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La Ermita de Villar de Sarsa. Jaca (Huesca).

«La vista arrebatada

vuela en su anhelo

del llano a las ermitas,

de ellas al cielo.

Allí olvidan las almas

sus desengaños;

allí cantan y rezan

los ermitaños.

¡Muy alta está la cumbre,

la cruz muy alta!

¡Para llegar al cielo

cuán poco falta!».

(Poesía del cordobés José Fernández Grilo, el poeta de las ermitas).

Jaca, primera capital del Reino de Aragón, es una ciudad llena de sorpresas, siempre hay algo que descubrir en ella. Paseando por sus calles te remontas a tiempos antiguos. En esta ocasión encaminé mis pasos hacia el llamado Paseo de Invierno en la avenida Oroel, con ganas de contemplar el majestuoso paisaje del Monte Oroel.

Tras contemplar el precioso paisaje seguí paseando por la mencionada avenida; y enfrente del nº 38, en donde se abre una cerrada curva, se puede contemplar la pequeña ermita románica de Sarsa (finales del siglo XI), a pesar de estar rodeada de la vegetación que casi la oculta.

Se trata de la antigua iglesia parroquial del pequeño núcleo urbano llamado Villar de Sarsa, ubicado en la ladera sur de la famosa Peña Oroel. Se sabe que estaba dedicada a Santa Ana y que en el año 1063 el rey Ramiro I y su hijo Sancho Ramírez hicieron donación de esta iglesia al obispo y al cabildo catedralicio de Jaca en un documento realizado en San Juan de la Peña (hoy recogido en el ayuntamiento de Jaca).


En el año 1970 la localidad quedó abandonada y para conservar este edificio románico se optó por trasladarlo en 1972 a Jaca. En su interior se conservaba una pila bautismal y un Cristo gótico conocido como "el Cristo de las Tiendas" el cual estuvo colocado un tiempo en la capilla del cementerio de Jaca. Actualmente se desconoce su paradero.


En la fotografía de Ricardo del Arco y Garay (Fototeca de la Diputación de Huesca), podemos ver la imagen de la iglesia parroquial de Villar de Sarsa en su ubicación primitiva.


La iglesia se reconstruyó de forma no del todo respetuosa con su estructura original, debido al lugar elegido para erigirla. Por ese motivo el ábside fue orientado hacia el oeste y no hacia el este, como era habitual en las iglesias románicas, y como estaba en origen; también el espacio del que se disponía al ser más corto que el original obligó a reducir la nave; y por último de las dos portadas que tenía la ermita, sólo se conservó una, la del lado sur, pero colocándola a los pies de la nave.


Realmente el resultado de la reedificación de la ermita, fue un templo totalmente diferente al que existía en la ladera de la Peña Oroel; pero también hay que tener en cuenta que gracias a ese traslado podemos hoy en día contemplar esta pequeña ermita románica, que si se hubiera quedado en su lugar primigenio, hoy en día no existiría.


La portada, en el muro sur, se abre en un pequeño cuerpo avanzado coronado con modillones figurados, sobre los que originalmente se apoyaría un tejaroz. Esta portada es posterior al resto del edificio, se podría fechar en el siglo XII.


Está formada por tres arquivoltas doveladas de medio punto, siendo la central la única decorada con bolas jaquesas. Parece algo posterior al resto de la iglesia.


Detalle de la decoración de las arquivoltas y los canecillos, hoy muy deteriorados, que sustentarían el tejaroz.


Tímpano de la ermita en su lugar de origen, Villar de Sarsa. Al fondo podemos vislumbrar el monte Oroel.


Fotografía de Ricardo del Arco y Garay. Fototeca de la Diputación de Huesca.

El tímpano, decorado con un crismón trinitario, que hoy en día falta en la ermita de Sarsa curiosamente se encuentra empotrado en la pared, al pie de las escaleras, del ayuntamiento de Jaca. Su descubrimiento fue debido al cotejo del tímpano del ayuntamiento con las fotografías que se conservan en la fototeca de Huesca de la antigua ermita de Sarsa; fotografías que os he puesto anteriormente (ver también los artículos de la revista Pirineo aragonés que os pongo en la bibliografía, muy interesantes).


Fotografía tomada en el cartel explicativo donde se encuentra la ermita.

Las arquivoltas apoyan en una imposta o saledizo que a su vez apea en jambas muy erosionadas.

Detalle de la imposta de las jambas, en la que aún podemos observar la decoración a base de figuras y palmetas.


Ábside semicircular, en cuyo centro se abre una vano de doble derrame. En la parte superior podemos ver los canecillos lisos en donde apoyaba la techumbre desaparecida.

Ventana del ábside, en arco de medio punto, de doble derrame.

Lateral de la iglesia. La ausencia de cubierta está provocando grave deterioro en la piedra, debido a la acción de la lluvia y el hielo. Realmente la ermita, que por cierto es preciosa, está un poco abandonada.

Tiene una única nave rectangular que en su origen estaría cubierta con una techumbre a dos vertientes, de madera, que hoy en día ha desaparecido.

Los muros son de sillería, en el interior decorados con una sencilla imposta biselada.

Los puntos de iluminación se abren en el centro del ábside con una pequeña ventana en arco de medio punto y doble derrame (la hemos visto anteriormente); y otros dos en el muro sur para permitir la iluminación del interior del templo.

La cabecera cubierta con bóveda de cañón y con ábside semicircular cubierto con una bóveda de cuarto de esfera.




BIBLIOGRAFÍA:


-A.GARCÍA OMEDES: http://www.romanicoaragones.com/0-Jacetania/08-VillardeS.htm


-MANUEL GÓMEZ DE VALENZUELA: “Estudios del románico aragonés. La ermita de Villar de Sarsa y los tímpanos de Botaya y Binacua”, Zaragoza, Seminario de Arte Aragonés, nº 13-15, pp. 37-49, 1968.


-MANUEL CAMPO PEREZ: "Revista el Pirineo Aragonés", nº 4543, 10 de diciembre de 1970, en la página 6:

http://www.elpirineoaragones.com/system/pdfs/4432/original/19701210_0_04543.pdf?1250692970


- CASIMIRO LOPEZ: "Revista el Pirineo Aragonés", nº 4538, 5 de noviembre de 1970 :

http://www.elpirineoaragones.com/system/pdfs/4427/original/19701105_0_04538.pdf?1250692795

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