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El Tubo, IV. Zaragoza. Calle Libertad.


La calle Libertad no podía tener otro nombre, aunque en el siglo XIX se llamaba “del Príncipe”. Es una calle repleta de bares y también algún que otro sitio denominado por el escritor Julián Ruiz Marín, “casas de tolerancia”. La calle Libertad tiene dos metros de ancho por diez metros de largo, pero en ella se abrían por lo menos 17 bares. Muchos de ellos desaparecidos.


En la antigua fotografía de Juan Mora Insa, del A. H. P. Z., vemos la calle en plena efervescencia de público. Era el natural ambiente que existía en el Tubo en aquellos años (mediados del siglo XX).

Fotografía de Juan Mora Insa. A.H.P.Z.


En la esquina de la izquierda, entrando por la calle Cuatro de Agosto, podemos vislumbrar el ya comentado Bar Texas (ver el Tubo II, calle Cuatro de Agosto), regentado por el infatigable Juan Leria. Con anterioridad había sido un cafetín llamado el Gato Negro, pero en 1946 lo cogió Juan Ibarbuén, tío de Leria, abriendo este famoso bar, uno de los que se ha mantenido durante todos esos años.


Hasta ahora no hemos hablado de las gramolas, las rockolas, o cómo queráis llamarlas. Esas máquinas llenas de discos, que echabas la moneda y ponías la música que te gustaba. En los bares del Tubo las gramolas estaban en todos los bares (excepto en los más elegantes), y podías oír en ellas desde los Beatles hasta el Fary, pasando por los Tres Sudamericanos. En la calle se oía un batiburrillo de músicas que sólo los que hemos conocido ese ambiente sabemos lo que era el Tubo, con sus sonidos y sus olores.


En la fotografía actual vemos la misma calle Libertad, el espíritu del Tubo de los años 50-60 del siglo XX, ha desaparecido. El Tubo de ahora es diferente, hoy en día es un sitio de tapeo, en aquel entonces para mucha gente era su casa, su refugio.

La casa justo enfrente del Bar Texas la tiraron, a pesar de ser edificio de interés ambiental. Durante unos años se estableció allí la churrería la Bola de Plata (ya comentado en el post de la calle Cuatro de Agosto). Años más tarde, cuando hicieron el nuevo inmueble, en sus bajos se abrió este Sex shop.


En la amena conversación con Juan Leria, dueño del Bar Texas; éste me contó que en esta calle por lo menos había unos 17 bares, y que en cada bar había un limpiabotas que cobraba 1peseta con veinticinco céntimos por el servicio, más propina si querías darle, por supuesto. En aquella época, mediados del siglo XX, era muy frecuente limpiarse los zapatos en los múltiples limpiabotas que había por el centro y sobre todo por el Tubo; era una profesión muy común.


Creo que el último limpiabotas que yo recuerde que iba por los bares, fue un hombre muy bajito al que se le veía por la zona del antiguo Miguel Ángel (hoy Collette), en Cesáreo Alierta haciendo esquina con el pasaje Miraflores. Estoy hablando del año 1996, que aún vivía mi padre y le limpiaba los zapatos. Él siempre decía que había sido boxeador y luego limpiabotas, y realmente hacía muy bien su oficio, aunque en su última época el pobre estaba muy deteriorado.


En este tramo de calle se situaba la casa nº 3, a la derecha de la imagen (flecha roja). En el año 1877 era propiedad de Juan Romeo, fecha en la que hizo varias reformas en los vanos y en la puerta de entrada a la casa. En sus bajos se abrían los locales de la Oreja de Oro, bar de ambiente taurino; el bazar de Amalia Monterde, donde hubo una casa del fumador; y la Casa Cruz, un bar llevado por los hermanos Cruz.


Enfrente, en el nº 4, el edificio señalado con la flecha roja es de nueva construcción, el antiguo inmueble, edificio del siglo XVII-XVIII, fue derribado en el año 2000, a pesar de ser edificio de protección ambiental. Sólo se conservó la fachada.

El estado actual de este lado de la calle está muy deteriorado, aunque tras los muros hay terrazas al aire libre que se abren por la noche y dan ambiente al lugar; pero por el día parece una zona dejada de la mano de Dios. Falta mucho aún para devolver al Tubo un aspecto cuidado. En este tramo se abrían bares como el Monterrey, el Monterrosa, el Losilla, etc.


En el muro de la derecha una de las obras de “Arte urbano” de nuestra ciudad. Representa a una ardilla (flecha roja). Fue realizado por el artista oriundo de Gante (Bélgica), llamado Roa; lo realizó en el Quinto Festival Asalto del año 2010. Este artista plasma en sus obras, lúgubres animales; en el caso de la calle Libertad es una ardilla, cuya cabeza (hoy desaparecida) se veía por una pantalla de Rayos X (se veía el cráneo). Desgraciadamente está ya muy deteriorada, por el paso del tiempo y por las típicas gamberradas de siempre. Este movimiento de pintar en solares deshabitados en nuestra ciudad se denominó “Festival Asalto”, movimiento que se puso en marcha en Zaragoza desde el año 2005. Gracias a este festival nuestra ciudad se ha consolidado como un referente dentro del arte urbano internacional. Tengo que ser franca, este tipo de arte urbano es una debilidad para mí, me gusta muchísimo.


El nº 5 de la calle Libertad es un edificio del siglo XVII o XVIII. Fue reformada en el año 1864. En el año 1909 era propiedad de Pedro Gimeno, el cual contrató al arquitecto Luis de La Figuera para realizar una serie de reformas en la casa, sustitución de vanos y puertas.


En sus bajos a finales del siglo XIX se abría “Casa Martínez”, que fue traspasada a don Pascual Álvarez en el año 1939, el cual le puso el nombre de “Casa Pascualillo”, posteriormente pasó a su hijo Ángel Álvarez; y hoy en día lo lleva Guillermo Vela Álvarez, nieto del fundador, perteneciente a la tercera generación. Es otro de los bares emblemáticos del Tubo, con sus famosas “cigalicas de Aragón”.

En el año 2000-2001 se volvió a rehabilitar este edificio conservándose sólo la fachada. Detalle de la puerta de entrada al edificio rehabilitado.

Enfrente de Casa Pascualillo, posteriormente al año 1997, se derribaron las casas con las numeraciones 6 y 8. Hoy en día sólo se mantienen en pie los bajos de las fachadas. En ellas podemos ver restos de grafitis realizados en el Quinto Festival Asalto 2010 por el colectivo ruso 310Squad (de Moscú), imitando obras de Roy Lichtenstein.


Creo que en esta zona a finales de los años 40 del siglo XX se instaló un ultramarino de “los de entonces”, el cual sería sustituido por una serie de bares, entre ellos: el Monterrey o Cocodrilo, el Monterosa, el Valero; en fin una serie de bares en cuyas paredes se podían ver carteles con inscripciones como las siguientes: “Hoy va a ser un buen día, ya verás como viene alguno y lo jode”; o aquella que decía: “Prohibido cantar mal, si cree usted que canta bien, cante; pero en la calle”…


En la fotografía entrada a la terraza 6.8. Un lugar típico de copas.

En el año 2012 la asociación Urban Knitting (tejiendo la ciudad) cubrió toda la fachada de los nº 6-8 con un tapiz realizado en ganchillo; medía unos 50 metros cuadrados y se cubría con labores realizadas por “ganchilleras” de todo el mundo. Era muy bonito y dio mucha alegría a la zona. Os pongo una de las fotos que tomé de la zona en octubre del año 2012.

Vista de la calle Libertad ya llegando a la calle Estébanes. Antiguamente este local de la izquierda la ocupaba una casa del siglo XVI de grandes proporciones que hacía esquina con la calle Estébanes nº 4. En el año 1860 el edificio era propiedad de Romualdo Claver, el cual encargó su reforma al arquitecto Joaquín Jordán. No se sabe cuando se separaron las diferentes edificaciones; pero años más tarde este gran edificio estaba dividido en dos fincas diferenciadas, una con entrada por la calle Estébanes; y otra por el nº 7 de la calle Libertad, que es el que vemos en la fotografía a la izquierda.


En el año 1998 se solicitó una licencia de rehabilitación de este edificio que en el año 2003 aún no se había realizado. Actualmente ya la vemos remodelada; y en sus bajos se abre el bar la bodeguilla de los Rotos. En el siglo XX en este tramo, a la izquierda, se encontraba el bar Angelito, el bar Gabara; y el Caserío Vasco (abierto entre 1947-53).

Vista de la Calle Libertad desde la calle Estébanes, a la derecha el nº 7, del que ya hemos hablado antes. En la esquina se ha abierto hace unos años el bar Nicolás; y a la derecha el restaurante Hermógenes; y la parte lateral de Doña Casta. Al fondo la entrada al actual “Puerta Cinegia”, desde la calle Cuatro de Agosto.

La Casa de Comidas Hermógenes abrió en el año 2004; se sitúa en el nº 14 de la calle Libertad. Se trata de un local muy estrecho pero que tiene mucha fama últimamente. La decoración de su estrecha fachada da mucho colorido a la zona.

En la esquina de la calle Estébanes nº 6, con la calle Libertad se abre La Taberna Doña Casta, en donde podemos saborear unas ricas croquetas caseras. ¡Qué están para comérselas! Anteriormente en este tramo encontrábamos el Bar Gallego o más conocido como “La Gallega”; y la Mundial, en los años 90 del siglo XX Casa Losilla.

En la otra esquina, enfrente de Casa Casta hoy en día podemos ver Vinos Nicolás. En ese mismo lugar el 21 de mayo de 1940 se inauguró el Caserío Vasco, un restaurante de gran prestigio en su momento (aquí no había gramola), cerrado hacia 1953.


Posteriormente se estableció una panadería y una vez cerrada ésta, en su lugar hubo durante unos cuantos años una tienda de motos. Hoy en día podemos encontrar este bar llamado Vinos Nicolás que luce en su letrero el año 1912 (quizás fecha de cuando empezaron el negocio, pero en otro sitio).

Pasando la calle Estébanes, entramos en la zona de la calle Libertad más tranquila, con algunos bares abiertos en esta última etapa. Pues antes poco ambiente había en este sector. A la izquierda vemos el lateral de la casa nº 7 de la calle Estébanes, que en su época fue la tienda de muebles Larez, hoy el bar el “Balcón del Tubo”.


Otro de los bares que no hay que perderse en el Tubo es éste, el llamado “Balcón del Tubo”, como ya hemos comentado en la calle Estébanes nº 7, pero haciendo esquina con la calle Libertad. Con riquísimas tapas.


Este edificio fue reformado en el año 1881 por el maestro de obras Anselmo Blasco y Taula, por encargo del dueño del edificio don Pascual de Lezcano. En 1921 la propiedad era del arquitecto Luis de la Figuera Lezcano, el cual lo reformó completamente, sobre todo la planta baja y el lateral que da a la calle Libertad. Quizás entonces se abrió la tienda de muebles Larez.

Hasta aquí este nuevo recorrido por el Tubo zaragozano, muchas cosas quedan en el tintero. Sólo decir que esperamos que poco a poco se vayan rehabilitando estas zonas que aún quedan con solares sin arreglar, pues dan una mala imagen a la zona.

Os pongo esta fotografía de la calle Libertad, en una noche de tapeo, parece que la cosa va marchando. Si no defendemos lo nuestro ¿Quién lo va a defender? Hay que ir al Tubo y darle el lugar que no debió perder nunca.


Y os voy a decir algo. El 19 de marzo pasado estuve tomando tapas por estas queridas calles, oí a una niña que le decía a su padre: ¡Papá que bonito es el Tubo! ¡Cuánto me gusta!


De verdad que me emocioné, porque es la misma frase que hace muchos años le decía yo a mi padre. Algo está cambiando en el Tubo. Gracias a los Hados.



BIBLIOGRAFÍA:


-ANA MARÍA GARCÍA TERREL: “El Tubo y su entorno”, Zaragoza, ed. Delegación del Patrimonio Histórico del Ayuntamiento, 1982.


- URDAÑEZ, BORRAS Y FATAS: Lo que el Tubo ya ha perdido y lo que aún puede perder: http://www.unizar.es/artigrama/pdf/10/4patrimonio/8.pdf


-JULIÁN RUÍZ MARÍN: “Memoria de las calles de Zaragoza”, vol. II, Zaragoza, Librería General, 1997.


--ISABEL YESTE NAVARRO: “Del Tubo a “Puerta Cinegia” en Zaragoza. Evolución urbanística del sector en época contemporánea”, Zaragoza, Artigrama, nº20, 2005, pp. 433-455. http://www.unizar.es/artigrama/pdf/20/3varia/13.pdf


-MIGUEL LIZANA; Y ANTONIO TAUSIET: “El Tubo. Memoria de un abandono”. Barcelona, Ed. March, 2007.


- Estudios históricos-artísticos casas de la calle Libertad. www. Zaragoza.es


-Tengo que nombrar el excelente blog de Rafael Castillejo, que me ha servido por medio de sus fotografías antiguas de Zaragoza para descifrar la localización de bares y locales que ya no recordaba: http://www.rafaelcastillejo.com/zaratubo.html;


- Proyecto GAZA, de Antonio Tausiet y José María Ballestín, también imprescindible para conocer la Zaragoza antigua: http://adioszaragoza.blogspot.com.es/


-Graffitis: http://misviajesporahi.es/2014/02/ruta-del-arte-urbano-de-zaragoza.html; yzaragozaguia.com; y naturalezaurbanadoros.com.


-Doy las gracias a Juan Leria, dueño del bar Texas, a la familia Almau, de “Bodegas Almau”, y a Aurelio Miguel por su ayuda y sus historias; gracias a todos ellos he podido ubicar piezas de un puzle que tenía algo revuelto.


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