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“La Villa muy leal y Vencedora” de Sos del Rey Católico (Zaragoza). Una hermosa localidad medieval.


La villa medieval de Sos del Rey Católico, se ubica en el extremo noroccidental de la provincia de Zaragoza muy cerca del límite fronterizo con la Comunidad Foral de Navarra. Junto con Uncastillo, Tauste, Sádaba, Ejea de los Caballeros forman la comarca de las Cinco Villas zaragozanas. Su núcleo urbano posee un patrimonio artístico que impresiona.


Vista aérea de Sos: Enciclopedia Aragonesa.

Vista de Sos del Rey Católico.


Fue habitada en época temprana, se han encontrado restos del Paleolítico y Neolítico; a partir del 600 a.C., el norte de las Cinco Villas, fue ocupado por el pueblo indoeuropeo de los Suessetanos. Posteriormente fue un importante enclave romano, conservándose abundantes restos (Campo Real, Cabezo Ladrero, La Fillera y El Mesolio) que fueron utilizados en época medieval. De época musulmana no se tienen noticias, pero se conoce que a principios del siglo IX Sos se convirtió en un importante enclave fronterizo entre el territorio cristiano y el musulmán, debido a la expansión del Reino Pamplonés por el norte de lo que hoy es la zona de las Cinco Villas.

Peña Feliziana, castillo y arquitectura popular.


Hacia 970 ya consta como villa cristiana, en la que existía un pequeño castillo sobre la Peña Feliziana, construido por el rey Sancho Garcés II (en realidad origen de la población y que podemos ver en la fotografía). A lo largo del siglo XI, con Sancho III el Mayor de Navarra, alcanzó gran relevancia, ampliando la fortaleza para afianzar la defensa frente al Islam. Sos permaneció en el Reino de Navarra hasta 1044, año en el que el rey Ramiro I lo incorporó a Aragón, constituyendo desde entonces una plaza fuerte frente a Navarra. Posteriormente, la localidad pasó por manos de varios tenentes, y años más tarde nuevamente a Navarra. Finalmente en 1364 el rey aragonés Alfonso V la reincorporó a su reino, concediéndole privilegios reales.


Decretando, en 1440, que la Villa, desde ese momento, se ocuparía del castillo y de la “percepción económica de sus derechos”, que siempre los había tenido un tenente o alcaide. Sos comenzó su despegue, el 30 de agosto de 1458 Juan II de Aragón declaró a sus habitantes hombres francos y libres, nombrándoles a todos infanzones y con los mismos derechos que tenía la cercana villa de Ejea de los Caballeros; concediendo a Sos el favor de acudir a las reuniones de las Cortes de Aragón, en “el brazo de la baja nobleza y no en las universidades, como hasta entonces había acaecido”, premiando así su apoyo en su enfrentamiento con Navarra y Castilla y por el nacimiento de su hijo en esta villa. Este fue el punto de partida de la concesión, por parte de los Reyes aragoneses, de franquicias frente a peajes, cargas e impuestos, al ser los sosienses, infanzones de pleno derecho.


Condición que se mantuvo hasta 1482, cuando se produjo una fusión entre infanzones y vecinos, y todos fueron considerados iguales (teóricamente claro).


Vista de la parte oriental de la localidad.


Al subir al trono Fernando II, y casarse con Isabel de Castilla, la función de Sos como fortaleza de frontera decayó, ya que al unirse los reinos de Aragón, Castilla y Navarra, las fronteras, digamos, que desaparecieron. Por ese motivo se tienen escasas noticias de este periodo.


Volverá a aparecer como punto importante en la historia durante la Guerra de Sucesión (principios del siglo XVIII), Sos apoyó a Felipe V, enfrentado a Carlos de Habsburgo, quien tras vencer en la contienda, concedió a la Villa prerrogativas y el título de “Muy leal y Vencedora”, así como el privilegio de llevar en su escudo las columnas de Hércules coronadas por la flor de lis.


Durante la Guerra de la Independencia fue ocupada por los franceses, manteniendo diversas contiendas. Tras la Guerra Civil española, la villa tuvo un descenso de población importante, pero mantuvo su esencia y su personalidad. Fue declarada conjunto Histórico Artístico en 1968, y su casco antiguo Bien de Interés Cultural. Actualmente es considerado uno de los pueblos más bonitos de España, siendo un importante enclave turístico, que por supuesto os animo a visitar.


Tejados de Sos.


Ya hemos comentado que Sos, fue un punto importante durante la Edad Media por su situación fronteriza y estratégica entre los reinos de Aragón y Navarra. Situada sobre una elevación de la Sierra de la Peña, de la que destacan dos promontorios, uno de ellos la llamada “Peña Feliziana” en donde se ubica el castillo (que ya hemos visto anteriormente); y en el otro promontorio o Peña Ferma se levantó el palacio de los Sada (os lo he marcado con una flecha roja); a la derecha se yergue la torre de la iglesia de san José de Calasanz. Desde la Villa se dominaba el entorno y realmente formaba una verdadera fortaleza natural.

Parte oriental de la población.


En los siglos XV-XVI volvió a tener una época de gran esplendor, incrementándose su población. En ella nació el 10 de marzo de 1452 Fernando II de Aragón, conocido como Fernando el Católico, hijo del rey aragonés Juan II el Grande y de su segunda esposa Juana Enríquez.


Varios cronistas nos hablan del hecho: según narra Jerónimo Zurita en los Anales de la Corona de Aragón, el rey don Juan II luchaba contra su hijo don Carlos de Viana por el trono pamplonés, que le correspondía por herencia de su madre Blanca de Navarra (primera esposa del monarca). La segunda mujer del rey aragonés, Doña Juana, hija de Fadrique Enríquez, almirante de Castilla, residía en ese momento en la localidad navarra de Sangüesa, estaba embarazada y a punto de dar a luz, por ese motivo cuando se puso de parto se trasladó a Sos, lugar más seguro y porque ella quería que su hijo naciera en el Reino de Aragón.


Posteriormente, en el siglo XVII, L. Argensola, también cronista de Aragón, comentaba en su obra (Anales de Aragón) que Fernando el Católico nació en la mansión de la familia Sada, lugar que se alojaban los reyes en esos tiempos de guerra, no olvidemos el origen navarro de la familia Sada. Esta noticia fue ratificada por Juan Bautista Labaña, cronista mayor de Portugal (como luego al hablar del palacio Sada veremos).


Zona oriental.


La incorporación al nombre de Sos de la denominación “del Rey Católico” se realizó el 9 de enero de 1925, cuando el ayuntamiento pidió al rey Alfonso XIII permiso para denominarlo así en recuerdo del monarca aragonés.


Muralla y Parador de Turismo "Fernando II de Aragón".


Por su posición fronteriza tuvo un importantísimo papel frente al poder musulmán. Hacia 1289 el rey de Aragón Alfonso III mandó fortificar toda la villa como consecuencia de su lucha contra Navarra, siendo restauradas sus murallas en 1295 por Jaime II y durante el reinado de Pedro IV (XIV-XV), debido a la guerra contra Castilla. Posteriormente se realizaron rehabilitaciones durante los siglos XVI-XVIII; y ya en el siglo XX el arquitecto Francisco Pons Sorolla (sobrino del pintor Joaquín Sorolla) restauró todo el recinto defensivo.


Se trata de uno de los conjuntos amurallados más completos de todo Aragón, rodeando todo el altozano en el que se asienta la villa. Hoy en día se conservan siete portales que daban acceso al interior de la localidad; cuatro de ellos llevan el nombre de los lugares a los que conducían los caminos que partían de ellas, excepto la de la Reina y la del Mudo, que luego comentaremos. La muralla se extiende en alguno de sus tramos entre los muros de las casas. Junto al Parador de Turismo “Fernando II de Aragón” (en el extremo norte de la muralla), se puede observar un lienzo completo.


El parador, que podemos ver en la fotografía, lo construyó el arquitecto Manuel Sáinz de Vicuña y García Prieto, un edificio que sigue el estilo de la arquitectura popular aragonesa, adaptándose perfectamente al terreno en el que se ubica. Fue inaugurado en 1975.

Crucero de Zaragoza.


Antes de adentrarnos en el núcleo histórico de Sos, vamos a recorrer sus puertas, que como ya hemos comentado son siete, y pasearemos por alguna de las calles que parten de ellas.


En el antiguo camino de Zaragoza, delante de la puerta con el mismo nombre, encontramos este crucero o humilladero, aunque anteriormente estaba situado en el cementerio viejo, en el camino a Uncastillo. Al trasladarlo al lugar que hoy ocupa, es conocido como “Crucero de la Puerta de Zaragoza”. Se trata de una obra del siglo XVI.


El fuste estriado se apoya en una base cuadrada formada por dos escalones. En ella vemos decoración con motivos de soles y conchas. Culmina con una cruz de hierro.


La Puerta principal o de Zaragoza


Se abre en el lado meridional de la muralla, y da acceso a la calle Mayor o Fernando el Católico que conduce hasta la plaza mayor. A lo largo de esta calle podemos contemplar magníficas casas solariegas, como luego veremos, ya que esta calle la trataremos con más detalle.

Puerta de Uncastillo.


En el lado oriental encontramos la Puerta de Uncastillo, que está adosada a un edificio y se abre en arco de medio punto dovelado.


Calle de Uncastillo.


Calle que parte del portal de Uncastillo y conduce hasta la Plaza Mayor. A lo largo de ella podemos admirar la arquitectura popular cincovillense. En muchos pueblos de las Cinco Villas, tras años de abandono, se ha ido recuperando la estructura urbana de las localidades, como podemos ver en la fotografía, que se han rehabilitado no solo las viviendas, sino también el empedrado de sus calles.

Puerta de Levante.


Muy cerca de la anterior encontramos La Puerta de Levante. De ella solo se conserva el arco de medio punto dovelado que se apoya en dos edificios. Se llama así por estar orientada hacia el este o Levante.


Calle de Levante.


Calle que parte del Portal de Levante. Las calles de Sos se adaptan a la orografía de la Villa, convirtiéndose en muchos casos en un verdadero laberinto de calles y callejones. Las calles forman una serie de círculos concéntricos que rodean a la iglesia de san Esteban; y al palacio Sada.


Puerta de Jaca.


También en el extremo oriental se sitúa la Puerta de Jaca, integrada en un torreón de la muralla, que culmina con un matacán y un cuerpo almenado. La portada es un arco apuntado dovelado, en cuya clave vemos el escudo con las barras de Aragón.


Según dicen fue por esta puerta, y no por la de la Reina, por donde entró la Reina Juana Enríquez para dar a luz a Fernando el Católico en el palacio de los Sada. También es conocida como “Portal de Monterde”, ya que por ella se accedía al palacio de los Monterde, familia noble sosiense del siglo XV.

Calle Ramón y Cajal.


Por la Puerta de Jaca se accede a dos de las calles más pintorescas de Sos: una se trata de la calle Ramón y Cajal; y la otra la del Ejército Español. La de la fotografía es la de Ramón y Cajal y podemos observar como las calles se adaptan a los desniveles del terreno.

Calle del Ejército Español.


Esta calle nos lleva al antiguo palacio Monterde, hoy en día Casa Rural. Son calles estrechas que casi se tocan sus aleros.

Torreón de la Reina.


En el lado occidental se erige airoso el Torreón de la Reina o de Fuente Alta, llamado así porque según cuenta la tradición por ella entró Doña Juana Enríquez para dar a luz al futuro rey don Fernando el 10 de marzo de 1452. Fue restaurado en el año 2014.


Se trata de una gran torre-puerta de gran altura, le falta el muro que da a intramuros de la muralla, con lo que solo tiene tres lados. En ella se abren dos vanos, uno de los cuales sería posterior a la construcción de la torre. En lo alto se observan aspilleras y un matacán.


Portal de la Reina y calle de Juan II.


En el romancero de Sos podemos leer su descripción: “Por el Portal de la Reina. Viniendo de Campo Real, entra un lúcido cortejo con prisa en el cabalgar. Entre nobles caballeros y una escolta desigual, viene la real Señora, que pronto madre será. Se adelanta un gentilhombre (Martín de Sada) que va a preparar el Palacio que a la Reina va a hospedar…” Por ella accedemos a otra importante calle sosiense, la de Juan II, que nos conduce también a la Plaza Mayor.

Puerta del Mudo o de Poniente.


Se abre con arco apuntado y está flanqueado por un torreón de la muralla. Es llamada así en honor al vecino que, según cuenta la leyenda, prefirió morderse la lengua y arrancársela antes que delatar a los defensores de la ciudad frente a las tropas francesas.

Puerta de Sangüesa o Nador.


Toma el nombre por su situación hacia la villa navarra, se abre en arco apuntado y tiene en la parte superior un matacán y un cuerpo almenado.


Parte interior de la Puerta de Sangüesa.


Al interior se abre en arco de medio punto.

Parte interior de la Puerta de Zaragoza e inicio de la calle Mayor o de Fernando el Católico.


Ya os he comentado que de cada puerta parten calles que confluyen en la plaza Mayor. El caminar por las sinuosas callejuelas y ver esos preciosos rincones es volver a un pasado lleno de historia y de arte. Una de las calles más importantes es la de Fernando el Católico o calle Mayor, que parte desde la Puerta de Zaragoza y termina en la plaza Mayor. Toda ella está jalonada por palacios y casas solariegas que se han conservado en perfecto estado de conservación.


Calle Fernando el Católico.


A lo largo de la calle de Fernando el Católico podemos admirar una serie de casas señoriales, construidas en sillar y mampostería, datadas en los siglos XV y XVI, con aleros de madera y blasones señoriales.


Palacio de los Español de Niño.


Uno de los edificios que sobresalen en esta calle Mayor (en el nº 16) es el Palacio de los Español de Niño; edificio renacentista, de finales del siglo XVI. A mediados del siglo XIX fue comprado por doña Manuela Pérez de Biel, cediéndoselo en 1840 a las monjas de la Caridad de San Vicente de Paúl, que lo convirtieron en un colegio para niñas (el de niños se ubicaba en la plaza Mayor, como veremos en la Plaza Mayor). Actualmente pertenece al ayuntamiento y tras restaurarlo pasó a ser Palacio de Congresos, escuela de música y sala de exposiciones.


La fachada realizada en sillería, presenta tres alturas, siendo la superior la típica galería de arquillos aragoneses cubierta por un volado alero de madera tallada. La portada principal está decorada con un arco almohadillado; en la puerta podemos ver dos fechas: 1587 y 1855. En la clave del arco vemos el escudo nobiliario del linaje De niño, flanqueado por volutas y frontón partido. El palacio perteneció a una de las familias sosienses del siglo XVI.


Casa llamada del "Preceptor don Fernando". Calle Fernando el Católico.


Estamos ante una de los edificios más curiosos de Sos, el conocido como casa del “Preceptor don Fernando”, como la denominaba el arquitecto Teodoro Ríos Balaguer. Se trata de una casa situada en la confluencia de la calle Fernando el Católico, a la derecha; y la calle Larraldía, a la izquierda, y que desemboca en el Portal de Uncastillo. Este edificio se sitúa directamente enfrente de la parte posterior de la Lonja que se abre a la Plaza Mayor. En el chaflán se abren varios vanos, en la parte inferior de medio punto, en la central dos arcos geminados y en la superior, un vano adintelado.

Calle Fernando el Católico a la derecha y a la izquierda, subiendo por las escaleras, se accede al corazón del barrio judío o Alto.


Volviendo hacia atrás en la calle Fernando el Católico nos encontramos con unos escalones que nos conducen al barrio judío. En la Villa de Sos no hubo asentamiento de población musulmana, pero en el siglo XII si se estableció una comunidad judía, atraída por los privilegios existentes en la Villa. En el siglo XIII alcanzaron el rango de aljama, organizándose como una comunidad jurídica autónoma, solo dependían del rey. Se ubicaron en la parte posterior del Palacio de Sada o Barrio Alto. Paseando por sus calles podemos leer aún los nombres tal peculiares como la calle “Sal si puedes”, “el Tunel del Perdón”, “Coliseo” y la “Plaza de la Sartén”, entre otras.


En las puertas de algunas casas de este barrio judío, podemos observar la cruz y la “mezuzah” tapada, símbolo de la conversión al cristianismo del judío que habitaba la casa. La “mezuzah” era un pergamino con dos versículos de la Tora, que estaba colocado en un hueco en la jamba derecha de las casas judías, cada judío antes de entrar en su casa debía de tocar con su mano ese hueco. Los judíos conversos encima de ese hueco pusieron una cruz, para no ser expulsados de sus hogares.


La comunidad judía destacó en la agricultura, pero sobre todo en la industria textil y del cuero. Muchos, que no se convirtieron, tuvieron que abandonar la localidad en 1492, cuando se fijó la expulsión de los judíos por los Reyes Católicos. Este hecho tuvo consecuencias en Sos, ya que no solo bajo la población, sino que desapareció parte del artesanado que mantenía la economía de la Villa.

Plaza de la Sartén.


Una de las zonas más pintorescas y corazón del barrio judío es la Plaza de la Sartén, un precioso rincón que nos muestra como era una plaza medieval.


Calle Madrigal de las Altas Torres.


Llamada así porque en ese lugar castellano (Ávila) nació Isabel la Católica el 22 de abril de 1451. Esta calle nos conduce a la parte alta donde encontramos la iglesia de san Martín y el palacio de Sada, otra zona importante de la Villa.

Iglesia de san Martín de Tours.


En el promontorio occidental sobre el que se ubica la villa de Sos, en la Peña Terma, muy cerca del barrio judío o barrio alto, se construyó en el siglo XIII un segundo castillo, al cual se adosó una pequeña iglesia bajo la advocación de San Martín de Tours (podéis ver el estudio del mismo en el blog del viajedelalibelula.com:https://www.elviajedelalibelula.com/single-post/2018/04/21/La-iglesia-de-San-Mart%C3%ADn-y-el-palacio-de-Sada-Sos-del-Rey-Cat%C3%B3lico-Zaragoza). Sobre este castillo se levantó en el siglo XV el conocido como Palacio Sada, perteneciente a la familia de origen navarro de los Sada.


La iglesia de San Martín, edificio románico tardío del siglo XIII, constituía la capilla del antiguo castillo; posteriormente, una vez construido el palacio de Los Sada, se convirtió en la capilla privada de esta familia, donada por el Concejo de la Villa de Sos a don José de Sada y Secanilla en 1668. Durante años estuvo en estado ruinoso, hasta que fue reformada por el arquitecto Francisco Pons Sorolla y Arnau (sobrino del pintor Joaquín Sorolla) en 1960.

Interior iglesia de san Martín de Tours.


Se trata de un sencillo templo realizado en piedra sillar, En su interior presenta una nave rectangular de cinco tramos separados por arcos diafragma apuntados que apoyan sobre pequeñas pilastras adosadas al muro, Estos arcos sustentan una techumbre de madera a dos vertientes, que en origen pudo ser una armadura que se vino abajo por el deterioro del edificio. El pavimento de la cabecera está algo más elevado que el resto de la nave, resultado de la última restauración.


Interesantes son las pinturas que encontramos en su ábside que fueron descubiertas en la reforma realizada por Pons Sorolla en 1960. Son una serie de pinturas dedicadas a la vida de San Martín, basadas en la Leyenda Dorada de Jacobo de La Vorágine. Desgraciadamente, aunque fueron restauradas en 1990, no se pudo recuperar toda la policromía, ya que estaba bastante deteriorada, y en muchos trozos solo se conservaba el dibujo.


Son pinturas, de la primera mitad del siglo XIV, son de estilo gótico lineal, que podemos relacionar con el taller que decoró el frontal de altar de la capilla de la Virgen del Perdón de la iglesia de San Esteban de la misma localidad.


Interior de la iglesia de san Martín de Tours.


El último tramo de la nave se reforzó en el siglo XVI con una columna cuyo capitel, de orden toscano, sirve de apoyo al arco del tramo de los pies. A la derecha podemos ver la puerta que da paso al corredor que comunica la iglesia con el actual Centro de Interpretación del palacio Sada. Y en lo alto la pequeña tribuna donde se colocaba la familia Sada para presenciar los actos religiosos.

Palacio Sada.


Parece que el linaje de los Sada proviene de un tal Fortuñio, que en época de Iñigo Arista, primer rey navarro, llegó de Provenza a Sos. El tal Fortuñio se apoderó del castillo de Sada, en poder de los musulmanes, tomando el apellido Sada desde ese momento, pasando a ser una de las familias más importantes de la Villa.


Este palacio debe su popularidad a que en él, el 10 de marzo de 1452 a las dos del medio día (ratificado por el Libre dels Actes dels Jurats e Concell de la localidad levantina de Alcira, en concreto el de 1452, en donde el rey Juan comunica que su hijo ha nacido a esa hora), dio a luz doña Juana Enríquez, segunda esposa del rey de Aragón Juan II, al futuro Fernando II de Aragón, conocido como Fernando el Católico (ya hemos comentado el hecho histórico al principio de nuestro relato), tal y como relata el hecho el cosmógrafo portugués Juan Bautista Labaña en 1610 tras su recorrido para elaborar su descripción del Reino de Aragón(1610-1611), por encargo de la Diputación de Aragón: “Nesta villa pario a Rainha Dna Johanna, a el Rey Don Fernando o Cathólico, em caza de hum Martin de Sada, cuyo bisnetto possue hoye a caça, que se chama Hernando de Sada, e hora o Jurado mayor quando por ally passey. A caza he bem estreita, e o aposiento em que a Rainha pario, pequenno”).


La razón de que la reina fuese a parir al palacio Sada ya lo hemos mencionado; pero os quiero comentar que Juan II y Juana Enríquez mantenían una estrecha amistad con la familia Sada, y cada vez que pasaban por Sos se hospedaban en su palacio. La hospitalidad de esta familia hacia los reyes, les supuso grandes privilegios, ya que fueron favorecidos tanto por Juan II, como por Fernando, su hijo; e incluso en el siglo XVIII, Carlos II, les concedió la categoría de "Grandes de España". Como curiosidad deciros que para recordar el nacimiento de Fernando II en su palacio, desde ese día todos los primogénitos de la familia se llamaron como el rey Católico hasta la extinción de la familia.


En lo que respecta al edificio en sí, sigue las pautas de la arquitectura palaciega-militar del siglo XV. De planta rectangular fue construido en piedra de sillería. En su fachada se abren vanos adintelados, flanqueando la portada de arco de medio punto dovelada, sobre la que vemos el escudo de los Sada. El edificio remata con almenas y diminutos torreones en las esquinas. Fue construido en el siglo XV, siendo reformado durante los siglos XVI y XVII.


Como curiosidad deciros que la puerta que se abre a la derecha de la portada principal, en su origen era la puerta de entrada al palacio.

Patio del Palacio Sada.


El palacio Sada es de estilo gótico, pero remodelado en los siglos XVI-XVII. Los Sada fueron sus propietarios hasta mediados del siglo XIX; a lo largo de ese siglo fue pasando de unas manos a otras, hasta que en el siglo XX fue abandonado. El 15 de septiembre de 1924 fue declarado monumento histórico-artístico y un año más tarde monumento nacional. En 1929 viendo el estado ruinoso en el que se encontraba fue expropiado por el Estado. Su restauración tardaría aún unos años.


La rehabilitación del palacio fue llevada a cabo por el arquitecto Teodoro Ríos Balaguer en 1955 (ver en la bibliografía el enlace en donde podréis ver fotografías antiguas del palacio); y en una fase posterior se rehabilitó la iglesia, llevando el proyecto Francisco Pons Sorolla, como ya os he señalado. Tras una profunda reforma se abrió en el palacio el “Centro de Interpretación Fernando II de Aragón”.


Por la puerta que podemos ver a la derecha se accede a otras salas del palacio y al corredor que nos permite llegar al interior de la iglesia de San Martín, construido en la reforma comentada anteriormente.

Calle Juana Enríquez.


Bajando por esta calle, dedicada a la reina-madre de Fernando II, situada en la parte posterior del palacio de Sada, volvemos hacia la antigua judería. Paseando por esas preciosas calles estrechas, rodeados de casas solariegas llenas de historias desconocidas; la belleza y la magnífica conservación de casi toda la Villa nos encanta.

Calle Coliseo.


Siguiendo por la calle de Juana Enriquez, desembocamos en la calle Coliseo, en donde encontramos un encantador rincón, donde se ubica una vivienda que hoy es Casa rural conocida como “Casa del Infanzón”. Un edificio muy bonito, al igual que las casas que lo rodean.


Calle Coliseo.


En la calle Coliseo encontramos uno de los edificios más importantes de la villa medieval, la antigua Sinagoga, situada en pleno barrio de la judería (en la fotografía el edificio de la izquierda). Hoy es una casa rural, y está muy remodelada. En su origen tenía dos puertas, una para entrar las mujeres y otra para los hombres. También se utilizaba como centro de reunión para debatir temas de la judería. El edificio que hoy podemos contemplar fue realizado en el siglo XVI, sobre el antiguo.


Parte interior del Torreón de la Reina.


Volvemos sobre nuestros pasos para llegar nuevamente a la parte interior de una de las entradas a la Villa: la Torre de la Reina.


Torre de la Reina y calle Juan II.


De la Torre de la Reina parte otra de las calles principales de la Villa, la de Juan II que desemboca en la de Francisco Pons Sorolla, y nos conduce directamente a la Plaza Mayor.


A la izquierda parte la calle que hemos visto anteriormente, la de Juana Enríquez y que nos conduce hacia el palacio Sada y hacia el barrio judío. Pero sigamos por la calle Juan II para alcanzar nuestro objetivo: llegar al corazón de esta preciosa Villa de Sos: su Plaza Mayor.



Parte final de la calle Pons Sorolla; al fondo la fachada del ayuntamiento, en la Plaza Mayor.


El centro neurálgico de la población es la plaza Mayor, a la que se accede por diferentes calles importantes, como la de Juan II, o la de Fernando el Católico, calles, en donde podemos admirar importantes edificios que se erigieron entre los siglos XV y XVII, momento de un nuevo resurgir de la Villa. Es el momento en el que los concejos adquirieron gran importancia, lo que motivó la construcción de nuevos ayuntamientos, para demostrar el poder municipal.


Esto trajo consigo la construcción de nuevos palacios y casas solariegas, con un lenguaje renacentista aragonés.


Comentaros que en 1480, tras la ordenanza de los Reyes Católicos, de que en cada población debía de existir un espacio abierto en donde celebrar el mercado y en donde se situase la casa consistorial, comienzan a construirse lo que se conoce como “Plaza Mayor”. En ellas se establecía el centro de la Villa, en donde se ubicaban los más importantes edificios para la vida pública y se celebraba el mercado. Como podéis observar la Plaza de Sos, es magnífica. Vamos a recorrerla.


Calle Pons Sorolla y Plaza Mayor.


A través de la calle Pons Sorolla llegamos a una amplia plaza, una plaza que deslumbra por los edificios que podemos ver en ella. Los palacios son de piedra sillar, y constan de tres plantas en altura, con portadas doveladas y escudos nobiliarios en sus claves. En la planta noble se abren balcones y en la tercera planta una serie de vanos (en medio punto generalmente) que conforman la típica galería de arquillos aragoneses, culminada por volados aleros tallados en madera o en ladrillo.


Plaza Mayor, al fondo calle Fernando el Católico. Lonja.

En la plaza Mayor podemos admirar la lonja medieval con sus soportales del siglo XIV. Era el lugar donde se realizaba el mercado semanal. En el centro donde se unen las dos arcadas interiores del pasadizo porticado en esta Plaza, existe un hueco triangular donde se colocaba la balanza romana para pesar las mercancías: y a la izquierda, una hendidura vertical con la medida de la vara aragonesa o vara jaquesa. La cual servía, tanto a comerciantes como a compradores para comprobar las medidas de cuerdas, telas, etc., bajo la vigilancia del almutazaf o encargado del mercado.


En el año 1849 fue introducido en España el sistema métrico decimal, hasta ese momento cada zona tenía su sistema propio. En Aragón se utilizaba para medir la vara aragonesa o “Vara Jaquesa”. Correspondía a 722 mm, dividida en tres tercias y cuatro palmos.


Plaza Mayor. Lonja.


Detalle de la vara jaquesa y el hueco para colocar la balanza para pesar las mercancías.


Plaza Mayor.


A la izquierda de los soportales se construyó el ayuntamiento a finales del siglo XVI, terminándose en 1595. Fue reformado en el siglo XIX y remodelado en los años 80 del siglo XX.

Ayuntamiento.


Es un edificio de piedra de sillería con tres plantas, la última abierta en la típica galería de arquillos de los palacios renacentistas aragoneses. Sobre su portada el escudo actual de la villa del siglo XVIII; hasta el siglo XVI el escudo albergaba solo la torre sobre una roca; pero a partir de entonces el escudo se dividió en dos cuarteles, a la izquierda las barras de Aragón (como villa de realengo), y a la derecha una torre.


Como ya hemos comentado, fue a partir de comienzos del siglo XVIII, cuando Felipe V dio a Sos el nombre de “muy leal y vencedora villa”, por la ayuda prestada en la Guerra de Sucesión, otorgando el uso, en el escudo, de las columnas de Hércules y la flor de lis, emblema de los Borbones.


A ambos lados de la puerta podemos leer dos inscripciones: “La maldición de la madre abrasa y destruye de raíz hijos y casa”; y “Dice Dios nuestro Señor en la casa del que jura no faltará desventura” (ambas sacadas del Antiguo Testamento). Son inscripciones que encontramos en otros edificios de las Cinco Villas.

Colegio Isidoro Gil de Jaz.


En frente de los soportales, y a la izquierda del ayuntamiento, se sitúa el colegio Isidoro Gil de Jaz. Este personaje fue uno de los ministros del rey Carlos III, que residió durante su niñez en Sos, ya que su familia se trasladó a vivir a esta villa. Gil de Jaz creó en el solar de la vivienda familiar una escuela para los niños pobres de Sos. Aún hoy alberga un colegio público y también la iglesia de san José de Calasanz (en un lateral).


Es un edificio del siglo XVIII, construido en sillería, con cuatro plantas, la última con la típica galería de arquillos aragoneses, cubiertos por un gran alero de madera. En la parte posterior, en un lateral, se edificó la iglesia de San José de Calasanz, cuya torre se puede ver desde todos los rincones de la Villa. Hoy en día es un colegio mixto.


Plaza Mayor e inicio de la calle Gil de Jaz.

En la plaza Mayor se abren varias calles, una de ellas entre el ayuntamiento y el colegio Isidoro Gil de Jaz, llamada como este último, por la que se accede a la Lonja, a la iglesia de san Esteban y al castillo.


Lonja de la calle Gil de Jaz.

Subiendo por la calle Gil de Jaz, camino de la iglesia de san Esteban, a la derecha encontramos el edificio en el que se ubicaba la Lonja. Construida como lugar para realizar las diversas transacciones comerciales, en donde se vendían los productos que agricultores, ganaderos o artesanos de la zona llevaban a la lonja para vender o comprar al por mayor y que luego se vendía en la plaza a los habitantes de la localidad. Actualmente en ella encontramos la Biblioteca municipal en su espacio interior.


Sin lugar a dudas las lonjas eran un lugar de reunión, ya no solo de comerciantes, sino también para el concejo de la localidad.

Interior de la Lonja.


La Lonja, está formada por un porche abierto con cuatro arcos apuntados. Es una construcción que se puede fechar hacia el siglo XV, que es cuando se empezaron a construir las lonjas en las principales ciudades de la Corona de Aragón.


En frente de estos arcos, y en un solar diáfano (resultado de derribar varias casas adosadas a la primitiva Lonja) se celebraron desde el año 2002 los festivales "Luna Lunera de Sos del Rey Católico", a los que acudían afamados artistas como Luis Eduardo Aute, los Secretos, Pablo Milanés, Amaral, Joan Manuel Serrat. El último concierto se realizó en 2010, y entre los artistas que actuaron podemos nombrar a Jorge Drexler y Paco de Lucía. El festival, debido a problemas económicos, ya no se pudo celebrar. Una verdadera pena.

Interior de la Lonja.


En el porche aún se pueden ver los agujeros que servían para guardar el hielo tan necesario para el mantenimiento de los alimentos (señalo uno con una flecha roja uno de ellos). Así mismo, se conservan los huecos donde se colocaban las tinajas que se llenaban de vino y aceite.

Arco del pasadizo que conduce a la iglesia de san Esteban.


Siguiendo por la calle Gil de Jaz llegamos al arco que da entrada al pasadizo que lleva a la iglesia de san Esteban, a la cripta de Santa María del Perdón y al castillo. A la izquierda del mismo podemos vislumbrar la escultura del cineasta Luis García Berlanga, realizada por el escultor José Luis Fernández. Durante el verano de 1985 en la localidad se filmó la película dirigida por Berlanga, “la Vaquilla”, una de las películas más emblemáticas del cine español. En recuerdo a lo que esta película supuso para la villa se colocaron doce sillas-escultura y la mencionada imagen del director cinematográfico, en aquellos lugares en los que se rodaron escenas.

Pasadizo.


Un elemento curioso que encontramos al final de la calle de Gil de Jaz es la Galería o pasadizo que da entrada a la cripta del Perdón (XI), cuya portada encontramos en mitad del túnel; a la iglesia de san Esteban (XII); y al castillo. Consta de cinco tramos, construidos en piedra sillar y cubiertos por bóvedas de arista que arrancan directamente de los muros.


Podemos pensar que este paso tenía “función defensiva”, ya que solo a través de él se podía acceder al templo y al castillo, situados ambos en un nivel más alto que la localidad. Este “paso abovedado” situado bajo la nave de la iglesia de san Esteban, lo relaciona Antonio García Omedes con el castillo de Loarre, el monasterio de san Pelay de Gavín y con el Monasterio de Leyre (ver bibliografía).


Iglesia de san Esteban.


En el siglo XI se concluye la iglesia baja o Cripta de Santa María del Perdón, sobre la que se construye la iglesia alta o de san Esteban. Las obras de la iglesia de san Esteban y san Salvador se comenzaron hacia 1059, gracias a las donaciones propiciadas por la reina Estefanía, viuda del rey de Pamplona don García de Nájera. Las obras se prolongaron durante cuatro siglos. El templo de san Esteban es un edificio románico del siglo XII, al que el gótico añadió su impronta y el barroco adornó con retablos.


Al estar, san Esteban, adosada a una torre perteneciente al antiguo castrum, el templo cerró uno de los lados de la fortaleza.


Sin lugar a dudas la Libélula volará con más detenimiento por estos dos templos que bien merecen un estudio aparte. En el presente estudio daremos una pequeña reseña sobre ellas.

La portada de la iglesia de san Esteban.

La puerta de entrada al templo se abre, en el lado norte, a los pies del muro del Evangelio en arco rebajado. Su estilo es románico aunque está protegida por un pórtico realizado en el siglo XVI para proteger esta portada de las inclemencias del tiempo.


Está formada por tres arquivoltas decoradas con esculturas y escenas figuradas. Con esculturas-columna en las jambas y en el tímpano la representación de Cristo en majestad rodeado de los Tetramorfos. Aún se pueden ver restos de policromía.

Interior de la iglesia de san Esteban.


La iglesia alta tiene tres naves, cabecera con tres ábsides semicirculares cubiertos con bóvedas de horno, por bóveda de cañón apuntado en la nave central y de crucería en las naves laterales.

Pila bautismal.


Como curiosidad en la capilla bautismal se conserva la pila que según cuenta la tradición fue bautizado el futuro rey Fernando nada más nacer por el obispo de Tarazona don Jorge de Bardají; y posteriormente, el 11 de febrero de 1453, se verificó el bautizo oficial en La Seo de San Salvador de Zaragoza, por el arzobispo zaragozano Dalmau de Mur, según narra en sus Anales de la Corona de Aragón el cronista Jerónimo Zurita.


Se trata de una pila de piedra en forma de flor, datada hacia el siglo VIII.

Coro iglesia de san Esteban.


El coro, situado a los pies del templo, fue realizado en piedra y decorado su frente por el maestro Nicolás de Chalons de Borgoña en 1530.

Cripta de Santa María del Perdón.


La estructura más antigua de la iglesia es la cripta de Santa María del Perdón, comenzada en la mitad del siglo XI. Tiene planta rectangular con tres naves que se cubren con bóveda de medio cañón terminando en tres capillas absidiales cubiertas con bóveda de horno.


En ella podemos ver las magníficas pinturas murales de estilo gótico líneal del siglo XIV, descubiertas en el año 1924, siendo restauradas en 1970. En ellas se pueden distinguir la ejecución por parte de tres artistas diferentes. Destaca el fondo de las pinturas de color rojo y el azul. En el ábside norte o del Evangelio se ubicaba el Cristo del Perdón, hoy en la iglesia alta, las pinturas que vemos en sus muros hacen referencia a la figura de Cristo. En el ábside central podemos admirar la Coronación de la Virgen por Cristo, y pasajes del Nuevo Testamento, también podemos ver la escultura de santa María del Perdón (XIII).

Cripta de santa María del Perdón.

En el lado de la Epístola, las pinturas están muy deterioradas y no se sabe con certeza su iconografía. En la parte central vemos una cruz griega patada de consagración de la capilla sobre la que se encuentra el Cordero de Dios, símbolo de la Resurrección de Cristo. En la parte inferior una inscripción, en la que se lee los mecenas de las pinturas de la capilla: “Annus Domine MCCCLXX y III (1373), fizo pintar Domini Guyllem de Sant Gil y su muller Elvira Longas a los quales de Dios Paraiso amen”, flanqueando la inscripción san Gil y san Guillermo de Bourges, santos patronos de los donantes. (Ya os he comentado que estas pinturas de la cripta y la iglesia alta se merecen un estudio aparte, hoy solo hago una pequeña reseña).


Arco de la plaza de la Iglesia.


Salimos de la iglesia de san Esteban y nos encaminamos hacia el castillo situado en lo más alto de esta zona: la Peña Feliziana. A través del arco que se abre en la plaza de la iglesia subimos hacia lo alto de la peña. En realidad estamos en lo que fue el origen de la localidad, ya que alrededor de esta fortaleza se fueron situando los habitantes del antiguo Sos.

Castillo y murallas.


Los restos que encontramos no son de la fortaleza originaria (levantada entre el siglo IX-X en madera), sino que corresponden al castillo que Ramiro II erigió entre 1134-1137 (restaurado por el arquitecto Larrodera en 1944). Se conoce por los escritos del abad de san Juan de la Peña, don Juan Briz Martínez, que escribe en el capítulo IX, “En que se concluye el reynado de don Sancho Garcés Abarca…”, pp. 311-312 de su obra (ver bibliografía): “Hablaré agora deste Principe don Sancho…, que fue el primero de nuestro Reyno…, començó a reynar, en la era de novecientos y quarenta y tres…, referidos por Çurita… Llamose (Sancho) Garces, por nombre patronímico, y también Abarca… Fue Rey de Aragón…edificó muchos castillos, para su defensa…Las muchas poblaciones y castillos, deste don Sancho, declara Çamalloa, con tanta puntualidad y rigor, que le quita la mitad, de las que otros le conceden. Pero no le niega la fundación del Castillo de Sos en Aragón, y se la concede con este mismo nombre…”

Cubo de la muralla y castillo.


También se sabe que en el 1012 Sancho III el Mayor realizó algunas mejoras y que a lo largo de los tiempos el castillo fue remodelado en diversas ocasiones. Hasta que en el año 1134 Ramiro II el Monje encargó al Maestro Jordán una total rehabilitación, siendo entonces cuando se construyó la Torre del Homenaje. También es el momento en el que Sos pasó de ser castrum a ser Villa; es decir, pasó de ser una fortaleza defensiva a tener habitantes en casas o viviendas particulares.


El castillo se compone de un espacio de forma irregular, rodeado de una muralla, de la que se conservan algunas partes y en uno de sus extremos se conserva una torre circular en la que se abren una serie de saeteras; y en el centro del recinto se yergue la esbelta torre. En la fotografía la podemos vislumbrar detrás de la torre circular.


Torre del Homenaje del castillo.


En el centro de los restos del castillo se ubica la esbelta Torre del Homenaje, realizada en obra de sillería. Tiene planta cuadrada, abriéndose en el último cuerpo arcos de medio punto, y rematando con un cuerpo almenado.


Ermita de santa Lucía.


A las afueras de la localidad, fuera del recinto amurallado, encontramos una construcción románica de finales del siglo XIII. Se trata de la ermita de santa Lucía, en la que es de gran interés las pinturas que se encuentran en su interior, realizadas al temple sobre el muro, dentro de un estilo gótico lineal, dedicadas a san Miguel.


Tiene planta basilical con una sola nave y ábside semicircular (en donde se ubican las pinturas comentadas). La portada es muy sencilla con tres arcos apuntados.

Monasterio de Valentuñana


A unos dos kilómetros de Sos encontramos el monasterio de Valentuñana. Según cuenta la tradición en el siglo XIII se apareció la Virgen en este paraje, conocido en un principio con el nombre de “Entrambasaguas”, por estar situado en la confluencia de dos arroyos que desembocan en el río Onsella. También comentan que el nombre de Valentuñana viene de la fusión de los nombres de los niños a los que se apareció la Virgen: Valentín y Ana. En definitiva, que en ese mismo lugar se elevó una pequeña ermita, que con el tiempo se convertiría en una iglesia más grande.


Será en el año 1672 cuando una devota de la Virgen de Valentuñana, doña Antonia Felipa Guerrero y Alava, donó 7000 escudos para construir un convento de Carmelitas Descalzos en ese lugar. En 1677 se comenzó la obra, inaugurándose en 1718, aunque las obras no finalizaron hasta 1732.


El convento estuvo ocupado hasta 1835, teniendo que abandonarlo los Carmelitas por la Desamortización de Mendizabal. Tras unos años en manos particulares, el conjunto fue recuperado en 1883 por el obispo de Jaca, don Ramón Fernández Lafita, el cual lo cedió a los Agustinos Recoletos (de la provincia de La Candelaria de Filipinas), los cuales llegaron el 13 de octubre de 1902 tomando posesión de él, convirtiendo el convento en un seminario agustino.


Actualmente “tiene hostal y comedor, y un museo de piezas exóticas traídas por los misioneros” (doy las gracias a Carlos Barboza Vargas por su información).


Ya para finalizar nuestro recorrido por esta preciosa Villa aragonesa, que con gran mérito posee el nombre de uno de los pueblos más bonitos de Aragón y ostenta el nombre del rey aragonés Fernando II, comentar que en ella además de la película “La Vaquilla”, también se rodó parte del rodaje de la serie “La Catedral del Mar”, basada en la novela de Ildefonso Falconés, producida por Diagonal TV y emitida en Antena 3.


Os recomiendo su visita, no os defraudará. Espero que os haya gustado.


Hasta el próximo vuelo.




BIBLIOGRAFÍA:


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