Santa María de Tobed. Patrimonio de la Humanidad.
El mudéjar es “ el único tipo de construcción peculiarmente español del que podemos envanecernos" (Menéndez Pelayo).
Con la iglesia de Santa María de Tobed, realizaré un recorrido por el arte mudéjar aragonés, con su peculiar personalidad dentro del mismo mudéjar hispánico.
Tobed es un precioso pueblo situado en el valle del río Grío, a los pies de la Sierra de Vicor. Fue reconquistado por Alfonso I el Batallador en 1120 e integrado en el Reino de Aragón en la Comunidad de Calatayud. En 1134 murió el rey aragonés Alfonso I el Batallador, y en su testamento legó su reino a las órdenes militares. Éstas renunciando a este legado recibieron en compensación ciertas concesiones. A la Orden del Santo Sepulcro, entre otras muchas cosas, solares y pueblos, sobre todo en la zona de Calatayud. Al constituirse aquí la Real Casa y Comunidad de los Canónigos del Santo Sepulcro de Jerusalén, Tobed pasó a depender de su patronato y jurisdicción hasta la Desamortización de Mendizabal en 1837.
Fotografía de charoserrano.blogspot.com.es
En el año 1356 se inicia la guerra entre los dos Pedros (Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón), la Orden del Santo Sepulcro apoyará al rey aragonés, sufriendo en consecuencia las iras del castellano. Será en ese mismo año cuando se iniciaron también las obras de la iglesia fortaleza de Tobed, una de las joyas del arte mudéjar aragonés. La cual es uno de los diez bienes inscritos dentro de la Arquitectura mudéjar de Aragón, declarados en el año 2001 patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
No hay que olvidar que en esta zona quedó en su mayor parte ocupada por mudéjares o musulmanes que vivían en territorio reconquistado por los cristianos. Eran magníficos artesanos y maestros de obras. Los cuales crearon un nuevo estilo con claras influencias del mundo musulmán, plasmado en los edificios cristianos que realizaron a lo largo del Valle del Ebro, Bajo Aragón y Teruel capital.
Junto con la iglesia de San Félix de Torralba de Ribota es uno de los mejores ejemplos de las llamadas iglesias-fortaleza mudéjares. Estas iglesias son el resultado de la influencia de las órdenes militares que poseían los lugares en los que fueron edificadas.
La iglesia de Santa María de Tobed está muy vinculada al rey Pedro IV, al arzobispo Don Lope Fernández de Luna y al Papa Benedicto XIII, y todos relacionados, a su vez, con la Orden del Santo Sepulcro, propietaria del lugar. Todos ellos favorecedores de la extensión del arte mudéjar en aquella época.
Un documento del 3 de junio de 1359 da noticia que la iglesia de Tobed y los altares construidos en ella dependían de la orden del Santo Sepulcro de Calatayud y no de la diócesis de Tarazona. Esto nos da idea que la iglesia comenzada en 1356 ya estaba terminada en 1359.
La iglesia, según consta en un misal de la Real Casa del Sepulcro, fue construida sobre un antiguo santuario mariano ya existente en época visigoda, consagrada el 3 de abril de 1066. (Esta noticia fue recogida por Mariano del Cos en sus “Glorias de Calatayud”, de 1845).
En el año 2005, mientras se llevaban a cabo obras de restauración, se descubrió una inscripción con el nombre de Mahoma Qalahorrí o Mahoma de Calahorra, en el ventanal izquierdo de la cabecera. Este importante descubrimiento, según opina Gonzalo Borrás, vincula esta iglesia con otras obras realizadas por el maestro de obras Calahorrí, como el Santo Sepulcro de Zaragoza y la Parroquieta de San Miguel de La Seo, cuyo mecenas fue el arzobispo don Lope. Y añade que Mahoma Calahorrí trabajó para la orden del Santo Sepulcro; y el otro maestro de obras importante en la época, Mahoma Ramí lo hizo, a su vez, para el Papa Benedicto XIII en La Seo de Zaragoza y en Cervera de la Cañada, entre otras obras.
Detalle de la inscripción: Mahoma Qalahorri.
A partir de 1385 podemos pensar que se inicia una segunda fase de las obras, ya que en ese año todas las rentas y donaciones recibidas por el Santo Sepulcro de Calatayud se destinan a realizar obras en la iglesia.
Esta fase se terminó hacia 1394, ya que en la clave del último tramo de la nave aparece el escudo del Papa Benedicto XIII, el cual no fue elegido hasta 1394. Durante esta segunda fase puede que se llevara a cabo la decoración del último tramo de la iglesia y el alfarje.
Según la opinión de Borrás, la vinculación de Tobed con la Orden del Santo Sepulcro; y con Fray Martín de Alpartir, canónigo del Santo Sepulcro y tesorero de Don López Fernández de Luna, arzobispo de Zaragoza, es fundamental para comprender la construcción de la iglesia de Santa María de Tobed.
En la fotografía: Retrato de Martín de Alpartir como donante en la tabla de la Resurrección de Cristo de Jaume Serra, en el Museo de Zaragoza, tabla central del retablo de la de la Resurrección de Cristo, 1361-1362.
Fotografía: Wikipedia.
En la fotografía el estado de la iglesia con anterioridad a 1984. En su lado occidental tenía adosado un edificio, antiguo ayuntamiento. En el año 1985 la arquitecta Úrsula Heredia Laguna realizó la restauración del templo, derribando el edificio que tapaba completamente toda la fachada principal (lado oeste). En esta restauración también se repararon la cubierta y la parte superior de la torre.
Así mismo, en los años 2004 y 2007 se llevaron a cabo obras de reparación. Protegiendo con placas de alabastro las maravillosas labores decorativas exteriores de ventanas y óculos. Pero lo más importante de esta restauración fue el descubrimiento de una serie de inscripciones (ya comentadas) y otros elementos decorativos que estaban ocultos (No os perdáis el vídeo final).
Fotografía de José Galiay. Archivo Histórico Provincial de Zaragoza.
Fue la primera iglesia de la zona en tener estructura de iglesia-fortaleza. No olvidemos que se construyó durante el conflicto entre los “Pedros”, y no como parroquia, sino como santuario y lugar donde se pudieran refugiar los vecinos en caso de peligro. En un primer momento la iglesia estaba proyectada para tener en el hastial, a ambos lados de la portada, dos torres, siguiendo la línea de la fachada. La torre de la izquierda, mayor en tamaño, nunca llegó a realizarse. En cambio la de la derecha, más pequeña, si se realizó, como bien se puede observar.
El muro está dividido en cinco grandes paños, decorados con ladrillo resaltado en largas bandas horizontales enmarcadas por hileras de cerámica y esquinillas. La parte inferior es lisa.
Detalle del muro. Observamos la utilización de lazos curvos mixtilíneos; en algunos se ha conservado la decoración cerámica con motivos heráldicos, cruces del Santo sepulcro, escudos de personajes pertenecientes a la Orden y símbolos. Los paños están separados por esquinillas y bandas horizontales de azulejos de color blanco, verde y azul.
La siguiente banda, presenta una decoración con lacerías de estrellas octogonales, entre las que se intercalan otras de la misma forma, pero alargadas. Y sobre ella, vemos un friso muy decorado, con lazos de a cuatro que generan estrellas octogonales con formas romboidales. Encima de la portada y entre ambas bandas se abren dos vanos en arco apuntado y remarcados con azulejería.
La franja superior del hastial presenta decoración con lazo de a seis, abriéndose en el centro un óculo que proporciona luz al coro alto. Esta decoración la encontramos también en el muro de la Parroquieta de La Seo de Zaragoza.
Tanto los vanos como los óculos fueron recubiertos exteriormente con placas de alabastro para proteger la decoración, que se puede ver en la parte interior de la iglesia.
La portada occidental es sencilla, rodeada de un alfiz de cerámica con estrellas de ocho puntas. Esta portada estuvo oculta hasta la reforma de 1984, durante la cual salió a la luz este magnífico muro con su portada, sólo comparable al muro de la Parroquieta de La Seo de Zaragoza.
Detalle de la fachada norte. Es el lateral de la gran torre que no se llegó a realizar. Vemos que la decoración se extiende a lo largo de todo el muro de forma uniforme. Como se puede ver en la fotografía este lado queda cubierto por una serie de edificios adosados a él.
La torre está situada en el lado suroeste. Consta de tres pisos, sólo visibles en el lado sur, ya que en el lado oeste está totalmente integrada en la fachada. El piso inferior está hueco; en el intermedio encontramos un camino de ronda; y en el superior, el cuerpo de campanas. Sigue el mismo esquema decorativo que la fachada occidental.
Por encima de la fachada sur se puede ver la tribuna o camino de ronda, situado por encima de las capillas laterales interiores de la nave, y que circunda todo el edificio. Al exterior se abren vanos pareados en arcos apuntados, separados por torres-contrafuertes (en número de seis, aunque sólo son visibles tres, las del lado sur; las del lado norte, ya hemos visto que están tapadas por edificios civiles). Estas estructuras son lo que otorgan el carácter militar al edificio.
En la fachada sur encontramos una portada realizada en el siglo XVIII. Ésta fue la única puerta de acceso al templo hasta el derribo de la casa consistorial en 1984, ya que la principal había sido tapada por el antiguo ayuntamiento. Es una puerta sencilla, con un arco carpanel sobre el que apea un arco apuntado.
Entramos en el interior del templo y lo primero que llama la atención es la amplitud del recinto, sin obstáculos visuales, con aspecto de gran salón y un cierto aire civil; Asi mismo podemos contemplar la espléndida decoración mudéjar que cubre toda la iglesia.
Tiene una sola nave con capillas entre los contrafuertes. Por encima de las capillas laterales y la cabecera discurre un ándito o pasadizo, a modo de camino de ronda, que atravesando las torres-contrafuertes da la vuelta al perímetro de la iglesia. Desde esta galería se ilumina la iglesia por medio de una serie de ventanales, excepto en la cabecera que son simplemente decorativos.
El testero es recto con cabeza tripartita, a la cual se accede por una arquería triple, a modo de iconostasio bizantino. Las tres capillas de la cabecera están comunicadas entre sí, siendo la central más alta y ancha.
Cubierta con bóveda de crucería simple con refuerzos de arcos diagonales apuntados, alternando con las bóvedas de cañón apuntado, de menor superficie. En la unión de los nervios de las bóvedas de crucería, claves decoradas, en número de tres.
De las tres claves que podemos contemplar en las bóvedas, la del primer tramo es la menos ornamentada. En el centro la Virgen con el Niño rodeada de escudos heráldicos.
Detalle clave central de la segunda bóveda de la nave. Decorada con escudos y cabezas de dragón con las bocas abiertas y largas lenguas rojas. En el centro cuelga un mocárabe dorado.
Detalle de la clave del último tramo, realizada posteriormente. De cada nervio sale una cabeza de dragón con la boca abierta y una larga lengua roja. La clave es de clara influencia gótica, en el centro el escudo con las armas de Benedicto XIII.
Los tres arcos que forman el presbiterio son apuntados, el central mayor que los laterales, todos apoyan en dos pilares octogonales, con capiteles sin decoración. En la parte superior se abren dos ventanales ciegos con rica decoración mudéjar, muy similar a los de la iglesia de Santas justa y Rufina de Maluenda. Aunque su inspiración hay que buscarla en el palacio de la Aljafería de Zaragoza.
En los ventanales de la cabecera y los dos primeros tramos de la nave, vemos una decoración diferente, si la comparamos con la del último tramo, a los pies del templo.
Los ventanales se decoran con rombos mixtilíneos, decoración vegetal en ataurique, como ya hemos comentado de clara influencia hispano-musulmán. En ellos vemos las cruces patriarcales de doble travesaño pertenecientes a la Orden del Santo Sepulcro. Ya hemos comentado que en la barandilla que corona la balaustrada de la ventana de la izquierda se encontró la inscripción: Mahoma Qalahorrí.
Se cubre con bóveda de crucería simple reforzada con arcos diagonales y la clave central decorada, con la ya vista imagen de la Virgen.
Cubiertas del Testero. Ya hemos comentado que la cabecera está formada por tres capillas dedicadas a la Virgen, a San Juan y a la Magdalena. Éstas se cubren con bóvedas de crucería simple y están comunicadas a través de arcos apuntados.
En el muro de la capilla central se abrió en el siglo XVI la capilla mayor. Detalle de la puerta de entrada, con decoración típicamente renacentista.
En los muros de estas capillas del testero encontramos la decoración más interesante de la iglesia. En la parte inferior de los muros del lado norte y este, aparecen simuladas piezas de sillería aparejada a soga, realizadas con el sistema del “agramilado”. Esta técnica se realizaba con el “gramil” o punzón sobre el enlucido del yeso cuando aún estaba tierno, decorando las paredes con dibujos o incluso firmas de sus autores. En la parte superior arcos mixtilíneos entrecruzados, apoyados en columnitas.
Detalle de los arcos mixtilíneos realizados con el sistema del "agramilado".
Detalle de las inscripciones. Se cree que son las firmas de los artífices de los "agramilados".
Detalle de las cruces que decoran estos muros del testero.
Detalle de la decoración pictórica de la parte superior de los muros de las capillas del testero. La decoración es geométrica a base de lazos de a seis y de a ocho, lazos curvos, etc.
Incluso en el arranque de una ménsula en la capilla izquierda del testero encontramos el rostro del diablo.
Capillas laterales del lado derecho. Las capillas son muy poco profundas, situadas entre los contrafuertes. Son tres capillas a cada lado, cubiertas con una estrecha bóveda de cañón apuntada.
En cada tramo se abre un ventanal y un óculo a cada lado, con decoración mudéjar por donde penetra la luz e ilumina el interior; excepto en el testero, que son ciegos.
Las capillas laterales lado izquierdo, siguen la pauta de las del lado derecho. Sobre todas ellas, el presbiterio y el falso coro discurre un camino de ronda, a modo de galería cubierta, característica propia de las iglesias-fortalezas.
Los tramos finales de la nave son posteriores, vinculados a la decoración típica del estilo gótico. En ellos se abren vistosas ventanas. Al fondo el coro alto, a los pies de la iglesia y la portada principal.
Detalle de una de los ventanales del último tramo de la iglesia. La decoración es gótica, como cardinas, cresterías, dibujos trifoliados o tetrafoliados. Y con capiteles con doble fila de hojas y decorados con rosetas (al estilo gótico levantino). Sobre ellas óculos con decoración típica gótica (se puede ver la diferencia entre estas ventanas y las de los dos tramos anteriores).
A los pies de la iglesia, en alto, se encuentra el coro sobre un arco rebajado, donde se abre la puerta occidental del templo. Bajo el coro encontramos un magnífico alfarje mudéjar, claramente emparentado con el de Maluenda. Está decorado con pinturas de vistoso colorido, con decoración de tradición gótica y mudéjar. Vemos medallones florales decorados con ornamentación tanto figurada (animales, vegetales) como geométrica y epigráfica (en escritura cúfica de tradición musulmana o bien en letra gótica),Encontramos más de 130 escudos heráldicos de tipo gótico, vinculados a la Orden del Santo Sepulcro, la Corona de Aragón y la nobleza asentada en la zona de Calatayud.
Detalle del alfarje. En él encontramos los escudos de Benedicto XIII.
En el lado norte de la iglesia entre la primera y la segunda capilla, en la parte superior del muro, encontramos una pieza muy interesante. Se trata de un pequeño carrillón mudéjar, es único en su género en Aragón, sólo se conservan dos pero más sencillos que éste, uno en la capilla mayor de esta misma iglesia, y el otro en la de Torralba de Ribota. Está formado por dos canes salientes de madera pintada, predominando los colores rojo, blanco y negro, siguiendo el estilo decorativo del alfarje del sotocoro. Con caras, escudos, decoración vegetal, etc.
Detalle del carrillón, En el centro de los canes, la rueda de madera con las campanillas, las cuales tocaban en momentos concretos de la liturgia.
Es también interesante la pintura decorativa sobre yeso que cubre toda la iglesia. Predominando la imitación del ladrillo, cruces de doble travesaño (Santo sepulcro), lazos mudéjares, inscripciones góticas y mudéjares, animales, caras, motivos florales…. Los colores utilizados son el negro y el rojo sobre base blanca. Muy efectista es la imposta que recorre todo el interior por encima de las capillas, con escudos heráldicos.
Las torres-contrafuerte que se levantan entre las capillas laterales facilitan el acceso desde el interior de la iglesia al adarve que corre sobre dichas capillas.
Detalle del camino de ronda o adarve, que atraviesa las torres contrafuerte, y que se abre al exterior por medio de arcos apuntados.
En el año 2004 la Diputación de Aragón encargó a la empresa Tracer la restauración total del edificio. Durante las obras de limpieza se recuperaron escudos, inscripciones y decoración que antes estaba oculta. Entre ella una inscripción pintada sobre el ventanal izquierdo de la cabecera con el nombre del maestro “Mahoma Qalahorri”.
Aquí os pongo el vídeo donde se ven los sucesivos trabajos y los resultados de los mismos. No os lo perdáis.
BIBLIOGRAFÍA
-GONZALO M. BORRAS GUALIS: “Arte mudéjar Aragonés. 3 vol”. Vol. 2º. CAZAR y COAATA. Zaragoza. 1985
-JOSÉ ANTONIO TOLOSA: Estudio de la iglesia con excelentes fotografías: http://www.aragonmudejar.com/calatayud/tobed/tobed62.html
- GONZALO M. BORRAS GUALIS: “Sobre la condición social de los maestros de
obras moros aragoneses”, Anales de Historia del Arte, 2008, Volumen Extraordinario 89-102.
- LUIS CONDOR ABANTO: “La iglesia de Santa María de Tobed. Patrimonio de la humanidad”, Institución “Fernando el Católico”, Excma. Diputación de Zaragoza, Zaragoza 2010.
-Enlace visita a las iglesias: https://www.turismodearagon.com/sites/default/files/descargasnegocios/mudejar_abierto_pdf_1_0.pdf
- Visita virtual de la iglesia de Santa María de Tobed: http://www.zaragozaprovincia360.es/tobed/