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Uno de los pocos ejemplos de arquitectura vienesa en Zaragoza: La "Casa Marín Corralé".

En la calle Don Jaime I, para muchos también llamada calle San Gil, por la iglesia del mismo nombre que se encuentra en ella, podemos encontrar edificios dignos de tener en cuenta. Casas que bien merecen un pequeño parón en nuestro caminar y detenernos a contemplarlas. Este es el caso de la Casa situada en el nº 35 de la mencionada calle, la antigua "Casa Marín Corralé".

El solar que ocupaba los nº 47-49-51 de la calle Don Jaime; y los nº 46-44 de la calle Espoz y Mina, era propiedad de los hermanos Ángel y Victor Marín Corralé, médicos de pulmón y corazón, profesionales muy prestigiosos en aquella época. Les unían lazos familiares con el arquitecto Francisco Albiñana Corralé, al cual le encargaron en 1916 la realización de un proyecto de vivienda nueva destinada a “habitaciones y tiendas de alquiler”, abriendo en el mismo edificio su consulta.


En aquella época la tuberculosis era muy frecuente, y por si fuera poco una enfermedad mortal, al acudir a esta consulta muchos enfermos de tuberculosis se llegó a conocer a este edificio con el nombre de “La Casa de la Muerte”, algo tétrico, pero ya se sabe que en España somos muy dados a los apodos.


En la imagen de Google Earth vemos la situación del edificio y el solar que ocupa.

Los hermanos Marín Corralé pidieron licencia de obra el 5 de julio de 1916, presentando los planos y diseños de Albiñana, el cual dio rienda suelta a su gusto por la arquitectura vienesa en este precioso edificio, hasta tal punto que tuvo problemas con el ayuntamiento.

El 20 de noviembre de 1916 el arquitecto municipal llamaba la atención por el exceso de altura de la casa y el vuelo de miradores, comunicando que no se les concedería la licencia hasta que no lo rectificaran. Los propietarios alegaron que había otros edificios en las cercanías con una altura superior a la permitida, como era la “Casa del arzobispo”. En esta discusión el arquitecto se mantuvo al margen, ya que era concejal del propio ayuntamiento, llevando todo el asunto los hermanos Marín Corralé.

Finalmente en diciembre de 1916 se les concedió la licencia, pero con la condición de que el “último piso se hiciera con la inclinación necesaria para no sobresalir en demasía”. El proyecto, en la zona del ático, se corrigió, realizándose la terminación a base de mansardas que dan un aire abuhardillado al edificio.

El edificio fue realizado para utilizar la planta noble como vivienda de los propietarios, y para alquilar el resto de los pisos (propiedad horizontal). Años más tarde pasó de ser propiedad horizontal a propiedad vertical, vendiéndose los pisos a particulares.


En los años 60 del siglo XX, la Caja de Ahorros de la Inmaculada estuvo a punto de comprar todo el edificio para instalar su Sede Principal, que finalmente instalaría en el edificio nº 33 de esta misma calle.

El resultado final es un edificio monumental y elegante, realizado en piedra y en ladrillo revocado, con una gran personalidad. Es uno de los escasos ejemplos del estilo vienés en nuestra ciudad, estilo que no llegó a cuajar en ella. Tiene fachada a dos calles principales, a la calle Don Jaime, y a la calle Espoz y Mina. Estamos ante un edificio de cinco alturas más un alto basamento en el que se abren una serie de locales, rematando con un airoso torreón que da dinamismo al edificio.


En el interior de las viviendas aún se conserva la decoración original, los pavimentos de “Escofet” fueron diseñados por el mismísimo Domenech y Montaner (sintiéndolo mucho no me ha sido posible acceder a ninguna de las viviendas particulares para poder mostraros lo bonitos que son esos suelos).

Destaca el chaflán que une las dos fachadas. Estructuralmente hablando vemos que a pesar de la sencillez de formas estamos ante una obra muy meditada.


En la primera planta destaca un elegante mirador acristalado.

Las dos plantas superiores con balcones de sencillas formas pero elegante diseño.


La esquina remata con un airoso torreón circular. Al arquitecto le gustaba romper la monotonía de sus estructuras. En el proyecto original ya hemos comentado que el edificio tenía otra terminación, pero al plantearse el problema del exceso de altura, el arquitecto se vio obligado a reformar esta parte del edificio. Realizando una serie de mansardas, para que el proyecto se pudiera llevara a cabo según la normativa vigente.

En los locales han abierto muchos negocios, entre ellos quizás os acordaréis de algunos de ellos: la empresa textil mayorista Hermeseda; en el chaflán un negocio de objetos de escritorio, en la calle Espoz y Mina la famosa tienda de Mariano Viu ( de instrumentos musicales), la veterana filatelia Duplá, que aún se mantiene.


Durante la Guerra Civil cayó una bomba en la calle Don Jaime (noticia que siempre me había relatado mi padre que vivía por aquel entonces en esta calle), comento este detalle porque en esta casa existió un refugio donde podían guarecerse los vecinos.


La fachada que da a la calle Espoz y Mina está animada con balcones individuales y corridos, miradores, mansardas, en un alarde de movimiento y decorativismo, pero realizado con gran elegancia. En ambas fachadas vemos una elegante decoración a base de temas naturalistas, concentrada sobre todo en ménsulas y entrepaños.

Parte superior de la fachada Espoz y Mina, en donde podemos observar los tarjetones decorativos realizados en cerámica de inspiración clásica.

Puerta de acceso a uno de los locales en la calle Espoz y Mina, en su arco vemos el mismo tipo de decoración que en la portada principal, como luego veremos.

Detalle decorativo sobre el arco de la puerta de entrada a uno de los locales de la calle Espoz y Mina. En la que vemos una cabeza femenina rodeada de una decoración a base de parras y racimos de uvas muy carnosos.

Detalle de la cabeza femenina, peinada con raya en medio y gruesas trenzas, que si os fijáis en la decoración cerámica, en la figura femenina que se representa lleva el mismo peinado.

Otro detalle de la decoración de los entrepaños, con una clara decoración naturalista a base de flores y vegetales.

Portada de entrada a la casa. Se abre en arco carpanel sobre el que vemos una abultada decoración a base de parras, uvas y una cabeza femenina, tal y como hemos comentado en la anterior puerta de entrada de uno de los locales de la calle Espoz y Mina.


Interior del zaguán. Reformado en la segunda mitad del siglo XX. Puerta que da acceso al patio interior.

Puerta de entrada por la parte posterior. En los dos círculos que podemos ver en la reja de la puerta estaban las iniciales de los hermanos Marín Corralé (M-C), pero al vender la vivienda se quitaron.

Patio interior y acceso a la caja de escaleras y portería. A la derecha puerta que permite el paso al sótano.

Detalle del arranque de la escalera que comunica al ascensor.

Dragón que podemos ver en el arranque de la escalera que da acceso al patio del ascensor. Este tipo de decoración también lo podemos ver en el patio de escaleras del edificio situado en la calle San Andrés nº 17-19, realizado en 1922 por Alberto Huerta.

Caja de escaleras y antiguas cancelas del ascensor. El edificio de los hermanos Corralé fue uno de los primeros en Zaragoza en incorporar ascensor. El arquitecto Francisco Albiñana, como ya comentamos en el artículo sobre la casa de la calle Costa nº 4 de Zaragoza, fue un defensor de la propiedad vertical (es decir el “sistema de propiedad por pisos no por inmueble”, defendiendo el derecho a una vivienda en propiedad, y también uno de los primeros en incorporar ascensor a sus viviendas de clase media-alta.

Tiene tres viviendas por planta: Derecha, izquierda y centro. Aún conserva las puertas de cuarterones originales a las que les faltan los magníficos llamadores que en ellas había. Los que podemos ver hoy en día son nuevos.

Detalle de una de las puertas, cuya mirilla es original, no así el llamador.

Puertas de cuarterones, con ventana superior.

Escalera de subida a la azotea.

Lo más sorprendente de este edificio es que en la terraza existió un estanque y un jardín, hoy desgraciadamente desaparecido. El estanque se retiró en la Guerra por motivo de los aviones.

Otra vista de la terraza con el torreón al fondo, y las torres de la basílica de Nuestra Señora del Pilar.

Fotografía en la que vemos la antigua terraza con su estanque y su jardín. (Jesús Martínez Verón, Zaragoza. Arquitectura. Siglo XX. Tipologías (blanco y negro). Daros cuenta que estamos hablando del año 1916 y es un ejemplo único.


Para que os ubiquéis, por el medio del torreón se vislumbra la torre de La Seo, y detrás de la señora de la derecha se puede ver el cimborrio mudéjar de La Seo. La barandilla es la correspondiente a la calle San Jaime I.

Antiguo tendedero.

Nos despedimos de este majestuoso edificio realizado por uno de los arquitectos más importantes de la Zaragoza de principios del siglo XX: Francisco Albiñana Corralé.


Sus vistas ya podéis ver que son espectaculares. Espero que os haya gustado. Hasta el próximo vuelo.

BIBLIOGRAFÍA:


Agradezco sinceramente la ayuda prestada por don Juan Vargas, por sus recuerdos y permitirme el acceso a la finca. Muchas gracias fue una mañana entrañable.


-Archivo Palacio de Montemuzo: Dosier sobre el edificio en cuestión: Caja 2014-3604/1916


-Informe histórico-artístico del edificio:

http://www.zaragoza.es/pgou/edih/jaime35.pdf



-MARTÍNEZ VERÓN, Jesús: Zaragoza. Arquitectura. Siglo XX. Tipologías (blanco y negro):

https://books.google.es/books?id=_TWVDAAAQBAJ&pg=PA244&lpg=PA244&dq=pavimentos+de+escofet,+zaragoza&so


-MARTÍNEZ VERÓN, Jesús: Zaragoza. Arquitectura. Siglo XX. Catálogo (blanco y negro):

https://books.google.es/books?id=jjWVDAAAQBAJ&pg=PA92&lpg=PA92&dq=pavimentos+de+escofet,+zaragoza&source=bl&ots=zXiuwJ_kub&sig=EJhGxPvNx662Xa1aIRW0EYFw1MQ&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwitt7GCrYfVAhUqIMAKHa61BG4Q6AEIWTAI#v=onepage&q=pavimentos%20de%20escofet%2C%20zaragoza&f=false



-MARTÍNEZ VERÓN, Jesús: Zaragoza. Arquitectura siglo XX:

https://zaragozaarquitecturasigloxx.com/2016/08/24/don-jaime-i-35/


-MARTÍNEZ VERÓN, Jesús: Arquitectura aragonesa 1885-1920. Ante el umbral del Modernismo, Zaragoza, Delegación en Zaragoza del Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón, 1993.

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