de la exedra donde se sitúa el restaurante Paraninfo, desde el edificio que hoy es Facultad de Económicas y Empresariales.


Fachada lateral del paseo de la Gran Vía. En la que podemos observar el mismo juego de retranqueo que en el resto de las fachadas, así como los vanos en arco de medio punto. En la parte inferior de la exedra central se ubica la Sala de referencia, sala de lectura y centro de Documentación Europea, perteneciente a la Biblioteca Universitaria.


En esta fachada y tras la verja, se sitúa el Jardín toxicológico Bastero, dedicado al médico forense Juan Bastero, el cual puso un jardín en la parte inferior del torreón del observatorio metereológico, cerca del antiguo hospital en donde se cultivaban hierbas curativas, con fines docentes y médicos.


En lo que respecta al Hospital Clínico solo decir que Magdalena lo proyecto con seis pabellones independientes adosados a una galería transversal, conocido como sistema “Peine”. Sus vanos eran adintelados. Su aspecto actual es muy diferente al que presentó en origen. En la parte posterior se levantó una nave en la que estaba la zona de Disección, anatomía Topográfica y depósito de cadáveres.


El Hospital Clínico fue reformado en 1957 por los arquitectos Regino Borobio y José Beltrán; y finalmente lo rehabilitó como Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales entre 1986-88 Francisco García Martín. En el año 2011 se produjo la fusión de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales y de la Escuela de Estudios Empresariales (situada hasta entonces en el Campus Río Ebro), formando una nueva Facultad de Economía y Empresa.


En la parte posterior en el año 1892 también se levantó una nave en la que estaba la zona de Disección, anatomía Topográfica y depósito de cadáveres, que fue derribada para hacer la biblioteca de la Facultad de Economía y Empresa (edificio que se encuentra a la derecha), en el llamado “Campus Paraíso”. Esta biblioteca lleva el nombre del primer economista aragonés: Ignacio Jordán de Asso. Es proyecto de 1994 del arquitecto Basilio Tobías; realizada por éste y por los arquitectos técnicos Fernando Galindo Royo y José A. Galindo Lafuente, siendo inaugurada en 1996.


Volvemos a la calle Doctor Cerrada en la que Magdalena realizó en el año 1909 otro edificio que complementaba todo el conjunto. Se trata del antiguo departamento anatómico forense, dedicado al catedrático de medicina legal y toxicología don Juan Bastero Lerga.


Es un edificio exento que se abre a la calle Doctor Cerrada en un triple arco de medio punto sobre capiteles muy carnosos con decoración vegetal. A la izquierda vemos la parte posterior del antiguo Hospital Clínico, hoy facultad de Empresariales. En el año 2004 se aprobó el proyecto para instalar en él la Ludoteca Municipal El Chiflo.


Una vez recorrido todo el perímetro exterior de este magnífico edificio, vamos a conocer su interior tal y como se conserva hoy en día. A través de la portada se pasa a un vestíbulo rectangular. Antes de entrar tenemos que saber que el ala izquierda, que da a la Gran Vía era la zona destinada a la Medicina; el lado derecho, que da a la calle Doctor Cerrada se ubicaba la facultad de Ciencias.


En el vestíbulo se abren tres arcos de medio punto, los laterales son oficinas (la de la derecha es la de información) y el central da paso al hall que conduce al interior del edificio.


Una vez pasado el arco de entrada del vestíbulo accedemos a un hall-pasillo que nos va a conducir al resto de las estancias y al patio interior.


En la última rehabilitación se han realizado los forjados de madera. Conjunto de arcos del hall.


Alineada con la puerta de entrada al edificio encontramos el pie de la escalera imperial, que luego veremos, y a izquierda y derecha a través de las puertas acristaladas de colores se accede al Museo de Ciencias Naturales.


La construcción tiene planta rectangular con un gran patio central interior circunvalado por una serie de pasillos que lo rodean a modo de claustro. A la izquierda las antiguas aulas y despachos; a la derecha los vanos que se abren al patio interior.


Este pasillo es el situado a la izquierda del pie de la escalera Imperial, por el vamos a continuar hacia la biblioteca y el actual restaurante Paraninfo.


Entrada a la antigua sala de lectura de la biblioteca Universitaria.


Uno de los lugares, para mí, más emblemático de este edificio es esta magnífica biblioteca. Según Remedios Moralejo ya en el año 1742 se documenta la existencia de una biblioteca universitaria en el edificio de la Plaza de La Magdalena: “El que quisiere usar los libros de la Escuela….debe dar dos reales de plata al Bedel por el trabajo de sacarlos…”


Estamos en el interior de la antigua sala de lectura, hoy utilizada como espacio de exposición del patrimonio bibliográfico.


No existe ningún documento que mencione la fundación de la biblioteca universitaria zaragozana. En 1583 Pedro Cerbuna menciona al archivo, pero no una biblioteca en la Universidad situada en La Plaza de La Magdalena. Será a partir del siglo XVIII cuando los “Libros de Gestis” (92 volúmenes llamados Liber de Gestis Claustri Universitatis et Studii Generalis Cesar Augustani), que constituyen la fuente documental archivística de valor histórico más importante referida a la Universidad de Zaragoza, proporcionan noticias sobre ella. En ellos se documenta que se abrió al público el 17 de noviembre de 1796. Tras la Guerra de la Independencia, durante la cual se dañó profundamente al edificio de La Magdalena, se perdieron muchos libros, de los ocho mil volúmenes que se integraban en ella solo se pudieron salvar unos cincuenta.


Con el tiempo la biblioteca fue incrementando nuevamente con aportaciones privadas y eclesiásticas hasta tal punto que en 1849, cuando volvió a abrirse al público, contaba con unos doce mil volúmenes. En 1893 la biblioteca universitaria se trasladó a este nuevo edificio erigido por Ricardo Magdalena en la Plaza de Basilio Paraíso.


En 1956 los fondos más importantes se trasladaron a la recién construida Facultad de Filosofía y Letras. En 1984 se estableció la Biblioteca General Universitaria en el edificio Paraninfo, restaurado para celebrar el IV Centenario de la creación de la Universidad.


La historia de la biblioteca universitaria es muy extensa, si os interesa el tema os recomiendo la lectura de la obra de Remedios Moralejo (la pongo en la bibliografía).


Como comentario personal deciros que muchos zaragozanos vimos la desidia que sucedió con lo que quedaba de la antigua Universidad de La Magdalena, la pérdida de libros que la antigua biblioteca tenía y por último el derrumbe de la capilla Cerbuna en 1973 (casi anteayer), a pesar de ser Monumento Histórico-Artístico (1969) y aún con libros en su interior. Libros que desaparecieron sin que ninguna autoridad hiciera nada. Un nuevo despropósito y una tremenda dejadez de nuestras autoridades; pero también de los zaragozanos, que como en otras ocasiones permanecimos impasibles a semejante desidia.

En la fotografía realizada por Gerardo Sancho Ramo (A.H.P.Z.), podemos ver la biblioteca de la antigua Universidad de la Plaza de la Magdalena en 1973 tras el derrumbe de la Capilla Cerbuna. Aún podemos ver las estanterías donde los libros fueron expoliados por todo aquel que quiso.


Hoy la Biblioteca General de la Universidad de Zaragoza alberga la colección histórica de la misma, una de las más importantes de España. Con más de un millón de volúmenes conservados, entre los que destacan 406 incunables, 420 manuscritos y numerosas obras de incalculable valor (manuscritos, incunables e impresos de los siglos XVI al XVIII).


En las antiguas mesas-escritorios hoy se exponen libros de gran valor, en las sucesivas exposiciones bibliográficas que se celebran en este espacio.


El mobiliario de esta biblioteca fue diseñado por el propio Ricardo Magdalena. Los altos armarios de pino están adornados con cartelas y canecillos y un remate muy sencillo en forma de crestería. Tiene una galería superior con una barandilla de hierro con pequeños balaustres. La sala se cubre con forjados de madera sustentados por columnas de fundición realizadas en la empresa Averly, también diseñadas por el arquitecto.


Detalle de una de las columnas de fundición hechas por la empresa Averly. En ellas se puede ver el anagrama M C entrelazado que hace alusión a las dos facultades: Medicina y Ciencia.


Entrada al recinto donde se ubica la Sala de Referencia y el Centro de Documentación Europea.


En la reforma llevada a cabo desde 2006 a 2011 la biblioteca sufrió una rehabilitación integral. En la imagen la Biblioteca General, y el centro de Documentación Europea, que ocupa una de las exédras de la fachada del Paseo de La Gran Vía.


También en el Paraninfo encontramos una zona lúdica, en la que se sitúa el restaurante Paraninfo.


La cafetería-restaurante ocupa una antigua aula de medicina. Donde había "pupitres y pizarras", ahora encontramos mesas en donde podemos disfrutar de una ​ excelente comida, de lo que doy fe.


Hemos dado la vuelta a la planta baja y estamos en el punto de partida. En el centro de la imagen, a la derecha, se vislumbra el pie de la escalera imperial y enfrente el arco que comunica con el hall de entrada. A la izquierda, en primer término, la Sala de la Real Academia de Medicina.

Real Academia de Medicina. Las vidrieras de puertas y ventanas fueron realizadas por los talleres Quintana. En la época en la que se realizó la facultad el taller de León Quintana Bianchi se encontraba en la calle Ramón Pignatelli nº 9 (antigua calle de La Paja). El arquitecto Magdalena encargó a este maestro vidriero la decoración de buena parte de las vidrieras de este edificio y así como el proyecto del Rosario de Cristal (en este caso encomendado en 1890 por la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario al mismo arquitecto).


Desde los pasillos que hemos recorrido se puede ver un patio interior. A la izquierda vemos una de las exédras o pabellones semicirculares que servían como aulas. Son simétricas a las exteriores. A la derecha la caja de la gran escalera central por la parte exterior, donde, tras la gran vidriera de la empresa Quintana, se sitúa la escultura de Ramón y Cajal, que luego veremos. En el frente vemos la disposición de la fachada principal del edificio con los tres niveles, la planta baja, la planta noble, en la que se ubica el Paraninfo, y la planta superior donde se encontraban las viviendas.


El antiguo observatorio metereológico y astronómico de Zaragoza se ubicaba en la Universidad de la Plaza de La Magdalena, hasta 1892. Año que se trasladó al nuevo edificio de la Facultad de Medicina y Ciencias de la plaza de Basilio Paraíso. Dentro del proyecto original se incluía una cúpula giratoria en este torreón para albergar también un observatorio astronómico, pero el presupuesto no llegó para realizarlo.


Actualmente es una doble terraza que se comunica por una escalera de caracol.


Uno de los anfiteatros donde se daban las clases. En las fachadas laterales solo se elevaron dos niveles. La planta baja y la planta noble, en ambas vemos la serie de vanos de medio punto. Todo el edificio se cubre con teja árabe.


Detalle de la fachada interior principal con las dos galerías: de arquillos de medio punto la de la planta noble, con un friso decorado con motivos vegetales; por encima del cual se alza un alero de madera; y por encima de éste, otro cuerpo de ladrillo que se decora con óculos abiertos y ciegos. Culminando con una línea de canes en voladizo que sirve de apeo al alero del tejado, todo de ladrillo, recordándonos el mudéjar.


Una vez recorridos los pasillos y el patio interior del edificio volvemos al pie de la escalera principal que se encuentra alineado con la puerta de entrada al edificio. Se accede a ella a través de un arco de medio punto que descansa en dos columnas acanaladas y anilladas, típicas del renacimiento aragonés. A ambos lados se abren las puertas que dan acceso a los sótanos, actual Museo de Ciencias Naturales.


En él primer descansillo de la escalera, donde ésta se bifurca en dos tramos, se encuentra la escultura de mármol sin pulir del insigne médico y científico aragonés Santiago Ramón y Cajal, alumno y profesor de esta Universidad, que recibió el premio Nobel de Medicina en 1906. En la parte posterior una de las vidrieras realizadas por la Empresa Quintana (que hemos visto en el exterior del patio interior).


Tras la jubilación de Ramón y Cajal, por iniciativa del rector Ricardo Royo Villanova, se encargó al afamado escultor valenciano Mariano Benlliure una escultura para colocarla presidiendo la gran escalera del Paraninfo zaragozano.


El 1 de mayo se invitó al nobel a Zaragoza, aún no estando acabada la escultura. Cajal estaba delicado de salud y envió a su hermano Pedro para leer un discurso en su nombre, aquí os pongo un pequeño fragmento: "...porque Zaragoza es algo mío, muy íntimo, que llevo embebido en el corazón, en mi espíritu y palpita en mi carácter y en mis actos […] Jamás olvidaré que Zaragoza fue el magnífico escenario de mis ensueños de mozo y de mis ilusiones y esperanzas de hombre […] La Universidad cesaraugustana formó mi intelecto y sació, no obstante mis distracciones y devaneos, mi curiosidad de saber, ¡Oh vieja Facultad de Medicina y cuán agradables recuerdos guarda para mi!…"


El rector Royo volvió a invitar a Cajal en un nuevo homenaje el 1 de octubre del mismo año, pero su delicado estado de salud no se lo permitió, enviando un discurso que fue leído por el decano de la Facultad don Patricio Borobio.


La obra fue terminada en 1923, inaugurándose el 26 de febrero de 1925 sin la presencia del sabio, pero con la asistencia del rey Alfonso XIII. El discurso de agradecimiento del histólogo lo volvió a leer su hermano Pedro: En él Cajal lamentaba el no poder asistir y expresaba su opinión sobre el hecho de que le dedicaran la estatua: "No soy partidario de las estatuas y menos de las erigidas en vida de los originales. Para apreciar el valor de un hombre se necesita la perspectiva de los siglos. En todo caso la verdadera estatua está esculpida por nuestras acciones e ideas..."


Se representa al sabio vestido con la toga y sosteniendo un libro sobre la pierna izquierda y mirando fijamente al espectador. En ella podemos leer la inscripción: “Cajal-MCMXXIV”. En el lateral izquierdo del pedestal: "M.Benlliure 1923".


El escultor realizó un retrato muy realista, en la que representa a Cajal con gesto serio, mirando fijamente al espectador. Ambos mantuvieron una estrecha amistad, de la que son testimonio varios retratos que hizo del insigne premio nobel.

La escalera es de gran impacto visual. En los extremos superiores podemos ver dos esculturas, flanqueando la vidriera central y al sabio aragonés. A la derecha la de Arquímedes, famoso matemático, esculpida por Lasuén; a la izquierda la de Hipócrates, padre de la Medicina, obra de Lluch, realizadas en mármol y cobijadas en hornacinas.


Detalle de la parte superior de la caja de la escalera. A la derecha Arquímedes, ataviado con túnica aparece en actitud pensativa, con la mano derecha bajo su barbilla. A la izquierda Hipócrates, vestido con toga clásica, lleva en su mano derecha un pergamino, esculturas de tamaño natural que recuerdan el arte de Donatello.


En los antepechos de la escalera podemos ver medallones de escayola realizados por Dionisio Lasuén, representan a A.M. del Río y a de Huarte.


A la izquierda se sitúa el medallón de Andrés Manuel del Río, científico y naturalista de los siglos XVIII-XIX, considerado uno de los padres de la ciencia moderna, descubridor del vanadio.


A la derecha el de Juan de Huarte de San Juan, médico y filósofo del siglo XVI. Considerado pseudopatrón (ya que no está canonizado) de las facultades de Psicología españolas.


Llegamos al segundo piso en donde se situaba el decanato, la biblioteca de las dos facultades, el salón o paraninfo, el Aula Magna, museos de Ciencias y anatómico, y laboratorios. Hoy además del Paraninfo y el Aula Magna, se sitúan despachos en los que se conservan obras de pintura y tapices.


A la izquierda, en frente de la escalera, la puerta que da acceso al majestuoso Paraninfo.


En lo alto de la escalera se abre la puerta que da acceso al gran Salón de Actos, con una decoración de inspiración mudéjar con lazos de a seis. Las coloridas vidrieras fueron realizadas por la Casa Degrand de Burdeos y por la Empresa Quintana de Zaragoza. Por encima de ella una decoración en yeso simulando un arco de medio punto, cuya clave decora una cabeza de Minerva, y en las enjutas se representan la Ciencia y la Medicina.


Tras ella se encuentra el salón Paraninfo. Paraninfo, etimológicamente viene del griego que aunque se refiere a aquel que entrega a la novia en el día de su boda, también alude al orador que abría el curso académico, y por extensión al lugar donde lo realizaba.


En este gran salón se realizaban los actos importantes de ambas facultades. Está decorado siguiendo el estilo de los grandes salones del siglo XVI. Rodeando todo el perímetro superior una cornisa muy decorada, sobre la que se abren una serie de arcos de medio punto que apoyan en columnillas abalaustradas sobre ménsulas. Sobre estos arcos se disponen una serie de tondos con retratos de médicos y científicos, y sobre ellos ángeles con las alas desplegadas. En la parte inferior grandes vanos de medio punto con magníficas vidrieras iluminan la parte baja de la sala. Las del testero fueron realizadas por la casa Degrand de Burdeos, y las laterales por la empresa Quintana. La techumbre se cubre con una bóveda esquifada, cuyas nervaduras apoyan en algunas de las columnitas que hemos mencionado anteriormente.


En el centro del Testero, entre las vidrieras que representan a dos mujeres identificadas con la Medicina y la Ciencia, se puede contemplar el escudo de la Universidad, en el que aparece san Pedro, primer Papa (por tener la Universidad entre sus títulos el de Pontificia) sentado en una cátedra portando una cruz patriarcal en su mano izquierda; y dos llaves en aspa en su derecha, flanqueado por los escudos de Aragón y el de Zaragoza. Rodeando a la figura una orla en la que se lee: CAESARAVGVSTANAE-STVDIVUM-GENERALE-CIVITATIS, separadas por las partes que constituyen el escudo de Aragón: la Cruz de Íñigo Arista, la Cruz de Alcoraz, el Árbol de Sobrarbe, y la Señal Real de Aragón.


Os remito a la fotografía del grabado de Tomás Carlo Capuz en el que se plasma la inauguración de la Universidad, en la que podemos ver, como os he comentado en su momento, que en un primero momento en este testero se situaba el retrato de la reina regente María Cristina y el futuro rey Alfonso XIII.


A la derecha del emblema anterior vemos la vidriera dedicada a la Medicina. Representada como una matrona clásica sentada en un sitial, vestida con túnica verde y una capa roja oscura que la envuelve. Su cabello castaño lo lleva recogido; sobre su frente porta una diadema y encima de su cabeza arde una llama, símbolo de la sabiduría. En su mano derecha sostiene la vara de Esculapio (Asclepio) dios de la medicina griega, con una serpiente enroscada; mientras su mano izquierda se levanta portando la copa de Higía, símbolo de la profesión farmacéutica (serpiente enroscada en un cáliz). A ambos lados de la figura dos inscripciones que nos indican que se trata de la Medicina. En la orla que rodea a la figura los símbolos de Castilla y de León.


Realizada por la manufactura Dagrand. Empresa que fue fundada en Burdeos por Pierre-Gustave Dagrand, a finales del siglo XIX, alcanzando gran prestigio en Europa.



Fotografía cedida por J.A. Almería.

A la izquierda la Disciplina Científica (Scientia). También representada como una matrona clásica, sentada en una cátedra. Es una joven de dorado cabello recogido con una diadema y sobre su cabeza una pequeña llama de fuego, que eleva su brazo izquierdo sosteniendo en su mano una antorcha encendida. La llama se eleva hacia lo alto, "buscando el conocimiento sagrado que ilumina las almas de los hombres sabios". Sobre su regazo una cinta en la que se puede leer: "SCIENCIA ET LABORA VERITAS".


En cuanto a la decoración de la vidriera sigue la pauta de la anterior.



Fotografía cedida por J.A. Almería.


Parte posterior del salón. En el centro la puerta de acceso, a ambos lados cuelgan unas placas conmemorativas de la fundación de la Universidad, y lienzos con flores, el de la izquierda, titulado Uvas y granadas, obra realizada en 1904 por María Luisa de la Riva y Callol de Muñoz; el de la derecha también de la misma autora: flores y frutas de 1887 (ambos depósito del Museo del Prado). Sobre esta parte inferior, y siguiendo el mismo estilo decorativo, se abre una galería abierta de arquillos.


En el lado de poniente se ubica el púlpito, tallado en madera, en cuyo centro se observa la “abeja dorada”, símbolo de la “laboriosidad inteligente y ordenada". Por encima el escudo de Aragón. A la izquierda vislumbramos el lienzo con el retrato del rey Sisenando, duque de Septimania que se alzó contra el rey Suintila en el año 631 avanzando hasta Zaragoza, donde fue proclamado rey. Obra realizada por por Bernardino Montañés (1856).


Techumbre del Paraninfo y galería de arquillos superior con la decoración de ángeles con las alas abiertas y medallones con personajes de la Medicina y la Ciencia.

En esta misma planta recorremos los pasillos en los que podemos ver la galería de retratos de los rectores, decanos y personajes de la Universidad de Zaragoza. A la izquierda la gran puerta de madera que da acceso a la sala Pedro Cerbuna. En esta sala se ubica una gran mesa semicircular.


En la galería de retratos podemos contemplar obras de Bernardino Montanés, Marín Bagüés, Berdejo Elipe, Baqué Ximénez, Cañada, Natalio Bayo, Pepe Cerdá, José Luis Cano, entre otros.

El pasillo visto desde el otro extremo. A la izquierda la galería de arquillos que da al patio interior.

Entrada a la Aula Magna. Hoy se ha convertido en lugar de foros y congresos. Se rehabilitó profundamente, cambiando todo el graderío. Tiene forma semicircular, como si de un anfiteatro se tratara. En esta misma sala Albert Eisntein dio dos conferencias el 12 y 14 de marzo de 1923, por las que cobró 1.150 pesetas, más 250 pesetas para gastos. La iniciativa partió de jerónimo Vecino, físico de la Universidad de Zaragoza. En la primera conferencia habló de la relatividad, y en la segunda de la estructura del espacio. La comunidad científica lo invitó al finalizar a una comida en el Casino Mercantil.


Uno de los salones de la planta noble, antes de la última reforma. En él podemos observar varias obras de arte, las columnas de Averly, más sencillas en su diseño, tapices (en el edificio se conserva una colección de tapices de los siglos XVI al XVIII, de talleres flamencos de Bruselas y Audenarde. En el centro un tapiz heráldico, a ambos lados dos lienzos, a la izquierda San Francisco de Paula, segundo tercio del siglo XVII (depósito del Museo del Prado); y a la derecha San Jerónimo mirando el crucifijo, anónimo de escuela madrileña del siglo XVII.


Foto cedida por J.A. Almería.

Otro de los salones de la planta noble, con una serie de tapices, antes de la última rehabilitación. Al fondo el tapiz de Audenarde, hacia 1550, que representa a Moisés pisoteando la corona del faraón, la prueba de fuego.

Fotografía cedida por J.A. Almería.


No quiero terminar este pequeño estudio del Paraninfo sin mencionar el Museo de Ciencias Naturales situado en los sótanos del Paraninfo, que como hemos comentado desde 1895 a 1909 fue sede de la Escuela de Artes y Oficios, de la que Magdalena fue profesor y director. Fue convertido en museo de Ciencias Naturales en 2013 y en él podemos contemplar restos de paleontología y ciencias naturales.

Se trata desde el origen del universo hasta la aparición del Homosapiens. Tiene dos magníficas colecciones, la de Paleontología de la Universidad zaragozana, con más de cien mil fósiles; y la colección del jesuita "Longinos Navas" (licenciado en Ciencias Naturales (1904) y profesor del Colegio del Salvador de Zaragoza), con más de 400 animales y 7.300 insectos.


Salimos de este emblemático edificio, el más antiguo de la Universidad y el único declarado Bien de Interés Cultural. Uno de los ejemplos más relevantes de la arquitectura del siglo XIX aragonesa.



Espero que os haya gustado.

Hasta el próximo vuelo.



BIBLIOGRAFÍA:


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