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Mirambel. La bella del Maestrazgo (Teruel).

Hacía mucho tiempo que no visitaba el Maestrazgo y os puedo asegurar que mereció la pena. La comarca del Maestrazgo de Teruel es preciosa, sus villas mantienen el sabor medieval de antaño, y muchas de ellas, milagrosamente, se han salvado del olvido y de la ruina. Teruel tiene mucho que ofrecer, es una auténtica desconocida que encierra lugares de gran interés histórico-artístico.


Y, ¡¡¡¡Ya lo creo que existe!!!!


El Maestrazgo está muy asociado a las órdenes militares, entre ellas la del Temple y la de San Juan de Jerusalén o del Hospital, surgidas en Tierra Santa y beneficiadas por el testamento de Alfonso I el Batallador. Ellas fueron fundamentales en la consolidación y la repoblación de las tierras reconquistadas a los musulmanes.


Fotografía realizada en la oficina de turismo de Puertomingalvo (Teruel).

Estamos en Mirambel, localidad situada al pie de la montaña de San Cristobal (Sistema Ibérico), junto al río Cantavieja. Villa que por su gran patrimonio artístico y el perfecto estado de conservación del mismo, es uno de los ejemplos más interesantes de arquitectura. Su caserío se engloba entre la época medieval (XIII) y la típica arquitectura aragonesa renacentista.


De su fundación no se tienen noticias. Si hay constancia que en ella se establecieron pobladores prehistóricos (en el año 1860 el rector de la Universidad de Valencia y arqueólogo, el turolense Nicolás Ferrer Julve, descubrió varios enterramientos y hachas de piedra). Así mismo, cerca de la iglesia parroquial, apareció una necrópolis. También se conoce que en esa zona del Maestrazgo habitaron los iberos, muestra es el importante yacimiento íberico de El Castellar; de igual manera se prueba el paso de Roma por la zona con la antigua calzada que conduce a Tronchón.


Posteriormente existió un asentamiento musulmán. En el siglo XII Alfonso II conquistó toda la zona en la que se situaba Mirambel. Este rey concedió a la villa el Fuero libre en 1157. Años más tarde, en 1194, el monarca entregó la villa a la Orden Militar del Santo Redentor (siendo maestre Gastón de Castellot). Dos años después el papa Celestino III donó toda la zona a la Orden del Temple. Desde 1241 se conserva documentación en la que consta la existencia de la Baylía de Cantavieja, en la que estaban incluidas 7 villas: Mirambel, Villarluengo, Tronchón, Cantavieja, La Cañada, La Iglesuela del Cid y La Cuba. Los templarios, dada la proximidad con el reino musulmán de Valencia, fortificaron la localidad en el siglo XIII, erigiendo un castillo defensivo y una muralla que rodeaba toda la villa. En el año 1243 esta orden concedió a la villa la Carta de poblamiento o Carta Puebla (en estos documentos se fijaba la ley y las señas de identidad de cada población y con ellas atraían a nuevos pobladores).


Fotografía: https://i.pinimg.com/originals/cd/c5/e5/cdc5e51d1cf41a48b488ae804aba94d5.jpg

En el año 1312 el Papa Clemente V disolvió la Orden del Temple, esta disolución fue confirmada en Aragón por el rey Jaime II y por la Orden de San Juan de Jerusalén. A pesar de la lucha de los templarios por defender sus heredades todos sus territorios del Maestrazgo, incluida la villa de Mirambel, pasaron a manos de los hospitalarios, y en consecuencia al Castellán de Amposta, dirigente de la mencionada Orden, la cual se convirtió en la más poderosa en aquella época.


Durante el tiempo en el que la villa estuvo bajo el dominio de los hospitalarios, la localidad conoció una época de gran esplendor, activándose la construcción de palacios pertenecientes a la nobleza local que se había enriquecido con el comercio de la lana. Los hospitalarios reforzaron la muralla de la villa, que aún hoy en día se conserva. Mirambel fue propiedad de esta Orden hasta principios del siglo XIX, cuando se produjo la Desamortización de Mendizabal y la Primera Guerra Carlista.


Como dato curioso decir que en 1234, cuando la orden templaria le concedió la Carta Puebla en la villa residían 40 vecinos; en 1397 Mirambel era la segunda villa del dominio con 280 vecinos; en el año 1495 se censaron 356; en 1776, se contaban 444; y desgraciadamente, en el año 2016, 122 habitantes.

La Comarca del Maestrazgo no sufrió demasiados cambios hasta la llegada del siglo XIX. Época en la que se desarrollaron en estas tierras continuos enfrentamientos entre Carlistas y Liberales. Mirambel se convirtió en la capital administrativa y política del bando carlista, instalándose la Junta Suprema de Aragón, Valencia y Murcia.


En 1980 fue declarado Conjunto Histórico Artístico por ser “Villa cargada de historia, conservando en su totalidad el recinto amurallado y las notables construcciones, sin alterar la imagen y el ambiente medieval”, concediéndole al año siguiente la medalla de Oro del premio Europa Nostra por la restauración del conjunto urbano de la localidad. Esta restauración fue llevada a cabo con la mediación del arquitecto Francisco Pons Sorolla (nieto del famoso pintor Joaquín Sorolla), y por el también arquitecto de la Dirección General de Arquitectura Miguel Ángel López de Miguel entre los años 1976 y 1980 con un presupuesto de 37 millones de pesetas.


Un detalle que me llamó la atención en Mirambel fue el no ver ni un solo cable de luz; todo el cableado eléctrico es subterráneo, no está visible. Algo que favorece la sensación de encontrarte realmente en épocas pasadas, y a la hora de hacer fotografías es impagable.


Celosías de barro y yeso del Portal de las Monjas. Imagen que se ha convertido en el emblema característico de la villa.

Originariamente la población se aglutinó en la zona suroriental (sector pintado de amarillo en el plano), en donde se erigió la iglesia, el ayuntamiento y el castillo. La villa estaba rodeada por una muralla iniciada en el siglo XIII por los templarios y finalizada por la orden hospitalaria. Posteriormente la localidad se extenderá hacia la zona noroccidental, lo que hoy es la calle Mayor, que se convertirá en el sector principal de la localidad.


La muralla (pintada de verde en el plano) mide unos 900 m, fue construida en sillar y sillarejo. Como ya hemos comentado la empezaron a construir los templarios hacia 1180 y la terminaron los hospitalarios en el siglo XIV. En ella se abren cinco puertas, dos en la parte norte y otras tres en la zona sur (zona de las eras y en la calle del Ángel): el Portal de las Monjas, el de San Roque, el de San Valero, el de la Fuente y el del Estudio; también contaba con cinco torreones de refuerzo. Algunos tramos de la fortificación fueron aprovechados para construir viviendas.


Fotografía tomada en el panel de información a la entrada de la villa.

Comenzamos nuestro recorrido por la zona noroccidental, en donde encontramos la entrada principal o Portal de las Monjas. A extramuros podemos ver el arco de medio punto del portal, a la derecha el torreón cilíndrico, que destaca por su altura, en cuya parte inferior se ubica la sacristía de la iglesia del convento de las agustinas, y en la parte superior el campanario.


Parte superior del torreón del Portal de las Monjas. En el que vemos las típicas celosías de barro y yeso, formando composiciones geométricas tan originales que se han convertido en un referente de Mirambel.


Este torreón fue rehabilitado por la Fundación Blasco de Alagón (entidad que centra su actividad en la "conservación, estudio y búsqueda, defensa, restauración y rehabilitación del patrimonio artístico, arquitectónico, arqueológico, paisajístico y medioambiental de la Comunidad Valenciana y Aragón"), por la cantidad de 18.000 €.

Plaza de la Madre Consuelo (religiosa y maestra de Mirambel), en la que podemos ver la parte interior del Portal de las Monjas, a la izquierda el la iglesia de Santa Catalina, parte del convento de agustinas. La fundación del convento se realizó en 1564, en tiempos de Felipe II, y gracias al mecenazgo de la familia Martín de Mirambel. La localidad cedió el uso de la iglesia de Santa Catalina y el hospital que se encontraba junto a ella. Las fundadoras fueron cuatro agustinas procedentes del convento de Nª Sra. De la Esperanza de Valencia.


La portada se abre hacia el interior en arco apuntado (de medio punto hacia el exterior).

El Portal de las Monjas consta de tres pisos; el primero formado por un mirador de madera, tras el cual se ubicaba la capilla de Santo Tomás; el segundo y el tercer nivel son celosías decoradas con barro y yeso, tal y como hemos visto en la parte superior del torreón.


A este mirador tenía acceso directo desde su celda la superiora del convento, en donde se descubrieron en el año 2016 una serie de pinturas renacentistas en grisalla.

Situado a la izquierda (en la fotografía) del Portal de las Monjas podemos visitar la iglesia de Santa Catalina del convento de las Agustinas. Sobre ella se encuentran las celdas primitivas del monasterio que tienen acceso al Portal de las Monjas.


En el ayuntamiento de la localidad se conserva un documento, datado en 1413, en el que el Papa Benedicto XIII excomulga a la villa de Mirambel por derribar la ermita de Santa Catalina (erigida en 1342). Esta iglesia estaba situada a extramuros y fue derruida por orden del comendador de la Orden del Temple para utilizar la piedra y construir la muralla que se levantó en la época que pertenecía a la orden hospitalaria. La excomunión fue levantada al erigirse esta nueva ermita dedicada a Santa Catalina Mártir, pero en este caso a intramuros de la villa. En 1564 la villa de Mirambel cedió la nueva iglesia para fundar el convento de las agustinas.

El convento de las agustinas, situado junto a la ermita de Santa Catalina, fue fundado en 1564 por tres agustinas procedentes del convento de la Esperanza de Valencia, bajo el reinado del rey Felipe II. Durante la Guerra de la Independencia el monasterio sufrió graves daños, teniendo que ser reconstruido en 1831. Tras la epidemia de cólera de 1855 muchas religiosas murieron y se ordenó su cierre. Las monjas para evitarlo pidieron a la Reina Isabel II permiso para abrir en él un colegio de niñas, petición que fue aceptada y se pudo salvar el convento de la desaparición. Desgraciadamente el cenobio se cerró en 1980 y las monjas se trasladaron al convento de Benicasin (Castellón), el cual mantiene el nombre de Convento de Nuestra Señora de Mirambel.


Estamos ante un enorme edificio de mampostería, de tres plantas, en las que se abren numerosos vanos adintelados cerrados con rejerías y dos balcones con celosías de madera.

En el año 2016, después de 36 años cerrado, el convento reabrió sus puertas tras una reforma llevada a cabo gracias a la ayuda del Fondo de Inversiones de Teruel (Fite).


Hoy sirve de sede de la Oficina de Turismo y del Centro de Interpretación de Arquitectura del Maestrazgo.

Detalle de uno de los miradores de madera del convento de agustinas.

Vista de la calle de D. Agustín Pastor Monforte (hijo de la villa) o calle Mayor, que parte desde el Portal de las Monjas hasta el Portal del Estudio, en la que podemos encontrar numerosos palacios y casas señoriales con sus escudos y volados aleros, con influencias aragonesas y napolitanas. Todas las calles están pavimentadas con cantos rodados.

Situado en el lado izquierdo de la calle Mayor encontramos el antiguo Mesón o Posada de Mirambel. En él residió Pio Baroja en su viaje por el Maestrazgo turolense, en donde escribió en 1930 su novela “La Venta de Mirambel”, en la que describe el pueblo y sus alrededores. Hoy en día es una vivienda privada.


Os pongo un enlace en donde podéis leer la obra completa: http://www.mirambel.es/wp-content/uploads/sites/79/2016/01/78318371-Baroja-Pio-MHA-20-La-venta-de-Mirambel.pdf

Todos los edificios situados a la derecha de la calle Mayor, están adosados a la muralla norte. En la fotografía el edificio situado en la nº 15.

Fotografía antigua de la calle Mayor, realizada por Juan Mora Insa (A.H.P.Z.). En la que vemos la calle antes de la restauración. La primera casa de la izquierda es la que vamos a ver a continuación: la Casa de los Julianes.

Casa de los Julianes. Edificio situado en la calle Mayor entre medianerías. Construido en mampostería y sillería, consta de tres plantas. En la parte inferior se abre la portada, en sencillo arco de medio punto con grandes dovelas; en la planta noble se abren vanos adintelados cubiertos con decoradas ventanas de madera. En la planta superior una galería de arquillos de medio punto, culminando el conjunto un doble alero volado de madera.


En la clave de la portada se ve una inscripción de la Guerra Carlista, en la que se lee Coronel Caballos 4. Según parece en esta casa durante la contienda se instaló un coronel al que le correspondían por su rango una guarnición de 4 caballos con jinete. Estas inscripciones se pueden observar en todas las viviendas que fueron ocupadas por mandos carlistas.

Llegamos al final de la calle Mayor, al Portal del Estudio, Es una de las entradas a la villa. El portal está formado por un arco apuntado de sillería a extramuros y un arco rebajado a intramuros. Sobre el arco podemos ver una galería cerrada con celosía de madera, en donde se situaba la capilla de la Natividad de la Virgen.


A la derecha (de la fotografía) encontramos la Casa La Sota o Casa Masas, que en el siglo XIX fue cuartel de la Guardia Civil, y posteriormente posada, tienda, bar. Hoy en día es un lugar muy acogedor en el que puedes comprar productos de la zona y tomarte un buen café. A la izquierda la calle de la Iglesia que conduce hacia la misma y al ayuntamiento.

El portal del Estudio por la parte exterior se abre en arco apuntado. Podemos ver la muralla que ha sido reutilizada como muro para vivienda.

Enfrente justo del Portal del Estudio nos encontramos la antigua escuela de niños.


Volviendo al Portal del Estudio en su parte interior, a la izquierda ya hemos comentado que se sitúa la calle de la iglesia, que nos va a conducir hasta la Plaza del ayuntamiento o de la Iglesia.

Seguimos por la calle de la Iglesia. A la izquierda la parte lateral y posterior del ayuntamiento; al frente la portada de la iglesia parroquial de Santa Margarita.

Fachada lateral y posterior del ayuntamiento desde la calle de la Iglesia.

Fachada posterior del ayuntamiento. En ella se abren una serie de vanos adintelados sin orden; en la parte superior un mirador con celosías de madera. El alero en esta fachada solo presenta una única hilera de ménsulas.


El ayuntamiento fue terminado en 1615. Los ayuntamientos o casas del Concejo seguían generalmente el mismo patrón: presentando en la planta baja una lonja abierta con arcos de medio punto apoyados en pilares o columnas. Sobre ella, el piso noble, en donde se ubicaba el gran salón municipal que se abre a la calle a través de ventanas adinteladas, y culminando el conjunto, un gran alero volado de madera.


El edificio está realizado en mampostería y piedra sillar, tiene planta cuadrangular, con dos alturas. En la zona inferior se abre la lonja con dos grandes arcos de medio punto que se abren en la fachada principal y un tercero en la lateral. En su origen debió de estar exenta, aunque actualmente su lado derecho está adosado.

En su fachada principal se puede ver el escudo de la villa, en cuyo centro aparece un castillo almenado flanqueado por dos círculos (espejos, árboles, girasoles) y una fecha 1583.


Interior de la lonja del ayuntamiento, cubierta con bovedillas. La portada se abre en arco de medio punto dovelado.

El magnífico doble alero de madera labrada del ayuntamiento, decorado con rosetones, casetones y ménsulas.

Fachada principal del ayuntamiento en la que se abren dos grandes arcos de medio punto que apoyan sobre columnas dóricas. En la planta superior tres vanos adintelados con alféizares en piedra.

Casa Zurita y ayuntamiento. Los Zurita eran una familia de infanzones aragoneses, una de cuyas ramas (Mateo Zurita) se estableció en Mirambel. Son ascendientes del cronista Jerónimo de Zurita y Castro.


La Casa Zurita es un edificio con tres fachadas, una a la calle de la iglesia, otra a la plaza de la iglesia y la posterior que da al Portal de la Fuente. Según cuentan en ella pernoctó el príncipe Don Carlos en 1837 (otros dicen que fue en la casa Pastor) en los días en que en la villa se nombró la Junta Suprema de Aragón, Valencia y Murcia durante la primera guerra carlista, lo que motivó que Mirambel fuera capital carlista mientras residió en ella la Junta. Sus miembros ocuparon diversos edificios de la villa.

Parte posterior de la Casa Zurita y portal de la Iglesia o de la Fuente.


En el lienzo de la fachada posterior de la Casa Zurita podemos observar el conocido en el pueblo como “Reloj árabe” (os lo señalo con una flecha roja). Está formado por “un canal de piedra picada y los salientes laterales proyectan la sombra sobre las horas marcadas en la citada piedra”. Al lado de este reloj se encontraba el “pelleric”, artilugio para infligir castigo, que desapareció en 1870.


En realidad se trata de un reloj polar simple, que sigue el modelo cilíndrico del clérigo valenciano Pedro Roiz; quien escribió un libro en 1575 sobre relojes solares colocados en paredes. Os pongo un enlace donde se explica este tipo de relojes:http://www.elsolieltemps.com/pdf/gnomonica/65.pdf.


Un reloj polar es un reloj de sol que tiene su plano paralelo al eje terrestre. El de Mirambel es un reloj solar “con las líneas horarias y números arábigos esculpidos, no tiene gnomon (varilla) y la hora la marca la sombra proyectada por los cantos del propio reloj. El borde de levante indica la hora desde la salida hasta el mediodía y el de poniente desde el mediodía hasta la puesta…Cada línea horaria sirve para dos horas, las horas de la mañana vienen en la parte superior y las de la tarde en la inferior”.


Creo que los mirambelanos lo denominan reloj árabe porque la numeración horaria está escrita en números arábigos y puede estar ahí la confusión. Fue el primer reloj solar polar simple que se descubrió (fue en el año 2003 cuando Manuel Guía y Enrique Casado lo encontraron, el reloj se encontraba boca abajo en el mismo muro); y el único ejemplar conocido que conserva la numeración completa. En su momento fue un hallazgo único, pero poco a poco fueron apareciendo otros relojes polares a lo largo de toda España.


El portal de la Fuente abre hacia la plaza de la iglesia en arco rebajado y en un gran lienzo de muralla realizada de mampostería. Por ella se sale a los huertos extramuros y a la Fuente Alta.

Portal de la Fuente por su parte exterior, de sillería. En la clave del arco podemos ver el escudo de la Orden de San Juan de Jerusalén o de los hospitalarios (cruz recta de plata, sobre fondo de gules); y a ambos lados del arco una aspillera defensiva.


Casas del Portal de la Fuente.

Enfrente del Portal de la Fuente y al lado de la iglesia encontramos la Casa Pastor, hoy en día casa parroquial. Es una enorme casona con tres fachadas, la principal cae al Cañizo Oscuro; una lateral, que es la que podemos ver en la fotografía, a la plaza de la iglesia; y la fachada posterior que da al río. En todas ellas los vanos son pequeños y adintelados.

La Fachada principal de la Casa Pastor da al Cañizo Oscuro, una callejuela estrecha y “oscura”. La portada abre en arco de medio punto dovelado y culmina la fachada un doble alero de madera que casi se toca con de la iglesia parroquial, que se sitúa a la izquierda.

La construcción originaria de la iglesia parroquial de Santa Margarita no se conoce, pero se tiene constancia que el rey Jaime II autorizó para conseguir recursos para su restauración en 1308. Posteriormente se volvió a reformar en 1679. Lo más interesante es la torre construida en piedra.


El edificio fue incendiado en 1836 por el famoso cabecilla carlista, el brigadier José Miralles “El Serrador” , durante la primera Guerra Carlista, ya que en ella se había refugiado el gobernador cristino de Cantavieja (partidario de Mª Cristina de Borbón-Dos Sicilias) Don Ángel Donoso, y la guarnición de esa plaza; perdiéndose retablos, y otros enseres. Fue remodelada por el arquitecto valenciano Salvador Minero.

La portada de la iglesia es muy sencilla, del siglo XVII.

Lo más interesante de la iglesia parroquial es la torre, presenta tres cuerpos realizados en piedra, cuyo cuerpo de campanas tiene planta cuadrada con cuatro vanos de medio punto. Remata con un cuerpo superior separado por una barandilla decorada con pináculos. El tercer cuerpo o remate tiene forma de templete de planta octogonal que remata en un cupulín, en el que se eleva una cruz y una veleta con la figura de un dragón que alude a Santa Margarita, a la que está dedicada la iglesia.

El castillo templario antes del derribo de parte del edificio en 1957. Fue construido a mediados del siglo XIII como residencia de los templarios, en aquella época el núcleo principal de la villa se encontraba en esta zona (ver plano de Mirambel: la zona amarilla). En un primer momento fue un sencillo edificio al que se le añadió un piso superior. Tras los templarios pasó a manos de la Orden de San Juan o del Hospital.


Fotografía de Juan Mora Insa (A.H.P.Z.)

El castillo de Mirambel presenta una ubicación peculiar, ya que se encuentra en el interior de la villa. Con el tiempo alrededor del mismo se fueron construyendo calles y edificios, motivo por el cual quedó englobado dentro del trazado urbano, perdiendo su función defensiva y militar. Se conservan pocos restos ya que en el siglo XIX fue convertido en vivienda y finalmente demolido en 1957. En el año 2016 la consejera de Educación, Cultura y Deporte Mayte Pérez anunció un plan de rehabilitación de los castillos y fortificaciones en la provincia de Teruel, coordinado por la Asociación para la Recuperación de castillos turolenses (ARCATUR), entre los que se encuentra este castillo.

Vemos los muros de mampostería y sillería de lo que fue el castillo de Mirambel. En ellos aún podemos observar restos de aspilleras. La puerta de entrada se abre en arco apuntado dovelado.


Del castillo se conserva el antiguo horno, que actualmente está situado enfrente, separado por una calle. En este edificio, que hoy es tienda o multiservicio rural, se pueden ver lo que queda del horno del antiguo castillo. Posteriormente pasó a ser horno comunitario, pagando por su uso. En el año 1996 se restauró y comenzó a funcionar otra vez como horno.

Calle del Rosario antes de la restauración. Fotografía de Juan Mora Insa (A.H.P.Z.).

Estamos en la calle del Rosario ya reformada, en la que, como en todo Mirambel, podemos apreciar la estructura medieval del caserío, con sus calles empedradas llenas de historia y sus casas de piedra que le dan un sabor tan especial a esta villa. Pasear por sus calles es retroceder en el tiempo.


Rincón de la calle del Rosario.


La típica plaza del Rincón. Callejear entre casas de piedra, con sus escudos, aleros de madera, sus calles empedradas, su silencio y su paz, todo una verdadera delicia.

Edificio en la Plaza de la Carnicería. Aún podemos encontrar edificios que necesitan una profunda reforma, necesaria para no perder este magnífico patrimonio.

A través de las calles tan típicas llegamos a una de las plazas más importantes de la localidad, la Plaza de Nicolás Ferrer, plaza Mayor o de Aliaga. En ella encontramos dos de los palacios más interesantes de Mirambel: la Casa Aliaga y la Casa Castellot. Los siglos XVI y principios del XVII constituyen una época dorada en lo que se refiere a la arquitectura civil en el Maestrazgo. Numerosos palacios y casas señoriales se van a construir siguiendo las pautas de la arquitectura napolitana renacentista. Edificios con fachadas de sillería, tres alturas con galería de arquillos y alero muy volado.


En su obra Pio Baroja comenta esta plaza: “En medio del caserío se abre una gran plaza, la plaza Mayor o plaza de Aliaga. Se levantan en ella dos caserones grandes, de piedra amarillenta, negruzca, con el alero saliente y, debajo de éste, una galería de arcos, la mayoría cerrados con tapias de ladrillo”.

La conocida como Casa Aliaga es uno de los palacios más importantes de toda la comarca. Fue construido por los Duques de Aliaga, nobles procedentes de la Casa de Hijar. Fernando el Católico les concedió el título de Duques de Aliaga al ser propietarios de esa localidad. Fueron grandes propietarios de tierras y mansiones, entre ellas este edificio.


Realizado en el siglo XVI, consta de una portada con arco de medio punto con grandes dovelas, planta noble con cuatro ventanas adinteladas, entre las que hay un reloj solar vertical a mediodía; y un tercer piso con la tradicional galería de arquillos aragonesa. Culmina el conjunto un doble alero de madera.


Hoy en día, el antiguo palacio, está en venta; sus propietarios piden un millón de euros y cifran en otro millón la inversión necesaria para acondicionar el edificio en hotel (ya sabéis, si a alguno le interesa el teléfono lo pone en el cartel).


Situada en la misma plaza Aliaga encontramos la Casa Castellot, un magnífico palacio renacentista que ocupa todo un frente de la plaza de Nicolás Ferrer. El edificio sigue las pautas de los palacios aragoneses de esa época. Consta de tres plantas, en la inferior se abre una sobria portada en arco de medio punto dovelado. En la planta noble se abren cuatro ventanas adinteladas con alfeizar moldurado; y en el tercer nivel la clásica galería de arquillos de medio punto bajo un doble alero de madera tallada.Fue restaurado completamente hacia 1970.


Los Castellot formaban una familia de gran poder y posición social en el Maestrazgo. Sus orígenes documentados se encuentran en 1158, en el que Español de Castellot devuelve el Castillo de Castellot(e) al rey Alfonso II de Aragón, el cual se lo vuelve a conceder. También nos aparece en 1194 Gastón de Castellot, como maestre de la orden Militar del Santo Redentor, recibiendo de manos del rey Alfonso II la villa de Mirambel.


Detalle de la curiosa terraza que se abre en arco de medio punto en la fachada lateral de la Casa Castellot.

El doble alero de la Casa Castellot.

La carpintería también es digna de mencionar en Mirambel. Os pongo como ejemplo la puerta de la Casa Castellot. Se trata de una puerta entablada, las tablas iban unidas con elementos transversales de madera o metálicos (por la parte interior), o los travesaños se unían a un bastidor que recercaba el conjunto. Eran puertas muy fuertes y seguras, con un aspecto macizo. En ella vemos clavos de cabeza ancha semicirculares colocados en líneas horizontales y verticales, utilizados como elementos de refuerzo y de unión, además de decoración. También de resaltar son los herrajes de la parte superior de la puerta.

En todo el Maestrazgo el trabajo de rejería es magnífico. Os pongo como ejemplo el llamador de la puerta de la Casa Castellot. Se trata de una aldaba de anillo (decorado con formas geométricas), que se superpone sobre una placa circular con un fino trabajo calado.


En esta misma puerta podemos ver una trabajada bocallave, labrada en chapa recortada con diversos motivos geométricos y florales.

Enfrente de Casa Aliaga encontramos otro edificio, conocido como la “Casa Jesús, el Picapedrero”. Es una vivienda moderna, pero que imita el estilo de los edificios renacentistas que están en la misma plaza. A la derecha, la Casa de los Boiles o Costeras, edificio en el que se conserva la fecha de 1592, en cuyo interior se conservan pinturas.


Hemos llegado a la parte nordeste de la muralla, en donde podemos ver, al fondo de un estrecho camino, el Portal de Valero y gran parte de la muralla construida en sillarejo y muy bien conservada.

En la clave del arco del portal aún se conservan restos de lo que fue la cruz del Temple. También es conocido como Portal de la Cuba, porque por este portal se accedía al camino que conducía a la localidad de La Cuba.

De los cinco torreones que formaban la muralla solo se conservan cuatro, dos en la parte norte. El ya visto en el Portal de las Monjas y el que podemos contemplar en el Portal de Valero.


En este tramo de la muralla se están realizando obras. El 14 de octubre de 2017 en la prensa se comunicaba que el Gobierno Central iba a destinar 100.000€ para restaurar la muralla de Mirambel que se derrumbó en el año 2015 a consecuencia de las lluvias.

Volviendo hacia el centro de la villa encontramos la Casa Beneyto o Barceló; es un gran edificio renacentista, que se utilizó como escuela de Niñas tras finalizar la Guerra Civil y hasta los años 60 del siglo XX.


La familia Beneyto, era de origen francés, pasaron a España para ayudar en la Reconquista y se desperdigaron por toda la península. En el siglo XIII tenemos constancia de la existencia de Raimundo Beneyto, a quien el rey Jaime I nombró señor de Mirambel y alcalde del castillo de Alcoy, posteriormente se retiró a vivir a la localidad de Biar (Valencia); quizás la rama de los propietarios de esta casa solariega provenga de este Raimundo, que fue señor de Mirambel.


Enfrente de la Casa Beneyto podemos ver esta vivienda que hoy en día es la Casa Rural Demetrio.

En la calle San Roque nos encontramos, al fondo la Casa Villarroya, con la estructura típica de las casonas renacentistas aragonesas. Un gran arco de medio punto dovelado da acceso al interior del palacete, sus vanos adintelados distribuidos en la fachada de forma anárquica y un alero de madera.

La casa de los Pastor del Cabezo es un curioso edificio que da a dos calles, al Portal de San Roque, y al Cañizo Oscuro que nos lleva a la plaza de la Iglesia. Encima de su sencilla puerta adintelada conserva el escudo señorial (cinco castillos circulados con una cadena).


Rincones como éste que estamos viendo me recuerdan a otros que también podemos disfrutar en Aragón: como la casa de la Julianeta en Albarracín (Teruel); y la casa situada al lado de los soportales de la villa de Sos del rey Católico. Son edificios singulares, cada uno con sus características propias por supuesto.

En el lienzo sur de la muralla encontramos el Portal de San Roque, denominado así por estar enfrente de la ermita de San Roque. En este lado podemos ver la muralla que ha sido reutilizada para viviendas.


El Portal san Roque se abre en arco de medio punto dovelado hacia el exterior, y rebajado hacia el interior. En el lienzo de la muralla aún se pueden observar las aspilleras defensivas.


Otra calle que hay que disfrutar es la calle Remolinos. Arranca de la plaza de la Iglesia, al lado del ayuntamiento, y en ella encontramos edificios bien conservados, siguiendo la tradición aragonesa.

Una de las viviendas de la calle Remolinos. De dos alturas, con vanos adintelados y portadas abiertas en arco de medio punto dovelado. Al fondo la lonja del ayuntamiento.

Rincón de la calle Remolinos.

En la calle Benigno Palos (hijo del pueblo), podemos observar nuevas construcciones que se han adaptado al resto del caserío de la villa.



Como colofón deciros que Mirambel impresiona por todo el conjunto urbano que te transporta a épocas remotas. Un lugar que tiene “duende”. El compositor aragonés Antón García Abril se inspiró en esta preciosa villa para componer “Preludios de Mirambel”. También ha sido marco para el rodaje de series como “Clase Media”, dirigida por Vicente Amadero y protagonizada por Charo López, Antonio Resines..; películas como “En brazos de la mujer madura” de Manuel Lombardero, con Faye Dunaway, Imanol Arias...; y “Tierra y Libertad”, dirigida en 1994 por Ken Loach, con Iciar Bollain, Lan Hart...


Realmente Mirambel es un verdadero lugar de película. Espero que os haya gustado y sobre todo que lo visitéis.


Hasta el próximo vuelo.


BIBLIOGRAFÍA:


-SEBASTIÁN LÓPEZ, Santiago: Inventario artístico de Teruel y su provincia. Madrid, Ministerio de Educación y Ciencia, 1974.


-LOMBA SERRANO, Concepción: La casa consistorial en Aragón en los siglos XVI y XVII. Zaragoza, Diputación General de Aragón, 1989.


-CASTÁN ESTEBAN, José Luis: El Maestrazgo y la Orden de San Juan durante la Edad Moderna.


-ÁVILA GRANADOS, Jesús: Templarios en el Maestrazgo, Conesa, Diversa, 2016.


-MARÍN, José Miguel: Mirambel, 2012.


-IBÁÑEZ GONZÁLEZ, JAVIER. Origen y evolución del paisaje urbano del Maestrazgo. Comarca del Maestrazgo. Gobierno de Aragón, 2007.


-NAVARRO ESPINACH, Germán: De Rubielos a Mirambel. Economías locales en los límites del Reino. Zaragoza, Diputación Provincial.


- Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés (SIPCA).

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