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La historia de una de las fuentes históricas de Zaragoza. La Fuente de Neptuno.

Oh, gran Poseidón que dominas la tierra y el mar incansable.


Oh, dios marino que posees el Helicón y el vasto dominio del Egeo.

Los dioses te han atribuido, trastornador de la tierra,

el doble privilegio de ser domador de caballos y salvador de navíos.


(Himno al dios griego de las aguas: Poseidón (Neptuno en Roma), compuesto por Giacomo Leopardi partiendo de uno de los himnos que se atribuyen al escritor Homero).

Tras la Guerra de la Independencia Zaragoza comenzó su reconstrucción, ya que durante los Sitios, la ciudad quedó muy perjudicada. En aquella época no existía el agua corriente en la ciudad, y el gobierno militar francés, comandado por el general Luis Gabriel Suchet, deseando dotar a la ciudad de fuentes de boca, ordenó al director del Canal Imperial de Aragón, don Pedro Lapuyade, la construcción de fuentes en la ciudad.


La primera fuente que se erigió fue en la plaza de San Francisco, llamada así por el convento que allí se ubicaba, destruido en los Sitios de Zaragoza junto al Real Hospital de Nuestra señora de Gracia (posteriormente será conocida por el nombre de plaza de San Fernando, de la Constitución y finalmente de España).


Vista de la Calle del Coso y actual plaza de España después del Primer Sitio de 1808.


Fotografía: BRAMBILA, F. y GALBEZ, J. Portabella, E Litografía-Zaragoza. A.H.P.Z.


En el año 1811 encargaron al escultor alcañizano Tomás Llovet, profesor de la Escuela de Bellas Artes de Zaragoza, una escultura para adornar la fuente que se pensaba levantar en la entonces llamada plaza de San Francisco. El escultor realizó una estatua representando al dios Neptuno de los romanos (dios Poseidón de los griegos). La escultura, se realizó pero no así la fuente. Será en 1833 cuando el ayuntamiento, para conmemorar el juramento como princesa de Asturias de la futura reina Isabel II, abrió una suscripción popular para construir la proyectada fuente en la plaza, en aquel entonces, llamada de San Fernando (hoy plaza de España).

La fuente se estaba construyendo según proyecto de los arquitectos José de Yarza y Joaquín Gironza, pero necesitaba una escultura para adornarla. Por ese motivo la Comisión de Fuentes pidió al Marqués de Lazán, protector de los Canales Imperial de Aragón y Real de Tauste, que les cediera la escultura del dios Neptuno que había sido encargada por el gobierno francés años antes. La escultura fue cedida con la condición de que se abonase lo que habían pagado al escultor Llovet: veinte y dos mil trescientos ochenta reales de vellón. El escultor Llovet presentó un nuevo modelo para la fuente, que fue aprobado el 9 de febrero de 1834; siendo terminada en 1838.


Fotografía: Archivo Coyne. A.H.P.Z.

La fuente aunque terminada no comenzó a funcionar hasta el 24 de julio de 1845, ya que hubo problemas con el sistema de traída de las aguas. En un primer momento se pensó traerlas desde unos manantiales conocidos como los “Ojos de Pinseque”, pero finalmente se trajo el agua del Canal Imperial de Aragón. Pronto se convirtió en el lugar de reunión de los zaragozanos, las mujeres iban allí a buscar agua, y los aguadores a llenar sus toneles e ir vendiendo agua casa por casa.


Fotografía: Archivo Coyne. A.H.P.Z.

Hasta el año Fue 1862 fue la única fuente existente en el centro de la ciudad, a partir de ese año se construyeron otras fuentes vecinales, entre ellas la de la Samaritana, ya comentada en este blog. Pero el progreso, instalación del agua corriente, motivó su sustitución en 1902 por el actual Monumento a los Mártires. En ese año se desmontó y sus piezas se llevaron a diversos almacenes del Ayuntamiento, hasta 1933 estuvo al final de la calle del Heroísmo. Posteriormente estuvo un tiempo en otro almacén en las Balsas de Ebro Viejo.


En la fotografía la construcción del monumento a los Mártires (visto también en este blog), que sustituyó a la de Neptuno. En ese mismo año la fuente del Dios será desmantelada.


Fotografía: Archivo Coyne. A.H.P.Z.

En el año 1935 la fuente se montó en la arboleda de Macanaz, en donde solitaria quedaría sin funcionar como fuente.


Fotografía: Gerardo Sancho. Archivo del ayuntamiento de Zaragoza.


Finalmente el 24 de julio del año 1946 se colocó en el lugar que hoy en día podemos contemplarla, en la Glorieta de la Princesa, en el parque José Antonio Labordeta.


La fuente consta de un pilón circular, en cuyo centro vemos una pirámide truncada cuadrangular, en cuyas esquinas se pueden observar cuatro delfines (criados del dios) que arrojan agua por sus bocas abiertas. Alrededor del pilón encontramos también doce caños (tres en cada frente), por los cuales mana el agua.

Encima de la pirámide truncada se asienta una columna ornamentada con bocas de león unidas por guirnaldas.

Sobre la mencionada columna, se yergue majestuoso Neptuno, el dios de los mares, Éste, portaba un tridente en su mano derecha (tras una gamberrada en el año 2009 la escultura perdió parte de su antebrazo izquierdo y el tridente), mientras su brazo derecho se extiende como queriendo calmar un mar imaginario.

El escultor Tomás Llovet se inspiró en la escultura y fuente de Neptuno del Paseo del Prado de Madrid, obra de Pascual de Mena, realizada en 1774, pero sin llegar a la calidad de ésta.


En la fotografía el monumento de Neptuno en Madrid.

En los frentes de la base podemos ver cuatro inscripciones (cinco con la placa colocada en 1946 y situada en el frente), rodeadas de orlas. En la parte frontal se puede leer:


Se principió en 1833. Llegó el agua en 24 de julio de 1843 Gobernando como Reina La que había sido jurada Princesa.

En la parte inferior de la anterior inscripción se puede ver la placa conmemorativa de su inauguración en el Parque Primo de Rivera en el año 1945. En ella se puede leer:


"Esta fuente de la Princesa se inauguró

en la que hoy es Plaza de España.

El 24 de Julio de 1845.


Fue desmontada el 18 de septiembre de 1902.

A los 101 años vuelven a correr las aguas

para mayor ornato de este parque.


Zaragoza, 24 de julio de 1946"


(Inscripción transcrita por J.A. Almería al que le doy las gracias).

En el lateral derecho podemos leer:


La sangre derramada Por religión y Patria en este sitio De mártires sin cuento La base riega de este monumento.

Detalle de la inscripción anterior.

Parte posterior del monumento:


Ni á mejor Princesa Ni á pueblo más fiel Ni en suelo mas ilustre Pudiera dedicarse esta memoria.

En el lateral izquierdo:

Para eternizar El primer acto de fidelidad A Doña Isabel Segunda, Como Princesa de Asturias. Zaragoza 1833.


En los ángulos de la pirámide vemos unos delfines fantásticos, que hacen el papel de surtidores de agua.


Poseidón-Neptuno tenía animales marinos como criados; a uno de ellos llamado “Delfino” lo mandó a buscar a la bella Anfítrite, que rechazaba casarse con él. Delfino consiguió que ella aceptara el ofrecimiento del Dios, con lo cual los delfines pasaron a formar parte de la Corte del dios del mar.

Detalle de uno de los delfines.

Nos despedimos del rey Neptuno, al que dejamos en su plaza de la Princesa, algo alejado de su reino marino, pero rodeado de palmeras y numerosas cotorras que anidan a sus anchas por este parque.

BIBLIOGRAFÍA:


- http://tausiet.blogspot.com.es/2016/01/la-historia-errante-de-neptuno-en.html


-Noticia en el Heraldo en la que se comunica que la escultura ha sufrido una agresión: http://www.heraldo.es/noticias/aragon/zaragoza/la_ola_vandalismo_llega_parque_grande.html


- La escultura del siglo XIX en Zaragoza. Un siglo de luces y sombras: http://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/33/42/02rincon.pdf


-Isabel Yeste: Las antiguas fuentes de Zaragoza:

http://www.fabz.org/system/uploads/0000/0989/lc8341.pdf

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