La lágrima. Microrrelato.
Se despertó con una extraña sensación, rodeada de sus amigos y familiares ¡Eran todos tan húmedos y acogedores! Siempre que podía se acurrucaba al lado de Ramón. Estaba enamorada de él desde el silencio ¡Era tan acuoso y transparente! Le encantaba su dulce voz, su discreción, sus miradas de soslayo, como para no molestar. Lo sentía a su lado, siempre sigiloso, pero reluciente; siempre empapado en detalles hacia ella, pero secándole la turbación que sentía por esas acuosas miradas.
Le gustaba su sinceridad, nunca le había mentido, aunque hacía muy poco que se habían conocido parecía toda una vida. Una vida soñada y anhelada desde el día que le conoció. Era tímido, pero todo se andaría, seguro que él le impregnaría del amor y del deseo que tanto necesitaba.
Soñaba con ese abrazo, con ese frío y húmido paseo a su lado por ese río interminable. No conocía otro lugar, nunca había salido de su entorno. En ese momento de su vida, Ramón era todo para ella. No importaba nada más que ese momento, ese instante, ese minuto, ese segundo. Tenía mucha ilusión en el futuro, siempre que la tristeza no apareciera.