TOULOUSE. La "Ciudad Rosa".
Hace unos años realizamos una tournée familiar por el sur de Francia. Instalamos nuestro cuartel general en Tolouse, capital del histórico Languedoc y del actual Midi-Pyrénées. El origen de la ciudad hay que buscarlo en los siglos I y II a. C, cuando los romanos le dieron el nombre de Tolosa. Siglos más tarde se convertiría en la capital del reino de los visigodos y del reino franco de Aquitania, en la que surgieron los cátaros.
Hacía por lo menos veinte años que no la visitábamos y, sinceramente, no recordaba mucho de ella, pero me encantó. Es una ciudad que al estar tan cerca de España, mantiene muchas costumbres de nuestro pais, motivo por el que no se nota mucho el cambio de horario en lo que respecta a restaurantes e incluso a tiendas. También tengo que decir que me sorprendió el ambiente que había en sus calles, las terrazas llenas de estudiantes (no olvidemos que es la tercera ciudad universitaria de Francia), gente tomando el sol y paseando por la orilla del Garona o por sus numerosas calles medievales.
Callejear por su casco antiguo fue una delicia, y al ser muchas de sus calles peatonales nos permitió contemplar los monumentos con tranquilidad, disfrutando del buen tiempo que hacía y la alegría de estar juntos.
Los edificios historicistas son numerosos en la ciudad, aunque también encontramos otros de alegres colores, así como edificios típicos tolosanos, construidos con ladrillo caravista, motivo por el cual la tonalidad rosada destaca tanto en esta ciudad que se la conoce con el sobrenombre de la “La ciudad rosa”.
Comenzamos la visita de Toulouse por el centro neurálgico de la ciudad: la plaza del Capitolio. Es uno de los edificios típicos de Toulouse. Su origen hay que buscarlo a finales del siglo XII; pero su fachada actual fue construida en piedra y ladrillo por Guillaume Cammas en 1750.
En ella se pueden observar las ocho columnas de mármol rosa que simbolizan a los ocho consejeros o "capitouls" nombrados por el Conde de Toulouse para administrar el condado (de ahí el nombre de Capitolio).
Es la plaza más importante de la ciudad. En el centro encontramos la cruz Occitana, símbolo de Languedoc, en cuyos extremos están representados los doce símbolos del zodiaco. Por supuesto que cada uno nos hicimos la fotografía correspondiente a nuestro signo.
Fotografía: benh Lieu song.
Detrás de la Plaza del Capitolio se encuentra el edificio más antiguo conservado del primitivo ayuntamiento, se trata del Donjon o torre mayor. Fue erigida en 1525 y fue la cárcel de la ciudad y la sede de los archivos municipales. Hoy es una oficina de turismo. En 1873 fue remodelado por Viollet-le-Duc, añadiendo el campanario superior.
De la pequeña plaza donde se encuentra el Donjon, bajamos por la avenida de Alsace Lorraine, calle peatonal llena de edificios historicistas. Entre ellos destaca uno, que no tiene nada que ver con el resto de las construcciones. Es el conocido como “La Depeche du Midi”, una preciosa construcción Art Déco.
Detalle de la fachada de “La Depeche du Midi”. Edificio realizado en 1932 por el arquitecto León Jaussely y decorado con mosaicos por los ceramistas Alphonse Gentil et François Eugène Bourdet.
Una de las calles más famosas, que sale de la plaza del Capitolio, es la de du Taur o del Toro, Es una calle típica tolosana que conduce hasta la basílica de Saint Sernin o San Saturnino. San Saturnino, primer obispo de Toulose, fue martirizado en el año 250 por no rendir culto a los dioses romanos, fue atado por los pies a un toro siendo arrastrado por las calles de la ciudad hasta caer muerto.
Notre Dame du Taur está situada en la calle del Toro y según cuentan este edificio fue erigido en el mismo lugar que se enterró a San Saturnino tras su muerte. La iglesia comenzó a edificarse en el siglo XII, aunque su aspecto actual, con su típica torre, data del siglo XIV.
Bajando por la calle del Toro podemos contemplar casas de alegres colores. Es una calle llena de vida, con numerosas tiendas y terrazas. Al fondo, siempre visible, la inconfundible torre de la Basílica de San Saturnino.
La basílica de San Saturnino es una de las mayores del arte románico; y una de las iglesias más importantes de peregrinación de occidente, incluida en el Camino de Santiago. Durante los siglos XI y XII se sustituyó el primitivo edificio por otro más grande, siendo parcialmente modificado en el siglo XIV y en el XVI. Desde entonces hasta nuestros días ha sufrido numerosas restauraciones, pero el edificio es coherente, ya que se ha respetado el proyecto inicial. En el año 1998 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
En frente de la portada de los Condes de la basílica de San Saturnino se encuentra el museo Saint-Raymond, instalado en un antiguo colegio universitario del siglo XVI. En él se conserva una magnífica colección de esculturas romanas.
Durante la restauración realizada hace unos años se descubrió los restos de una necrópolis paleocristiana del siglo V.
Un monumento sorprendente es la catedral de Saint Etienne o San Esteban, cuyo origen hay que buscarlo en la segunda mitad del siglo XI, aunque su arquitectura es el resultado del uso de diferentes estilos. La nave es románica, mientras que a medida que nos vamos acercando a la cabecera predomina lo gótico. Es la única iglesia de la ciudad que conserva sus vidrieras originales del siglo XIV. En la fachada encontramos una mezcla de fases constructivas, desde el siglo XI al XVII, pero sin orden ni sentido de la proporción. La portada gótica está totalmente desalineada y en el enorme torreón románico se abren vanos totalmente asimétricos.
Fotografía: Pinpin.
La iglesia de los Jacobinos forma parte del antiguo convento de la Orden de los Hermanos Predicadores. El conjunto está construido totalmente con ladrillos rojos caravista, y constituye uno de los mejores exponentes de arquitectura meridional. La iglesia fue construida en cuatro etapas a partir de 1230 que se prolongarían a lo largo de los siglos XIII y XIV. El campanario es de 1928.
Fotografía: Kimon berlin.
La bóveda de la iglesia de los Jacobinos es muy curiosa, tiene una altura de unos 22 metros y está sustentada por una columna estrellada de once brazos, conocida como La Palmera.
Fotografía: Eric Pouhier.
La Rue des Arts es la típica calle llena de edificios decorados con el tradicional ladrillo rojo caravista. La calle desemboca en el convento de los Agustinos, cuya torre se observa a lo largo de todo el recorrido.
El convento de los agustinos es un edificio gótico languedociense. Desde 1793 alberga el museo de Bellas Artes. Destaca el campanario de planta cuadrada del siglo XV. El 14 de septiembre de 1550 un rayo cayó sobre él, derribando la parte superior, por ese motivo tiene esa forma aplanada, no se restauró nunca.
Toulouse es la ciudad de los palacios, En el Renacimiento, a raíz del enriquecimiento de la ciudad se construyeron elegantes mansiones. La época clásica dejó huella igualmente con palacetes, a menudo edificados por los parlamentarios. Hoy existen cerca de un centenar cuyas fachadas podemos admirar. Uno de los más importantes en la ciudad es el Hôtel de Assézat, erigido por el comerciante Pierre D’Assézat en 1555, su construcción fue llevada a cabo por el arquitecto Nicolás Bachelier. Se organiza en torno a un gran patio con fachadas, balcones y corredor. A ambos lados del patio se elevan tres niveles superpuestos con los tres órdenes clásicos (jónico, dórico y corintio). En el ángulo formado por los dos cuerpos se erige una magnífica linterna octogonal coronada por una cúpula.
Es un ejemplo de palacio renacentista en el sur de Francia. En 1993 se restauró y un año más tarde se estableció en él la Fundación Bemberg.
En la fachada izquierda del interior del patio se abre una bella logia.
El hôtel de Pierre (de piedra) o de Bagis, en la calle de la Dalbade, es notable por su fantástica fachada de piedra. El uso de la piedra no era muy común en esa época, ya que era el ladrillo el material utilizado en las construcciones de la época. Fue proyectado en 1537 por el arquitecto Nicolás Bachelier para el parlamentario Jean de Bagis. La fachada no será terminada hasta 1857. Sobresalen los dos atlantes que enmarcan el pórtico de entrada.
Fotografía: Pistolero31.
El palacio Vieux-Raisin está situado en la actual calle de Languedoc, su nombre procede de la denominación con la que se conocía antiguamente la calle en donde se erigió. Fue construido hacia 1515 por el capitoul Bérenguer-Maynier y reconstruido hacia 1550 por Jean Burnet. El patio interior fue realizado en 1538, el cual está decorado con gran exquisitez, destacando las cariátides que adornan las ventanas.
Fotografía: Pistolero31.
En la calle de Saint-Rome encontramos bellas construcciones de ladrillo, junto con algunas casas de entramado de madera, que recuerdan la arquitectura preponderante en la ciudad antes del gran incendio de 1463. Sobre ella se vislumbra la torre del palacete de Pierre de Serta.
Tras el Capitolio y San Saturnino el mayor atractivo turístico lo constituye el conjunto que forman los puentes, diques y muelles construidos en las orillas del río Garona, junto con los antiguos puertos de la Daurada y San Pedro. Ambas orillas esconden monumentos dignos de visitar. Uno de los puentes más famosos es el llamado Puente Nuevo, que une el centro de la ciudad con el barrio de San Cipriano, construido entre 1544 y 1632.
Un paseo por sus orillas es muy recomendable despues de una buena comida en el Mercado de Victor Hugo, por ejemplo. Experiencia inolvidable.
El Canal du Midi, fue un proyecto de Pierre-Paul Riquet., construido entre 1667 y 1694. El canal es una vía navegable que une el río Garona en Toulouse con el mar Mediterráneo. Forma junto al canal lateral del Garona (que une Toulouse y Burdeos) el llamado canal de los dos Mares que comunica por vía fluvial el Atlántico al Mediterráneo, siendo prolongado en su origen por el canal del Ródano a Sète. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996.
Fotografía: megaconstrucciones.net.