Cripta norte (de san Valero) de la ex-catedral de san Vicente. Roda de Isábena (Huesca).
La iglesia de Roda se levantó en el lugar que ocupaba un antiguo castillo arrasado por las tropas musulmanas en el año 907 (cuyos restos aún se pueden ver en la parte norte). Y fue construida en diferentes fases (entre los siglos XI y XIII); en el siglo XVIII sufrió importantes modificaciones; y finalmente se llevó una profunda restauración en el siglo XX.
El nombramiento de Roda de Isábena como sede episcopal se verificó el 1 de diciembre de 956. Y será su primer obispo, Odisendo, hijo del conde de Ribagorza Ramón II, quien consagró la iglesia a San Vicente Mártir el 17 de noviembre de 957. En el año 1006 las tropas musulmanas al mando de Abd-Al-Malik, hijo de Almanzor, destruyeron la localidad. Una vez reconquistada en 1010, se comenzó la construcción de una segunda catedral. Ésta, a su vez, fue consagrada en 1030 por el obispo Arnulfo y dedicada a San Vicente y a San Valero (maestro de San Vicente). Uno de los obispos más importantes en la historia de la catedral fue San Ramón de Roda, ya que durante su mandato se realizaron importantes obras en ella.
Roda fue cabeza de obispado hasta 1100, fecha en la que la sede episcopal fue trasladada provisionalmente a Barbastro; pasando en el año 1149 a Lérida. Esto motivó que Roda, poco a poco, perdiera la importancia que hasta entonces había tenido. En el año 1787 el obispo de Lérida declaró la secularización del cabildo de Roda, quedando reducido a simple colegiata. La última restauración se llevó a cabo en el año 2004.
La colegiata de San Vicente es un edificio de grandes proporciones. Tiene planta rectangular, con tres naves y tres tramos separados por gruesos pilares cruciformes. Las naves están separadas por arcos formeros de medio punto. En el primer tramo encontramos la cabecera triconque; en la que hay dos niveles. En el superior el presbiterio, al que se accede por medio de unas escaleras a ambos lados de la nave principal y de las laterales; y en el inferior, las criptas. La central o de San Ramón está abierta a la nave: a la que se accede por medio de una escalinata. La peculiaridad es que está abierta a la nave principal por medio de tres arcos de medio punto (realizados en 1650), quedando el presbiterio en un nivel superior. Delante vemos la pila bautismal. Del siglo XVI, decorada con bolas y arcos, su parte inferior gallonada.
Detalle del nivel inferior. En él se encuentran tres estancias que corresponden a cada uno de los ábsides. La central, es la llamada cripta de San Ramón, bajo cuyo obispado (hacia 1125) se construyó, aprovechando el hueco de una cripta anterior. En ella se ubica el sepulcro donde fue enterrado el santo.
La que vamos a comentar en este pequeño artículo es la cripta norte o de san Valero, situada a la izquierda de la de San Ramón. Es un espacio rectangular, cubierto con bóveda de cañón y cabecera semicircular. Es conocida como la “Sala del Tesoro”. Originalmente debió estar dedicada al culto, pero posteriormente se cerró durante muchos años con un grueso muro y guardada con una puerta doble con triple llave, ya que fue usada como archivo, depósito del aceite de la catedral (aún se pueden ver dos tinajas en las que se guardaba el aceite); y lugar de guarda del tesoro. Su cabecera está decorada con pinturas al temple, realizadas, según algunos autores, en la transición de los siglos XII y XIII; y para otros estamos ante unas "pinturas arcaizantes" de finales del siglo XIII y comienzos del XIV. También han sido relacionadas con la pintura románica catalana, con el conjunto de la sala capitular del monasterio de Sijena y con el círculo del maestro de Navasa (finales del siglo XII según J. Gudiol Ricart).
En conclusión la mayoría las considera pinturas de una calidad técnica baja y arcaizantes, observándose cierta diferencia entre la factura del menologio, más avanzado, y el resto de las escenas. Englobándolas dentro de un románico final y popular de finales del siglo XII o principios del siglo XIII, sin ningún atisbo de los nuevos aires del incipiente estilo gótico. Pero, sin duda, obras de gran interés para el arte.
En el ábside, semicircular cubierto por bóveda de horno rebajada, y encima de un vano abocinado de doble derrame, encontramos una Maiestas Domini, Cristo entronizado con actitud de bendecir, rodeado de los Tetramorfos. Bajo ella un menologio o representación de los meses del año; y en la parte inferior la lucha entre hombres y monstruos. A ambos lados del ábside, en las enjutas: el bautismo de Cristo, y San Miguel pesando almas. Son pinturas realizadas al templo sobre una capa de mortero, en la que destacan los vivos colores, quizás no los originales, debido a las diversas restauraciones que se han realizado.
En la arqueta situada en el centro se guardaban los restos de San Valero, quien fue obispo de Roda antes de serlo de Zaragoza, posteriormente fueron trasladados a la urna de la cripta de San Ramón. Esta arqueta está decorada con placas de cobre dorado y esmaltes de Limoges sobre terciopelo rojizo; que fueron robados por "Erick el Belga", como algunos bienes que se conservaban en el interior de la iglesia. Hoy en día han sido repuestos los que se pudieron recuperar.
En la enjuta del lado norte del arco presbiterial se representa el bautismo de Cristo. Con él se inicia la "vida pública" de Jesús, y es mencionado por los cuatro Evangelistas: Mt 3,13-17; Mc 1,9-11; Lc 3,21-22; Jn 1,29-34. Quienes relatan que Jesús llega a la orilla del río Jordán, encontrándose con su primo Juan, conocido como "El Bautista", y le pidió que le bautizara.
En las primeras representaciones de esta iconografía solo aparecían las dos figuras de Jesús y Juan, pero a partir del siglo VI, también se pintan ángeles, que actuaban como acólitos. En la escena que podemos ver en la cripta de Roda, observamos una gran simplicidad compositiva. El personaje principal, Jesús, aparece en el centro de la composición, desprovisto de vestimentas para referir el rito por inmersión en el río Jordán, aguas que cubren sus piernas desnudas. A la derecha San Juan Bautista, con nimbo de santidad, impone su mano sobre el hombro de Jesús cogiéndole al mismo tiempo el brazo izquierdo para sumergirlo en las aguas del río. A la izquierda aparece la figura de un ángel que porta las vestimentas de Cristo.
Jesús en el centro de la composición mira fijamente al observador. Su postura es estática y su anatomía poco naturalista. Aparece barbado y con nimbo crucífero, es decir con tres bandas que tienen doble significado, la cruz en la que sería clavado o la Santísima Trinidad. Jesús levanta las manos, con la derecha hace el gesto de bendición, mientras presenta la mano izquierda abierta. San Juan le coge del brazo izquierdo para sumergirlo en el Jordán.
En el otro lado, en el sur, podemos ver al arcángel San Miguel pesando el alma de un difunto mientras un demonio con dos cabezas trata de desequilibrar la balanza hacia el mal. Es la Psicostasis o pesaje de las almas.
San Miguel desempeñaba un papel importantísimo en el Juicio Final, ya que como en otras religiones (Anubis en Egipto, Hermes en Grecia, Mercurio en Roma), era el encargado de pesar las acciones buenas y malas de los difuntos, y conducirlos hacia la vida o hacia el castigo eterno.
El término psicostasis proviene del griego y significa el peso del espíritu o la lucha del alma, esto es, el procedimiento por el cual se determina la condenación o salvación eterna. En el cristianismo sucederá al final de los tiempos, cuando se produzca el Juicio Final y San Miguel pese en una balanza las buenas y malas acciones. En este proceso también interviene el diablo, quien utiliza artimañas para inclinar la balanza a su favor y llevarse el alma al infierno.
Situado en el cascarón absidal vemos un Cristo en Majestad, bajo él un "menologio". En la parte superior una greca decorativa con la "cruz de consagración" y una inscripción. Alrededor podemos observar como los cuatro signosTetramorfos, en cuya parte inferior se ven los libros, símbolo de los evangelios que escribieron. Todos rodean la figura de Cristo: el hombre (San Lucas); el león (san Marcos); el águila (san Juan); y el toro alado (san Lucas). Todos los símbolos vuelven sus cabezas mirando hacia Jesús como señal de respeto.
Detalle del Pantocrátor o Maiestas Domini, Dios legislador, que viene a juzgar a todos. Se le representa entronizado, con un nimbo crucífero, con la mano derecha levantada en señal de bendición y con la izquierda sujetando un libro.
Detalle de Cristo. Aparece hierático, vestido con una túnica verde, cubierta por un manto ocre y rojizo. Su rostro es el típico del románico, con ojos almendrados, nariz alargada y boca pequeña, muy similar al que ya hemos visto en la escena del bautismo.
Representación de figuras humanas símbolos de los meses del año con sus signos del zodiaco. Aunque en realidad los únicos signos que se conservan junto a los meses son los tres primeros: Acuario, Piscis y Aries, los demás faltan, pero los tres primeros no hay duda. Es "el único caso conocido de la Península que se asocia zodiaco y menologio en la misma representación".
Los estudios llevados a cabo por José Luis Mingote Calderón nos conduce a descifrar los personajes que se representan de izquierda a derecha:
Enero, hombre encapuchado que lleva un fardo a la espalda, mientras vierte agua mediante un gran jarro. Simobología: agua: acuario.
Febrero es otro encapuchado que se calienta con un fuego y delante de él, dos peces aparecen enlazados con una cuerda. Simbiología: peces: piscis.
Marzo, un campesino está podando unas vides, bajo ellas aparece un carnero. Simbología: aries: carnero.
Abril, una mujer con flores.
Mayo. Escena totalmente deteriorada.
En el lado derecho, sigue el menologio, con el mes de junio, julio, agosto y septiembre, con diversas tareas agrícolas.
Vemos de izquierda a derecha.
Junio. Figura segando con una guadaña.
Julio. Un hombre con sombrero cónico siega con una hoz.
Agosto. Otro hombre con similar sombrero tiene un mayal sobre su cabeza.
Septiembre. Vendimiador recogiendo las uvas.
Octubre. Hombre que lleva sobre sus hombros un pellejo de vino y lo vierte en una cuba.
Noviembre. Hombre vareando un árbol, bajo el que están tres cerdos, aparentemente comiendo lo que cae del árbol.
Diciembre. Dos personas detrás de una mesa (posibles comensales de la matanza del cerdo).
En la zona inferior podemos contemplar una serie de animales fantásticos junto con figuras que parecen dos hombres, que se sitúan en los extremos.
En general estamos ante una serie de pinturas que con seguridad fueron realizadas con el fin de enseñar a los fieles, en imágenes, escenas de las Sagradas Escrituras, con fines pedagógicos. En la parte inferior el infierno, con animales monstruosos; en la zona intermedia, la tierra, con la vida diaria de la gente que acudía a la iglesia; y en la zona superior, correspondiente al cielo. El bautismo de Cristo, como comienzo de todo aquel que se bautiza al cristianismo; y la Psicostasis, o Juicio Final, el paso de la vida terrenal a la vida eterna o al infierno.
Hasta aquí este pequeño estudio de la cripta norte de la antigua catedral, hoy colegiata, de Roda de Isábena. Sólo deciros que espero que hayáis disfrutado tanto como yo al contemplar la historia y el arte de un primitivo Reino de Aragón que tan olvidado está en muchos casos.
Hasta el próximo vuelo.
Bibliografía:
-ÁNGEL CANELLAS LÓPEZ; y ÁNGEL SANVICENTE: Aragón Románico, vol. 4 de España Románica, Ediciones Encuentro, 1979, pags. 433-436.
-MINGOTE CALDERÓN, José Luis: El Menologio de la catedral de Roda de Isabena (Huesca). Su interpretación. Zaragoza, Diputación Provincial "Institución Fernando el Católico", 1986, pp. 215-234.
-MANUEL iGLESIAS COSTAI: Roda de Isábena; Jaca, 1980.
-JOSÉ LUIS ARMENDÍA: El románico en Aragón, Tomo 1º. Cuencas del Noguera Ribagorzana e Isábena, Zaragoza, Librería General, 2001.
-MANUEL IGLESIAS COSTA y otros: Arte religioso del Alto Aragón oriental. Arquitectura románica, siglos X-XI, XII y XIII, Tomo 3, col. Mirador, Zaragoza, ed. Prames, 2004.
-MANUEL IGLESIAS COSTA: Roda de Isábena, ex sede y catedral ribagorzana. Instituto de Estudios altoaragoneses, Diputación de Huesca, 2006.
-GALTIER MARTÍ, F., "El núcleo primitivo del Tesoro de Roda de Isábena", en Seminario de Arte Aragonés nº XXXIII, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1981, pp.197-112.
-ANTONIO GARCÍA OMEDES:(www.romanicoaragones.com) página web con fotografías y descripción de la iglesia.
-BORRÁS GUALIS, G.M. y GARCÍA GUATAS, M., La pintura románica en Aragón, Zaragoza, C.A.I. y F.G.M., 1978.
-CASTILLÓN CORTADA, F., “Inventario litúrgico de la Catedral de Roda de Isábena”, en Aragonia Sacra, nº XIII, Zaragoza, Comisión Regional del Patrimonio Cultural de la Iglesia Católica en Aragón, 1998, pp.243-254.