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Iglesia de san Esteban. Sigüés (Zaragoza).


Sigüés es una bonita localidad situada en una pequeña y fértil llanura entre el embalse de Yesa al sur; la sierra de Leyre, al noroeste; y la sierra de Orba, al este. Se puede decir que es el primer pueblo del Valle del Roncal (Navarra); y la población más occidental de la comarca de la Jacetania, perteneciente a la provincia de Zaragoza. Desde muy antiguo ha sido un lugar de frontera, a escasos kilómetros de la antigua Sierra de Oil (actual Sierra de Leire).


Fue villa real durante el siglo XI y un núcleo importante al pie del Camino de Santiago (aún se conserva el Hospital de Santa Ana, donde eran atendidos los peregrinos). El ramal norte de la Ruta Jacobea entra en la localidad procedente de Jaca, cruzando por el puente sobre el río Esca, ya que el pueblo está situado en el margen izquierdo de este río, a dos kilómetros de su confluencia con el río Aragón. En el año 2018 Sigüés reivindicó la recuperación de este antiguo Camino, ya que por el recrecimiento del embalse de Yesa y las obras de la autovía está en grave peligro de desaparición.


La primera vez que documentalmente se nombra este lugar fue en 1016, en donde es llamado Sios. También aparece en la Colección Diplomática del rey Pedro I, quien lo menciona como “Sinuesse”, figurando como propiedad de la reina Felicia de Roucy (hacia 1086-1094), segunda esposa del rey de Aragón Sancho Ramírez, padre del anterior, formando parte de su dote matrimonial. Sigüés posteriormente fue pasando de unas manos a otras: Aznárez (1203), Cornel (1277), Pedro Jordán de Urriés (1360), uno de los principales nobles del reino. En el siglo XVI era propiedad de la baronía de Sigüés, ostentada por los Pérez de Pomar, cuyas armas heráldicas podemos ver en la iglesia. En 1610 era señorío de Bernardino de Mendoza. Y en 1785 que se convirtió en Señorío Secular.


En el núcleo primitivo de la Sigúés medieval se sitúa la iglesia parroquial de san Esteban Protomártir, de origen románico del siglo XII, pero casi totalmente remodelada en el siglo XVI, momento en el que se recreció el ábside y la nave en altura, cubriendo su nave con bóvedas de crucería estrellada, abriéndose capillas laterales a modo de crucero y una sacristía. En el siglo XVII se construyó la galería porticada del muro sur, recreciéndose la torre y adornando la iglesia con una serie de retablos barrocos. En el año 2001 se declaró Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento.


Plano de la iglesia, en donde podemos ver la estructura de la misma.


Se trata de una iglesia realizada en sillería de una sola nave, con ábside de planta semicircular, recrecido y reforzado en el XVI con dos contrafuertes que llegan hasta el alero. En el centro se abre un vano de doble derrame que está cegado al exterior, al interior queda oculta por el retablo mayor, solo se puede ver desde la parte posterior del mismo.


En el lado norte, a los pies del templo, se sitúa la torre campanario, que fue recrecida en el siglo XVII. El edificio tiene cierto aire defensivo, marcado por los altos contrafuertes que encontramos en el ábside y en sus muros.

La torre fue construida en sillarejo; tiene planta cuadrada y con un solo cuerpo. En la parte superior, en donde se alojan las campanas (XVIII), se abre un vano en arco de medio punto en cada lado. La cubierta es a cuatro aguas.

Zona de los pies, es el resultado de la remodelación del siglo XVII.

Parte exterior de una de las capillas, añadida en el siglo XVI. Adosada a la parte sur de la cabecera.

La localidad estuvo amurallada, solo queda una de las puertas que daban entrada al lugar el conocido como Portal de la Iglesia.

Muro sur en donde se añadió en el siglo XVI la sacristía y la capilla de Nuestra Señora de las Oliveras, junto con la capilla de enfrente a esta última, lo que le dio aspecto de crucero en planta.

En el muro meridional se construyó en el siglo XVII una galería porticada que cobija a la única puerta de acceso al templo. Se trata de un modesto atrio abierto con cuatro vanos de medio punto.

La portada principal es muy sencilla, con restos de policromía. Se abre en arco de medio punto y doble arquivolta con decoración taqueada. Todo el conjunto apoya en una imposta decorada con palmetas, bajo ella dos columnas con fustes lisos y capiteles con decoración vegetal y animal.

En el tímpano se talló un crismón circular trinitario de seis brazos en relieve, con letras carolinas bien dispuestas. P grande con tilde; alfa pequeña, omega circular, y S mayor. Es de tipo oscense.

El capitel de la derecha presenta aves que entrelazan sus largos cuellos y se picotean las patas.

El capitel de la izquierda decorado con palmetas, róleos y piñas.

En la jamba izquierda podemos ver una inscripción con la fecha de la reforma de la iglesia: 24 de mayo de 1661.

El tímpano apoya sobre dos modillones decorados con caras humanas, algunos las han identificado con Adán y Eva.

Es iglesia de planta de cruz latina, con una única nave de gran altura dividida en cuatro tramos, cubierta con bóvedas de crucería estrellada. Debido a la reforma del siglo XVI el interior adquirió gran verticalidad.


La nave se prolonga hacia la cabecera rematada por un ábside semicircular, tiene crucero de dos brazos simétricos de planta cuadrada con arcos apuntados sobre pilastras. En la parte superior encontramos los escudos de los Pérez de Pomar, señores de Sigüés. A la derecha se añadió en el siglo XVI la sacristía.

Las bóvedas de crucería estrellada apean en arcos fajones de medio punto, fueron realizadas en el siglo XVI.

A los pies de la iglesia se construyó en el siglo XIV un coro alto, de madera. Sostenido por una armadura de madera de tradición mudéjar.

Detrás del actual retablo mayor se puede ver la estructura del primitivo ábside románico. En la parte superior podemos observar la imposta decorada con ajedrezado que recorre todo el ábside, sobre la que se asentaría la antigua bóveda.

Debajo del vano abierto en el antiguo ábside románico podemos ver una Cruz patada inscrita en un círculo. Es una cruz de consagración de la iglesia.

Lado izquierdo de la nave donde podemos ver, en la parte superior parte de lo que era el ábside románico y la decoración ajedrezada que hemos comentado antes.

Retablo mayor dedicado a San Esteban, obra de la segunda mitad del siglo XVII. Es un retablo barroco de tres calles separadas por columnas salomónicas, completado por otro con la misma estructura. En él se representa a san Esteban, a san Miguel luchando contra el demonio, y en el remate un Calvario, flanqueado por dos santos.

En el crucero los brazos se separan de la nave con arcos apuntados sobre pilastras, que dan acceso a dos capillas con retablos renacentistas y barrocos.


En el muro de la epístola se abrió una capilla de planta rectangular y cubierta por bóveda de crucería estrellada. En esta capilla podemos contemplar una Santa Ana Triple, retablos y epigramas. Entre los retablos podemos ver la tabla gótica de Nuestra Señora de las Oliveras del siglo XV, en su origen estuvo en una ermita cercana. En esta misma capilla se conserva el retablo de la Santísima Trinidad del siglo XVI.

Epígrama en la parte superior del muro de la capilla de Santa Ana: “San Esteban que primero / fuisteis mártir en Victoria / tened vos siempre memoria / De este noble caballero / Pues del pueblo lisonjero / fuisteis vos apedreado / Sed vos de este sepultado / Abogado verdadero”.


En la inferior: “Aquí yacen prisioneros / de la tierra como ves / Los muy nobles caballeros / Generosos justicieros / Dos señores de Sigues”.

En otro muro de la capilla podemos ver este otro epigrama: “Santa Ana cepa real / Madre de la madre nuestra / Su alma toda es pura / Del niño siervo leal / Devoción muy especial / Como visteis tuvo en vos / Con el nieto niño Dios / Dadle gozo terrenal”.

En el lado izquierdo se abre la capilla de Nuestra Señora, del siglo XVI.


En la capilla anterior podemos ver la escultura de alabastro de la Virgen, del taller de Damián Forment. Es una obra de elegantes formas.

Al lado del retablo encontramos otra inscripción, refiriéndose a los santos que están pintados en el retablo mayor: “San Francisco gran varón / De la orden de los menores / Alcance por vos favores / Este famoso varón / Pues de pura religión / Vistió el habito en su muerte / Tened vos con Dios tal suerte / Que le quiera dar perdón”.

En el muro enfrente del retablo de la Virgen vemos otras dos losas con estas inscripciones: “Vos que pasasteis el vado / A Dios según es notorio / Del río del purgatorio / Pasad al noble finado / Cristóbal tened cuidado / De darle santa manida / Pues que en viviendo en la vida / Os tuvo por advocación”.

En el mismo muro que el anterior en otra losa se puede leer: “San Miguel Batallador / Que peso pesáis las almas / Levad vos en urnas palmas / Al justo gobernador / Del demonio vencedor / Fuisteis vos el de los inicios / Galardón por sus servicios / Dadle vos con su señor”.


Hasta aquí el recuerdo de esta iglesia que se salvó de las aguas, gracias a su



BIBLIOGRAFÍA:


-UBIETO ARTETA, Antonio: Pueblos y despoblados. Historia de Aragón. Vol. III. Ed. Anubar, 1984.


-ARMENDÍA, José Luis: El románico en Aragón. Cuenca del Aragón y el Arba. Tomo V. Zaragoza, Leyere ediciones, 2003.


-GARCÍA OMEDES, A.: La Guía digital del arte románico: Sigüés. Parroquial de san Esteban: http://www.castillodeloarre.org/zaragoza/9904991-sigues1.htm.


-BELASKO ORTEGA, Mikel: Toponimia de Sigüés: siguesaragontoponimia.blogspot.com.es


-Crismón: Página web: www.claustro.com


-http://www.sipca.es/censo/1-INM-HUE-001-245-004/.html#.XHB4m4hKg1I


- ALLANEGUI, G.; y LARRAZ, Fernando:

https://docplayer.es/78662507-Iglesia-de-san-esteban-protomartir-sigues.html

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