El Capricho de Gaudí , un deleite musical y de luminosidad en Comillas (Cantabria).
Comillas.
Hoy estamos en una de las localidades más emblemáticas de Cantabria, en ella podemos pasear por su hermosa playa, así como admirar el palacio de Sobrellano con su capilla panteón; la universidad Pontificia; y por supuesto, el edificio que hoy vamos a visitar, obra del genial arquitecto catalán, Antoni Gaudí, se trata del llamado "El Capricho de Gaudí", o villa Quijano.
Playa de Comillas.
A finales del siglo XIX este pueblecito marinero, se convirtió en una elegante villa balneario, gracias a la influencia de Antonio López y López, primer marqués de Comillas, muy relacionado con el rey Alfonso XII; y con la alta burguesía catalana, en especial con su yerno Eusebi Güell y Bacigalupi, conde de Güell, proveniente de una adinerada familia de indianos y hombre de gran cultura, muy cercano al arquitecto Antoni Gaudí y al modernismo catalán.
López, al igual que Güell, hizo fortuna en Cuba, y al regresar a España y recibir el título de marqués de Comillas en 1881, decidió convertir su villa natal en escaparate de su prestigio y ascenso social, convirtiendo en 1881-1882 el pequeño pueblo marinero en un selecto centro de verano (donde acudio la familia real durante dos veranos seguidos).
El marqués de Comillas patrocinó la construcción de varios edificios de la localidad: la Universidad Pontificia y el palacio de Sobrellano, obras del arquitecto catalán Joan Martorell; y el Seminario Mayor, obra del también catalán, Lluis Domenech i Montaner. El empresario logró que llegaran a Comillas los mejores escultores y arquitectos catalanes de esa época: Joan Martorell, Lluis Domenech, Antoni Gaudí, Josep Llimona y Cristóbal Cascante Colóm, entre otros, quienes plasmaron en Comillas el nuevo estilo arquitectónico que con el tiempo acabaría fraguando en el movimiento modernista.
Máximo Díaz de Quijano y Fernández de san Juan.
Pero los personajes que nos interesan en esta historia son dos: uno es otro indiano dedicado a la abogacía, Máximo Díaz de Quijano y Fernández de san Juan. Nacido también en Comillas en noviembre de 1838, marchó a Cuba en 1870, donde trabajó para Antonio López y López, terminando emparentado con el, ya que su hermana Benita, se casó con Claudio López, hermano del marqués. Tras hacer fortuna en Cuba, Díaz de Quijano volvió en 1882 a su lugar de nacimiento, en donde decidió establecer su vivienda, contratando para erigirla, en los jardines anejos al palacio Sobrellano, al segundo personaje en esta historia: al entonces joven y recién licenciado arquitecto Antoni Gaudí, entrando en la historia. Aunque lo curioso del caso es que ni el contratante ni el contratado se llegaron a conocer, ya que Gaudí dirigió la obra desde Barcelona, dejando encargado de la misma a su ayudante y colega Cristóbal Cascante.
Quijano era un intelectual y muy aficionado a la música y a la botánica, todo ello quedó plasmado por Gaudí en el diseño del Capricho, como luego veremos. Por desgracia no pudo disfrutar mucho de su fantástica vivienda, ya que falleció en 1885, recién terminado el palacete, que pasó a manos de su hermana Benita y a la familia de esta. Tras la Guerra Civil, la casa quedó abandonada, en 1975 se intentó trasladarla piedra a piedra a Reus, pero el proyecto no se llevó a cabo; en 1977 la propietaria Pilar Güell Martos la vendió al empresario Antonio Díaz, convirtiéndola en un restaurante; años más tarde. el 2 de enero de 1992, la compró la compañía japonesa Mido Development Co. Ltd, pero debido a la crisis económica tuvieron que cerrar el restaurante. Finalmente en julio de 2010 se reabrió como casa-museo.
Antoni Gaudí.
En lo que respecta a Antoni Gaudí i Cornet, nació un 25 de junio de 1852 en Reus (Tarragona), y es considerado una de las figuras más importantes de la arquitectura universal, por sus sistemas constructivos y decorativos, y por su genialidad. En su obra encontramos desde viviendas particulares, palacios, edificios religiosos, y encargos particulares, en los que su impronta ha calado muy hondo.
En 1883, cuando realizó el encargo de Díaz de Quijano, era casi un recién licenciado en arquitectura, con apenas un gran proyecto en su currículum: la casa Vicens de Barcelona, con la que el Capricho tiene tanto en común. Protegido del conde de Güell y del arquitecto catalán Martorell fue presentado a Antonio López, quien le contrató para diseñar los muebles de la capilla-panteón de Sobrellano; y el desaparecido kiosco chinesco, realizado por la visita del rey Alfonso XII a Comillas, para los jardines de la Casa Ocejo, obras que causaron sensación en la alta burguesía de Comillas.
Entrada al recinto.
Ya hemos comentado la relación del marqués de Comillas con Eusebi Güell, gran mecenas de nuestro arquitecto, al que llevó a Comillas. Su estilo tan personal llamó la atención de Máximo Díaz de Quijano quien le encargó el diseño de su residencia en Comillas.
El edificio, con una mezcla de estilos, se ha convertido en el mayor reclamo para visitar la localidad.
Capilla-panteón del marqués de Comillas desde el jardín de El Capricho.
Gaudí proyectó el Capricho en un terreno situado junto al palacio de Sobrellano y la capilla panteón del marqués de Comillas. El palacio es un edificio neogótico diseñado por Joan Martorell, quien lo realizó entre 1882 y 1888, para ser la residencia de Antonio López y López. Desde el jardín del Capricho se ve la majestuosa capilla funeraria del conjunto, donde descansan los restos del los primeros marqueses de Comillas. La capilla es también un edificio neogótico, obra del mismo arquitecto Martorell, y en su interior se conservan muebles diseñados por Gaudí.
Vista del Capricho desde la fachada occidental.
El Capricho fue iniciado en 1883 y finalizado en 1885, es una de las primeras obras del arquitecto junto a la casa Vicens de Barcelona; y una de las pocas obras conservadas del arquitecto fuera de Cataluña (junto a las de Astorga y de León). En sus primeras obras, estuvo influenciado por su maestro Joan Martorell, ensayando con varios estilos, desde el neomudéjar y el neogótico hasta el arte oriental persa y japonés, utilizando el azulejo cerámico, los arcos mitrales, las cartelas de ladrillo cara vista y remates en forma de templete o cúpula.
El llamarlo Capricho no fue idea de Gaudí, fue denominado así por la gente que quedó sorprendida por los elementos tan originales, tales como la torre de inspiración persa, la magnífica forja y la mezcla de colores y materiales. "Todo un capricho de la arquitectura", como se dijo en su época. Aunque una segunda teoría afirma que se le conoce así por su sentido musical, que procede de la analogía con la pieza musical de estilo libre llamada así.
La estructura y decoración de la casa tienen relación con la música, a la que el dueño era gran aficionado, por ejemplo las cenefas exteriores imitan un pentagrama, las barandillas tienen forma de clave de sol y semicorcheas, y las ventanas producen notas musicales cuando se abren y cierran, como iremos viendo.
El edificio se construyó en un terreno en pendiente, con planta alargada en forma de U, con una superficie de 720 m2 y una planta de 15 x 36 m. El exterior se caracteriza por el uso de la piedra en la planta baja, el ladrillo cara vista con franjas de cerámica vidriada; y en el resto la utilización de la línea curva frente a la recta. Consta de semisótano, planta noble y desván, comunicados por dos escaleras de caracol y elevándose una torre cilíndrica en forma de alminar persa, recubierta de cerámica, a la que se accedía a través de otra escalera de caracol.
Fachada oriental.
Lo primero que vemos una vez pasada la taquilla es la fachada oriental. La vivienda fue edificada en una parcela estrecha y con una gran inclinación de oeste a este, con lo que el edificio se tuvo que adaptar al terreno. Gaudí para salvar este desnivel diseñó una base de piedra almohadillada rodeando la casa, siendo más elevada en la zona oriental y mucho menos en la zona occidental. Por ese motivo, en este lado oriental se realizó un semisótano, en donde se ubican las habitaciones del servicio y la cochera (parte inferior del bloque de la fotografía).
En un segundo piso, en la fotografía, vemos los grandes ventanales del dormitorio principal y la puerta que da acceso a la gran terraza, orientada hacia la salida del sol, debajo de ella se ubican las cocheras (hoy la tienda). Las ventanas del dormitorio que dan a la terraza están diseñados para que la parte superior ilumine el dormitorio, y la parte inferior, el semisótano.
Resaltan en la parte superior las chimeneas revestidas con cemento y adornadas con un anillo de cerámica verde y girasoles.
Muro y patio de la fachada posterior, zona privada.
Seguimos la visita por la parte posterior del edificio, la zona privada de la vivienda. En el patio Gaudí ideó un muro de ladrillo para sustentar el bancal del jardín superior, está dispuesto como un banco corrido revestido de azulejos blancos (como luego utilizará en el parque Güell).
A la derecha vemos el puente, que comunica el patio trasero con el camino superior que rodea el jardín. Es una escalera sostenida por un solo arco y decorada con ladrillos y azulejos de color blanco.
Vista posterior de la vivienda. Zona privada.
Gaudí proyectó que en el lado sur se construyera la parte más privada de la casa, ya que al estar orientada al sur, recibía la luz del sol casi todo el día. En ella también se instaló el invernadero, con la idea de reproducir un jardín tropical. Además de servir como jardín de invierno, fue un elemento decisivo para distribuir luz y calor.
Invernadero.
En 1914 el sobrino del propietario, Santiago López y Díaz de Quijano, ordenó derribar el invernadero original y levantar en su lugar, una construcción adosada para construir más habitaciones, lo que supuso un cambio notable en la estructura del palacete.
Invernadero interior.
El derribar el invernadero fue debido a que la casa fue realizada para un soltero, y tras su muerte, los herederos hicieron numerosos cambios de distribución para adaptar la casa a una familia, ya que en el diseño de Gaudí solo se proyecto un dormitorio, como tal; el resto de las estancias eran salas para actividades sociales y de entretenimiento.
En 1969 el edificio se declaró Bien de Interés Cultural, y, entre 1987 y 1988, lo restauró el arquitecto Luis Castillo Arenal, recuperando su aspecto inicial, levantando el invernadero que podemos ver hoy en día. El invernadero se reconstruyó con madera y cristal, cubriéndose con una estructura de madera.
El invernadero o jardín de invierno es uno de los elementos más importantes de este edificio, ya que distribuía la luz natural a todas las estancias, a través del corredor central; y su suelo, que en origen tenía una "cámara catalana", permitía enviar el calor al resto del edificio.
Comedor y fumadero, parte exterior.
En este lado de la casa el zócalo de piedra es mínimo, debido al desnivel del terreno.
En el frente, vemos una de las ventanas del comedor, orientada al sur, para recibir toda la luz del sol. Sobre ella las ventanas abuhardilladas del desván.
A la izquierda el fumadero, influido por la arquitectura árabe, sobre el que se abre una pequeña terraza.
Todas las ventanas de la planta noble terminan en dobles vértices en ángulo recto, decorados con parasoles de plancha de zinc y con forma de hoja.
Ángulo noreste.
La fotografía nos muestra la casa con el cuerpo añadido de la cochera (hoy tienda). En la clave de la puerta de entrada vemos una herradura, que da idea del uso que se hacía a dicho espacio.
Fachada norte
La fachada norte es la principal del edificio, desarrollándose paralela al camino que conduce al palacio de Sobrellano. En su parte inferior se puede observar el fuerte desnivel del terreno, cuyo zócalo almohadillado y la decoración con las franjas de ladrillo y cerámica a lo largo de todo el muro, contribuyen a aumentar la sensación de horizontalidad de la misma.
Gaudí situó las estancias más importantes y menos privadas en ella, en la que
El salón principal sobresale de la fachada, ocupa la parte central; a la derecha la sala de visitas; y a la izquierda el estudio. Las ventanas que diseñó Gaudí son muy verticales y se amoldan al servicio que iban a realizar. Las del salón principal, orientado al norte, constan de cinco módulos, mientras que en el dormitorio solo realizó tres.
En esta fachada vemos la altura del zócalo de piedra mayor que en la zona privada, que ya hemos visto.
balcón.
En los chaflanes exteriores del salón se ubican dos balcones, "dotados de ingeniosas banquetas-marquesinas". Las barandillas decoradas con temas vegetales.
Decoración de girasoles.
En el exterior se utilizaron miles de azulejos "como módulos cuadrados, técnica tradicional de la arquitectura hispanoárabe". El arquitecto intercaló franjas de azulejos con temas vegetales y de ladrillos. La anchura de tres ladrillos coincide con un azulejo. Todas las piezas fueron realizadas a mano en la fábrica de Puyol y Baucis (la misma a la que le encargó los azulejos para el Parque Güell de Barcelona, años más tarde).
El girasol no es únicamente un motivo decorativo, sino que "da sentido a todo el edificio". El edificio está construido siguiendo la luz del sol. Las salas están distribuidas y organizadas en función de la posición que ocupan con respecto al sol. Los primeros rayos del sol caían sobre el dormitorio y tocaban el ocaso, en el salón y en el fumadero.
Lado suroeste.
En la esquina vemos el fumadero, a la izquierda el invernadero y el puente que da acceso al jardín superior.
Curiosas son las chimeneas, algunas de ellas son respiraderos que ayudan a la ventilación de la casa.
Jardines.
En los proyectos de Gaudí, la naturaleza es importantísima. Los jardines fueron diseñados por el propio arquitecto, tienen una superficie de 2500 m2. En la fotografía vemos la zona principal, con el jardín en forma de herradura para que los carruajes pudieran descargar en la puerta de entrada y dar la vuelta a continuación.
Gaudí era el "arquitecto de la naturaleza", en todas sus obras lo demuestra. En el jardín y en el invernadero encontramos palmeras, laureles, etc., un canto a la naturaleza.
Gruta.
En el jardín destaca la gruta, situada en el extremo occidental, realizada con bloques de piedra sin desbastar. Se accede a través de un arco adintelado, y en el muro se abre una pequeña ventana también adintelada. En el interior mandó construir un banco corrido de piedra.
Tiene la planta cuadrada y se cubre con una bóveda en la que angulosas rocas simulan una cueva natural.
Lado de poniente.
Esta fachada está orientada hacia la puesta del sol, es una de las fachadas principales, en ella se encuentra, a la derecha el fumadero y comedor; y a la izquierda la entrada principal de la mansión. Era el lugar de recibimiento de los invitados que llegaban a la casa de Díaz de Quijano, por ello delante de la fachada se dispuso la zona de parar los carruajes y poder dar la vuelta al jardín delantero.
Airosa se eleva la torre revestida con azulejos de cerámica verde y el remate sostenido por pilares muy finos de hierro colado.
Entrada principal.
Ubicada en un ángulo de la vivienda, es de gran monumentalidad, se trata de un pórtico de cuatro columnas de piedra que sirven de apoyo a la airosa torre de la vivienda, destacando las escaleras, para salvar el gran desnivel de esta zona; y las mismas columnas.
La torre.
La torre tiene forma cilíndrica, Gaudí se inspiró en los alminares o minaretes de las mezquitas musulmanas, especialmente en los policromados típicos de Persia. La torre consta de tres partes: la terraza; el cuerpo, revestido de azulejos verdes lisos y de girasoles; y el mirador, rematando el conjunto, a modo de chapitel de formas geométricas, que para algunos es antecedente del cubismo.
Capitel columna de la entrada principal.
Las columnas están orientadas a los puntos cardinales, las robustas columnas rematan con capiteles de inspiración romántica con decoración de ramos de palmito, sobre los que se posan cuatro pájaros, y debajo de ellos collares de flores. El uso de la palmera es muy típico de las casas indianas, no hay que olvidar que Díaz de Quijano era un indiano (emigrante que hizo fortuna en América).
Capitel y cubrición de la entrada.
El pórtico de entrada está cubierto por un dintel de piedra de forma anular, reforzado por tirantes de hierro que se cruzan (derecha de la fotografía).
La puerta de acceso está rematada por una doble estructura escalonada revestida de azulejos de cerámica de color verde en el intradós y de girasoles en el muro (izquierda de la fotografía).
Como curiosidad decir que el collarino de dos capiteles de este conjunto están sin terminar.
Vestíbulo.
Pequeña estancia de planta hexagonal que desempeña el papel de distribuidor de la casa, de la planta noble, del semisótano y del desván. Sobre la puerta que comunica con el corredor (al fondo) Gaudí diseñó una vidriera que da calidez a la luz que entra en el vestíbulo, decorada con motivos vegetales.
Artesonado del vestíbulo.
Adaptado a la planta hexagonal de la estancia, con una franja de cinco vigas que lo cruzan por el centro de manera longitudinal y dos conjuntos de siete vigas, de diferente tamaño, que recorren transversalmente los extremos de la habitación, caracterizados por su forma triangular.
Corredor.
El corredor está flanqueado por el invernadero por un lado y por otro, por las estancias del lado norte, comunicando con todas las habitaciones.
El invernadero se adapta a la forma de U de la vivienda, dejando a su alrededor un corredor cubierto que, como ya hemos dicho, desempeña las funciones de distribuidor principal de la vivienda.
El comedor.
Es tan grande como el salón principal, y esta orientado hacia poniente, por lo que a la hora de la comida recibe la luz del mediodía que penetra por el gran ventanal que se abre en el muro sur. También recibe la luz por la tarde, gracias a los vanos que se abrieron en el fumadero semicircular anexo a esta sala (derecha de la fotografía).
Chimenea del comedor.
Para completar el ambiente cálido de la estancia, Gaudí colocó una chimenea en el rincón, al lado de la ventana. Se trata de una chimenea de combustión lenta y decorada con azulejos.
Decoración del comedor.
Es una de las salas más decoradas. La profusión de azulejos con motivos animalísticos (pájaros y mariposas) y vegetales.
Artesonado del comedor.
Gaudí concedió gran importancia al cubrimiento de los techos, hasta tal punto que en cada sala concibió un diseño distinto. El artesonado principal de esta sala es de inspiración mudéjar.
Fumadero.
En un rincón del comedor situó el fumadero, de clara influencia árabe. En sus muros se abren dos ventanas que iluminan el comedor al ocaso.
Artesonado del fumadero.
Colocado en un techo circular, aumentando la dificultad en la colocación de las cartelas que sostienen las vigas, sobre un entramado de listones que forman elegantes diagonales.
Silla del fumadero.
Antoni Gaudí era una artista total, cuidando hasta el más pequeño detalle. En el Capricho nos encontramos algunos muebles ideados por el gran maestro, cada mueble es una verdadera obra de arte. A pesar del tiempo que ha pasado desde que Gaudí diseñó estas obras, siguen siendo hoy en día totalmente válidas. Sus formas se adaptan al cuerpo y sus líneas puras no han pasado de moda.
En los muebles de Gaudí vemos claras referencias a la naturaleza, los respaldos recuerdan a los tallos de una planta y las patas parecen patas de animales.
Sala de visitas.
Ubicada entre el vestíbulo y el salón principal, ejerciendo el papel de recibidor. También tiene acceso al corredor central. Está situada en el extremo más occidental de la crujía norte. En ella vemos en un rincón una chimenea (a la izquierda); y enfrente a esta, el acceso a uno de los balcones orientados a la fachada principal (a la derecha).
El principal material empleado es la madera que cubre tanto el suelo, como el techo, zócalos, puertas y ventanas. Los elementos ornamentales son de carácter geométrico.
Artesonado de la sala de visitas.
Decorado con motivos geométricos tallados.
Salón principal.
Es una estancia de 35 m2, presentando una doble altura que llega hasta la cubierta del edificio, dividiendo el desván (en la parte superior) en dos partes. Está situado en la crujía norte. Es acogedor y muy luminoso gracias a un amplio ventanal con ventanas de guillotina dotadas con un sistema de correderas que se mueven con contrapesos, que al abrir y cerrar las ventanas se produce sonidos diferentes de campanas (todo el edificio está repleto de alusiones a la música, Gaudí convirtió El Capricho en una cajita musical). En la pared contraria se abren tres vanos interiores que comunican con el corredor, desde donde entra la luz del mediodía.
Techo del salón principal.
El techo abuhardillado y bajo la cubierta. Al diseñar el salón Gaudí dejó un espacio entre el techo y la cubierta a fin de que el desván, situado por encima, pudiera seguir realizando su función de aislante térmico y evitar la pérdida de calor.
Tiene forma de nave invertida, quizás pensando en hacer una cubierta acristalada que no llegó a realizarse.
Estudio.
Situado entre el salón principal y el cuarto de baño, en la fachada norte, en un principio fue sala de música. Está orientado al noreste y es de dimensiones reducidas, pero es una estancia muy acogedora.
La ventana, como el resto de las de la casa, es amplia y con el sistema de guillotina.
Artesonado del estudio.
En este caso, simples casetones decoran este magnífico artesonado.
Bancos colgantes.
Los balcones de los ángulos del salón tienen acceso también desde el estudio y desde la sala de visitas. Son bancos que sobresalen desde la propia barandilla.
Cuarto de baño.
Se sitúa al lado del estudio y del dormitorio principal. Es la única estancia, a excepción del vestíbulo, en la que encontramos vidrieras con motivos vegetales y ornitológicos.
Al fondo la ducha, revestida de azulejos blancos. Se cubre con un techo perfectamente adaptado a la humedad, se ha sustituido la madera por mármol blanco entre las vigas. El suelo es de mármol (que sustituyó al original de losa hidráulica).
Vidrieras del cuarto de baño.
Las cristaleras altas de las ventanas del baño están decoradas con vidrieras de vivos colores, muy en consonancia con el dueño de la casa: los animales, la botánica y la música. Sobre un fondo de formas geométricas, representó a la izquierda una abeja sujeta una guitarra; a la derecha, un mirlo tocando un teclado.
Dormitorio principal.
Es la mayor estancia de la vivienda, tiene una amplia terraza sobre la cochera. También es la más luminosa, con ventanas orientadas a levante y al mediodía. Está situada en la zona más alejada de la entrada de la casa, ahí se pone en evidencia el grado de intimidad de esta sala.
Entre los dos grandes ventanales que se abren en su muro, se ubica la puerta que da acceso a la terraza de 26 m2 de superficie.
En la sala se colocó una chimenea decorada con motivos naturalistas de estilo modernista.
Artesonado del dormitorio principal.
Es el artesonado más trabajado de toda la vivienda: "vigas transversales, cruzadas por una malla de viguetas en diagonal en cuya intersección colocó cromáticos remates decorativos con motivos vegetales de formas concéntricas".
Escalera de caracol.
Gracias a la estrechez de la escalera de caracol, ésta no precisa barandillas; colocada junto a la puerta que da acceso al estudio permitía el paso a la parte superior de la vivienda, el desván.
Desván.
Al desván se accede por medio de dos pequeñas escaleras de caracol que comunican con las dos partes en las que está dividido el desván.
Se trata de un espacio abuhardillado, que se comunica a través de una terraza exterior que desempeña el papel de distribuidora de la planta.
En esta parte del desván se abren dos puertas (al fondo de la fotografía), a las que se acceden a través una escalinata de madera, y que comunica con la terraza situada en la base de la torre-mirador y permite subir hasta la parte superior.
En el desván se pueden contemplar muebles diseñados por Antoni Gaudí, de otros edificios realizados por él (casa Batlló, casa Milá, Casa Calvet).
Desván.
El desván era utilizado por el servicio, pero también cumplía otra finalidad, la de ser una cámara aislante del frío, el calor y la humedad exterior.
Gaudí diseñó una original estructura que cubre el espacio, basado en un "sistema de caballetes reforzados por vigas traveseras en aspa que permite ir aumentando la pendiente y la altura de los extremos hasta el centro mediante un cambio gradual en el ángulo de abertura de dichos caballetes".
La iluminación natural entra a través de ventanas abuhardilladas.
Puerta de entrada a la terraza desde el desván.
Gaudí utiliza formas arquitectónicas tradicionales, como la superposición de ladrillos y azulejos con disposición triangular. En el exterior se usaron miles de azulejos como módulos cuadrados, técnica tradicional de la arquitectura hispanoárabe.
Terraza.
Desde el desván se entra en la terraza que desempeña el papel de distribuidor de la planta, comunicando los diferentes espacios.
El tejado con tejas de cerámica vidriada. En la restauración de 1988 se colocaron de color rojo, aunque se desconoce si en origen eran rojas o verdes.
Remate de la torre desde la terraza.
Los barrotes de la barandilla de la torre son de hierro forjado con formas de clave de sol. Ya hemos comentado que su estructura es semejante a los alminares árabes, su diseño fue ideado como un mirador coronado por una cúpula, desde donde se pudiera contemplar el mar Cantábrico.
Manija de una ventana.
Gaudí diseñaba también las manijas de las puertas y las ventanas. Se hicieron de bronce con formas orgánicas que se adaptan al tacto de las manos.
Antigua cochera, hoy tienda de El Capricho.
El Capricho de Gaudí, una auténtica joya que anticipa el modernismo europeo. Una obra llena de color, fantasía y originalidad, rasgos muy acordes con la filosofía de la arquitectura indiana.
Ha sido toda una experiencia su visita. Espero que os haya gustado.
Hasta el próximo vuelo.
BIBLIOGRAFÍA:
-Guía visual del Capricho de Gaudí, Barcelona, Dos de arte ediciones s.l., 2019.
-El Capricho de Gaudí: https://www.elcaprichodegaudi.com/
-Casa Batlló: https://www.elviajedelalibelula.com/single-post/2016-1-14-la-maravillosa-casa-batll%C3%B3-barcelona
-CARDUNCHO, Daniel R. Casa Vicens. La primera gran obra de Gaudí. Barcelona, Dosdearte ediciones Sl., 2020.
- BASSEGODA NONELL, Juan. El Gran Gaudí, Sabadell, Ausa, 1989.
-ZERBST, Rainer: Gaudí. 1852-1926. Antoni Gaudí i Cornet. Una vida dedicada a la arquitectura. Colonia, Benedikt Taschen, 2013.
-Antoni Gaudí (1852-1926). Barcelona, Fundació Caixa de pensions. 1986
-BERGÓS MASSÓ, Juan: Gaudí, el hombre y la obra. Barcelona: Universidad Politécnica de Barcelona. 1974.
-Proyecto firmado por GaudÍ: Torii, Tokutoshi (1983). El mundo enigmático de Gaudí. Instituto de España, Madrid. ISBN 84-85559-34-7.
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