El leer no ocupa lugar.
Se dice que “el saber no ocupa lugar”, y es totalmente cierto. Este refrán también lo podemos aplicar al acto de leer, “el leer no ocupa lugar”. El leer nos permite viajar, soñar, comparar, conocer personajes que nos han precedido en la historia, personajes ficticios que hacemos cercanos a nosotros (vamos como si fueran de la familia), descubrir entre las páginas lugares conocidos, lugares que jamás podremos visitar, de ahí también el dicho: “la lectura es el viaje de los que no pueden coger el tren”... El libro es un perfecto compañero de viaje..., de vida, dulcifica la soledad, muchas veces convierte la interrogación en interjección y el punto en dos puntos ó en puntos suspensivos..., es el inicio y a veces el final. Leer es el ejercicio ideal para nuestro cerebro y nuestro corazón. Los libros no sólo contienen letras, sino también historias que te permiten ejercitar los sentimientos: ríes, lloras, sientes curiosidad, miedo y muchas veces encuentras el consejo adecuado en momentos difíciles de la vida. Por todo ello, hoy quiero expresar que un libro es uno de los regalos más maravillosos que pueden ofrecerte. Aunque tengas poco tiempo no hay excusa para no cogerlo entre tus manos y emprender un viaje por ejemplo a Paris, al Paris de mis amores. Allí estoy, por si alguno quiere encontrarme.
¡¡¡¡¡ Á bientôt mes amis!!!!!.
Fotografía de Christine Ellger (encontrada en vsemart.com. Pinterest).