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La Prima-Vera.


Llevaba ya cierto tiempo notando, que dentro de su cabeza una niebla espesa se había instalado, una bruma que le impedía ver las cosas con claridad. Necesitaba un cambio, abrir ventanas para despejar esos miedos y esas preocupaciones, que día a día se habían anidado en su pensamiento y en su corazón. Se levantó temprano, sabía que ese día iba a recibir una grata visita, una visita que seguramente volvería a llenar su vida de luz, alegría, y de sol. Su prima Vera, llegaba como todos los años, silenciosamente, pero fiel a su cita anual. Ella, le había estado esperando con impaciencia durante todo el duro invierno, ese invierno que poco a poco se iba diluyendo y que, finalmente, sería arrasado por la recién llegada. Intuía que, a pesar de su anhelada presencia, ningún milagro iba a acaecer, no se arreglaría su bolsillo agujereado, ni su cadera dolorida, ni tampoco perdería ese miedo que sentía, en lo más profundo de su corazón, por el futuro incierto que vislumbraba en el horizonte. Aún con todo, en su fuero interno, estaba muy segura de que las penas, los miedos, en definitiva la vida, con rayos de sol y colores, era más fácil de llevar. Sabía que su estancia sería corta, pero eso ahora no importaba, únicamente deseaba que ella llegara y la abrazara con sus fragancias y sus flores. Toc toc…, corriendo abrió la puerta. Una gran sonrisa iluminó su rostro, al ver a su querida Prima VERA, que llegaba con un gran ramo de flores entre sus brazos. Y un aroma fresco de felicidad, inundó todo su hogar. Todo irá bien, pensó, seguro que hoy comienza la buena suerte para todos.


¡¡¡¡Feliz Primavera a todos!!!!

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