top of page

La Primavera. Historias del Jardín Encantado.

...No te rindas, aún estás a tiempo

De alcanzar y comenzar de nuevo,

Aceptar tus sombras,

Enterrar tus miedos,

Liberar el lastre,

Retomar el vuelo.


No te rindas que la vida es eso,

Continuar el viaje,

Perseguir tus sueños,

Destrabar el tiempo,

Correr los escombros,

Y destapar el cielo... (Benedetti).


Observaba como caía una suave lluvia sobre el Jardín Encantado, pensando que habían sido días duros, llenos de inquietud y tristeza; pero poco a poco se iba abriendo camino en su mente la idea de que todo se iba a solucionar. Si bien era cierto que la angustia había anidado en su corazón, tenía la certeza de que ésta se iría disipando con el paso del tiempo. Había hecho todo lo posible para solucionar todos los contratiempos que día a día se presentaban. Siempre había sacado fuerza de flaqueza ante los avatares que la vida había puesto en su camino, y ahora no iba a tirar la toalla tan fácilmente.


Sabía que a pesar de los pesares, después de la tormenta siempre venía la calma, y con calma y la mente despejada se solucionaban mejor los problemas.


En el precioso jardín ya comenzaba a aflorar la esperada primavera, la cual llegaría sin retraso esa misma noche. Este año llegaba más triste de lo esperado por lo que había ido encontrando en su camino, campos desolados, hogares vacíos, sueños truncados…


Pero con ella traía la esperanza de que todo empezaría a reverdecer, y se podría sembrar ilusión para recoger un futuro mejor.


Que los Hados nos ayuden.


Fotografía realizada por Guadalupe Ferrández Sancho.

Artículos recomendados
bottom of page