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La sorprendente villa de Somaén (Soria). Una villa que ha resurgido de sus cenizas.


Entrada a la villa de Somaén.


Soria es una provincia sorprendente, ante todo nos brinda un patrimonio natural de una gran belleza, junto con numerosos pueblos llenos de encanto y con un considerable patrimonio histórico-artístico. Hoy vamos a visitar un pueblecito que me encantó. Espero que a todos vosotros también os guste.


Nos encontramos en la comarca de Tierra de Medinaceli, también llamada comarca de Arcos de Jalón, situada en el extremo sureste de la provincia de Soria, próxima a las provincias de Guadalajara y Zaragoza. Es una comarca que tiene su centro artístico e histórico en santa María de Huerta y Medinaceli, pero también encontramos en ella pueblos, considerados los más bonitos de España, como el que hoy os presento. Estoy hablando de la villa de Somaén, bañada por el río Jalón y con un paraje natural muy singular, rodeada de cerros (Peña de los Buitres, Quemados, o la llamada Peña Buitrera). Es uno de los pueblos más bellos y más desconocidos de Soria.


En la fotografía la entrada a la localidad, en donde encontramos una fuente-abrevadero, y el puente que cruza el río Jalón.


Río Jalón a su paso por la localidad.


El río Jalón, que se cruza a través de un puente situado en la entrada del pueblo, a su paso por la localidad avanza tranquilo, trazando una serie de barrancos que se prolongan hasta Jubera y Lodares.


Según parece el Cid Campeador siguió el curso de este río, camino de su destierro, alojándose en varias villas de la comarca, llegando hasta el monasterio de santa María de Huerta, final del Camino del Cid en tierras sorianas.


Vista de la localidad.


Somaén pertenece al municipio de Arcos de Jalón, y su casco antiguo data aproximadamente del siglo XIV, aunque existen vestigios de antiquísimos asentamientos en la cercana Cueva de la Mora, donde se encontraron restos de cerámica campaniforme de hace más de 4.600 años, de lo más antiguo de este periodo descubiertos en la Península Ibérica.


La localización de la villa durante la Edad Media posibilitaba el control sobre el desfiladero que había formado el río Jalón, por ese motivo fue un punto estratégico desde antiguo. Se considera probable, aunque no se conserva documentación, que en lo alto del cerro, los árabes construyeron una fortaleza en el siglo XI; surgiendo con el tiempo el caserío desperdigado por la ladera del cerro.


Algunos autores consideran que Somaén pudiera ser una palabra de origen árabe, que significa "dos torres", aunque, como ya hemos comentado, no se tiene ninguna documentación que lo corrobore.


Vista de la localidad.


El lugar perteneció a la Comunidad de Villa y Tierra de Medinaceli, pasando a formar parte del condado de Medinaceli, en tiempos de Bernardo de Foix o de Bearne, primer conde de Medinaceli, que casó con Isabel de la Cerda y Pérez de Guzmán, comprando ambos, en 1376, la villa de Somáen "con su casa fuerte y señorío, a Gómez Fernández y a su mujer Romera Jiménez". En ella construyeron un castillo en el mismo lugar en el que existía otro anterior (según se dice de origen árabe). Posteriormente en 1479 la reina Isabel la Católica, elevó el título de conde de Medinaceli al de duque, motivo por el cual Luis de la Cerda, heredero de la casa de Medinaceli, pasó de ser de V conde de Medinaceli a I duque de Medinaceli. Los duques construyeron en Somaén su palacio ducal, pero desgraciadamente fue destruido en la Guerra de la Independencia, cuando la villa fue incendiada por los franceses.


A finales del siglo XX, el municipio se integró en el de Arcos de Jalón.


Calle Mayor.


Comenzamos nuestro recorrido por la calle Mayor, esperando con gran interés conocer este pueblecito soriano del que tanto habíamos oído hablar. La villa tuvo su importancia, hasta que, el castillo se arruinó, así como el llamado barrio Alto, que quedó abandonado, pasando a formar parte de la Soria despoblada. Pero un hecho logró que esta "pequeña aldea" resurgiera en todo su esplendor. En el año 1970 un arquitecto madrileño llamado Manuel de la Torre Álvarez, director general de la empresa Consolidaciones y Contratas, compró el castillo de la villa, por la cantidad de 13.000 pesetas. El mencionado arquitecto no solo rehabilitó el castillo como complejo hotelero, sino que poco a poco fue reformando todo el barrio Alto que había quedado abandonado a su suerte. Hoy en día Somaén, es uno de los pueblos más bonitos de Soria, y lleno de posibilidades.


Calle Mayor.

Punto en el que converge la calle de las Eras con la calle Mayor. Las casas del barrio bajo son sencillas, enlucidas, con sillería en las esquinas y parte inferior de la fachada, y tejados cubiertos con teja árabe.


Bello rincón en la calle Mayor.

El trazado es medieval, con calles estrechas y algunas sin salida.


Detalle de la vivienda de la calle Mayor.


Otro rincón lleno de encanto.

Al fondo vemos los riscos que rodean a la villa.


Casas en la calle Mayor.

En la que se abren pasadizos que ponen en contacto con otras calles aledañas.


Calle Mayor. Iglesia de Nuestra señora de la Visitación.

Al fondo de la pintoresca calle Mayor encontramos la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Visitación.


Calle Mayor. Arquitectura popular e iglesia parroquial.


La iglesia de Nuestra Señora de la Visitación.

El edificio fue construido en 1757, en mampostería con sillares en las esquinas. Tiene una sola nave, cubierta exteriormente con teja árabe a doble vertiente. En el lado del Evangelio se abre una capilla, de planta cuadrada, adosada a la nave. y en el lado de la Epístola, otra capilla y la sacristía.


Hastial de los pies de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Visitación.

Presenta tres pisos, en el inferior, realizado en mampostería, se abre una saetera por la que se ilumina la parte inferior del coro; el cuerpo intermedio, en donde se alojan las campanas, en dos vanos abiertos en arco de medio punto. La del vano derecho es de 1782, y se llama "Jesús, María, José y santa Bárbara"; la del vano izquierdo es de hacia 1500, y su nombre es "Jesús". Sobre este cuerpo de campanas, se alza un tercer cuerpo, en cuyo centro se abre un vano, que aloja una campana más pequeña, realizada en 1865 y llamada "santa Quiteria"; el vano está flanqueado en los extremos por pináculos coronados por bolas.


Atrio de la iglesia de Nuestra Señora de la Visitación.

A la iglesia se accede a través de un portada dovelada, protegida por un pequeño atrio cubierto por una bóveda de arista.


Interior iglesia de Nuestra Señora de la Visitación.

El templo tiene una sola nave con cabecera cuadrada, en la que encontramos el retablo mayor, de estilo barroco, con las imágenes de los cuatro evangelistas, acompañados de sus símbolos, que rodean a la escultura central y sobre ella un tondo con una pintura, ambas representando el pasaje de la Visitación de María a su prima Santa Isabel. Culmina el retablo una pintura representando a la Trinidad, flanqueada por dos esculturas de virtudes.


Detalle del artesonado de la cabecera de la iglesia.

La cabecera se cubre con un artesonado ochavado a cuatro aguas con tirantes esquineros, que aún conserva parte de la policromía en su decoración.


Nave de la iglesia de Nuestra señora de la Visitación.

La nave se cubre con un artesonado de par y nudillo con tirantes pareados que se apoyan en ménsulas de madera. En él hay una inscripción con la fecha de su construcción.


En la nave se abren dos capillas, y al lado de la cabecera, la sacristía. Al fondo se alza el coro, bajo el cual hallamos la pila bautismal.


Calle de la Soledad.

A través de ella llegamos hasta la ermita de la Soledad y al camino que lleva a Arcos de Jalón.


Ermita de la Soledad.


Dejando atrás la iglesia parroquial y siguiendo por la calle de la Soledad, hacia el camino que lleva a Arcos de Jalón, encontramos la ermita de la Virgen de la Soledad.


Construida en 1820, con piedras de arenisca. En el pórtico delantero podemos leer una inscripción: "Se prohíbe afilar". Es un tema curioso, ya que los vecinos afilaban sus utensilios en las aristas de las piedras de la ermita y como estaban deteriorando la fachada del templo tuvieron que prohibir que la utilizaran de afilador. Tiene una pequeña espadaña en la que se cobija una campana, llamada "Jesús, María y José", fundida en 1690.


Es un templo de planta de cruz griega, al que se accede a través de un pequeño atrio. La nave se cubre con bóveda de arista, y en ella encontramos varios retablos barrocos. En su interior también se conserva la imagen de santa Quiteria, patrona de la localidad.


En la parte posterior de la ermita de la Virgen de la Soledad, sobre el vano que se abre en su fachada, se colocó un escudo, casi borrado por el paso del tiempo, bien pudiera ser el escudo de la villa, o de la persona que financió su construcción.


Una vez que hemos visitado los edificios religiosos del centro de la villa, nos encaminamos hacia el barrio alto y al castillo. Es una única calle en pendiente, la calle del Barrio Alto.


Paseando por la calle del Barrio Alto, nos encontramos bellos rincones, en los que los edificios se funden con la vegetación.


Seguimos por la calle del Barrio Alto, al fondo vemos los cerros que rodean a la población.


Subiendo por el camino de la izquierda, que sigue siendo la calle del barrio Alto, vamos contemplando los edificios y el paisaje que los rodea.


La calle se estrecha y cada vez es más empinada.


Las casas fueron construidas adaptándose perfectamente al terreno. Al fondo, a la izquierda, las escaleras que dan acceso al camino que conduce al castillo; a la derecha el acceso al jardín de la vivienda que vemos al frente.


Paseando por sus empinadas calles nos encontramos edificios de tonos ocres, de entramado de madera, con jardines llenos de flores y vegetación.


Las callejuelas adoquinadas se encuentran por doquier, en las que destacan las construcciones de entramado de madera.


El silencio y los rincones en los que la luz incide de una forma especial, convierten a este pueblecito, en uno de los más bonitos de España.


Por el camino que conduce al castillo nos vamos encontrando rincones especiales. Quizás un antiguo lavadero o fuente.


Hemos llegado a la parte superior del barrio Alto, y nos vamos encontrando magníficas casas con sabor antiguo.


Detalle del pórtico de la vivienda anterior, desde el que se contemplan preciosas vistas del cañón del Jalón.


Antigua casona de rentas.

Ya estamos llegando al final del camino que nos conduce al castillo. En la parte alta nos encontramos con al antigua "casona de rentas", situada en la parte inferior del castillo, que fue reformada como posada, cuando se rehabilitó el castillo.


Antigua casona de rentas.

La Casona de Rentas era donde en el siglo XVIII se cobraba el portazgo por pasar mercancías del Reino de Aragón al de Castilla. Como hemos comentado anteriormente, al restaurarse el castillo se transformó en Hotel Posada Real de Santa Quiteria, que forma parte del Hotel del Castillo.


Detalle de la fachada de la antigua casona de rentas.

Es magnífico el trabajo de forja que encontramos en Somaén. Se han rehabilitado antiguas rejas y se han realizado otras nuevas. Algunas de ellas se realizaron en la Forja Artesanal Félix Escudero de Soria.


Vista de los alrededores de Somaén.

Desde el mirador de la fonda de santa Quiteria, se contempla la parte nueva de Somaén, al otro lado de la carretera y del río.


Es destacable el paisaje del entorno, con una mezcla de cuarcitas, areniscas y calizas que el Jalón ha ido erosionando, y en donde han encontrado su hábitat perfecto las rapaces como buitres leonados y águilas reales (Peña de Los Buitres, Peña Buitrera).


Torre del Castillo.

El día que visitamos Somaén no pudimos acceder a la zona alta del castillo y nos tuvimos que conformar con verlo desde la parte inferior del recinto.


El castillo fue construido en el siglo XIV por Bernard de Bearn, primer conde de Medinaceli, en sillarejo, cal y canto, en lo alto de un cerro, desde el que se domina la cuenca del río Jalón. Su esbelta torre se alza entre la vegetación, sobre el espolón rocoso, extendiéndose el caserío por su ladera.


Torre del Castillo. Parte posterior.

Como ya hemos comentado en 1970 el propietario del castillo, el arquitecto Manuel de la Torre, lo rehabilitó para segunda residencia. Pero al ver que por la zona no existía ni restaurante ni hotel donde poder alojarse, compró la antigua Casa de Rentas, situada a los pies del castillo, y la acondicionó como hostal, llamándola "la Posada de santa Quiteria", ampliando el conjunto hotelero posteriormente añadiendo la torre del castillo. Un hotel con todas las comodidades, y en un entorno de lujo.


Del antiguo castillo solo se conserva la torre que surge entre la vegetación. En origen tenía cuatro alturas, en la rehabilitación llevada a cabo por Manuel de la Torre, se añadió una quinta para ubicar en ella habitaciones del hotel, cubierta con un volado alero de madera.


Torre del Castillo.

El castillo era de planta irregular, alargada, adaptado a la superficie en donde fue construido. En origen tenía dos torres y un recinto que las unía, como el vecino Castillo de Montuenga de Soria, pero una de ellas se derrumbó. La que se conserva es de planta pentagonal en proa, y muy esbelta. La entrada, en arco apuntado, se sitúa en uno de los muros junto a la torre.


Vista desde el castillo.

El enclave del pueblo es mágico, en un cañón de tonos rojizos. En el pueblo destacan sus calles empedradas, y una perfecta combinación entre vegetación y viviendas.


Vivienda de entramado de madera.

Bajando de la zona del castillo, nos seguimos encontrando las típicas casas de entramado de madera, que dan un aspecto medieval a la villa. Es la parte posterior de la vivienda. Es digno de comentar el trabajo de forja de sus rejas y los detalles que podemos ver en cada casa, como en este caso, un antiguo abrevadero de piedra, adosado a la fachada de la casa.


Viviendas del barrio Alto.

A consecuencia de la rehabilitación del castillo, un nuevo pueblo fue surgiendo "a sus pies". Algunas casas antiguas, ya existentes, fueron reformadas, recuperando el esplendor de antaño, esplendor que perdió cuando el pueblo se fue despoblando; y otras fueron construidas de nuevo, pero que conjugan perfectamente con el entorno.


Rincón del barrio Alto.

El nuevo barrio, sigue conservando el aire medieval de antaño.


Forja de una vivienda de entramado de madera del barrio Alto.

Reja de hierro forjado, volada para ventana, con barrotes ensamblados cuadrados y rectangulares, y copete en forma de cruz.


Cruce de caminos.

También encontramos pequeñas plazuelas, en las que, como en este caso, como decoración han colocado una cruz de término o de humilladero.


Vivienda en el barrio Alto.

Ya hemos comentado que las viviendas fueron rehabilitadas por el arquitecto Manuel de La Torre, y que también han construido unas 30 viviendas nuevas, que son propiedad de particulares de Madrid, Zaragoza y Barcelona, que conviven esporádicamente con los 20 habitantes que permanecen en el pueblo todo el año. En el barrio Alto se realizó un gran trabajo, pavimentando las calles, soterrando las redes de electricidad, alumbrado, teléfono, etc., pero siempre "respetando la esencia original del pueblo utilizando materiales acordes a la historia que hay tras de él", según palabras del arquitecto.


Esta vivienda tiene un encanto especial, a la que han añadido una esbelta espadaña con un campanil.


Detalle de la vivienda anterior.

En la que destacan las rejas, el trabajo en madera y la pequeña capillita al lado del quicio de la puerta de entrada.


Vivienda en el barrio Alto.

Las fachadas fueron restaurada con buen gusto, fusionando lo moderno con lo antiguo, el resultado es un lugar con gran encanto, que hoy en día es considerado como uno de los pueblos más bonitos de Soria y de España. En la mayoría de las viviendas del barrio Alto vemos preciosos jardines colgantes, que alegran el entorno.


También podéis ver dos abrevaderos antiguos de piedra, sobre el murete que separa el jardín de la calle.


Jardín de la vivienda anterior.

Las vistas son impresionantes, y el juego de colores espectacular.


Vivienda en el barrio Alto.

En estas nuevas viviendas se han aportado nuevas tendencias, que recuerdan a obras de los arquitectos Norman Foster, Charles Eames y Bofill, que se unen perfectamente con el diseño de la arquitectura popular de la zona. Se han construido edificios en los que el hierro y el cristal se funden con el barro y la arcilla de la arquitectura tradicional de la villa. Tienen grandes ventanales modernos combinados con piezas antiguas de forja, tejas árabes recuperadas, vigas de madera, volados aleros, que enriquecen de gran manera a las casas.


Vivienda del barrio Alto.

Casas que combinan lo antiguo con lo moderno.


Puerta de entrada de la casa anterior.


Puerta entablada de una sola hoja y partida, la más común en la Edad Media. Se denomina entablada porque la forman tablas unidas con elementos transversales metálicos o de madera clavados. Al carecer de cerco, la rotación de la hoja se realizaba en dos quicios (superior e inferior). La hoja se encaja en un dintel de madera con sus correspondientes orificios para el quicio.


Está decorada con clavos de cabeza ancha semicircular. Con una sencilla aldaba de argolla o aro.


Vista de Somaén.

Desde el barrio Alto, podemos ver el pueblo que se ha extendido al otro lado de la carretera, en la ladera del cerro que queda enfrente del castillo y los riscos que proporcionan un bello paisaje.


Con gran satisfacción abandonamos Somaén, un precioso pueblecito que nos ha dejado un gratísimo recuerdo. Su esbelta torre domina el precioso paisaje que los somaeneros tienen la suerte de disfrutar.


Espero qué os haya gustado este vuelo por la mágica Soria. Un pueblo no puede perderse por la desidia y el abandono. Ejemplos como el de Somaén alegran el espíritu.



Hasta el próximo vuelo.




BIBLIOGRAFÍA:




-LORENZO CELORRIO, Ángel: Compendio de los castillos medievales de la provincia de Soria...: https://bibliotecadigital.dipsoria.es/storage/2022/03/COMPENDIO-DE-CASTILLOS-MEDIEVALES-DE-LA-PROVINCIA-DE-SORIA.pdf


-La resurrección de un pueblo: https://www.elmundo.es/elmundo/2012/07/03/suvivienda/1341299774.html










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