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La Epifanía y la Huida a Egipto. Pinturas de Navasa, en el Museo diocesano de Jaca (Huesca).

“Formas monumentales, de gruesos trazos y calidad plana constituyen ese arte recio que representa el eco de una forma lejana –la de Bizancio- transformada a través del espacio y el tiempo”.


(José Gudiol).


Ya hemos hablado en otros post, de la importante colección de obras de arte que se conservan en el Museo Diocesano de Jaca. Actualmente es uno de los museos más interesantes con respecto a pintura medieval. Poco a poco iremos comentando los fondos que en él se conservan. Hoy vamos a centrarnos en las magníficas pinturas murales de la iglesia parroquial de la Asunción de la localidad de Navasa (Huesca), las que están expuestas en el Museo: La Epifanía y la Huida a Egipto.


La diócesis de Jaca en la década de 1960-1970 comenzó la tarea de salvaguardar las pinturas de iglesias y ermitas del Pirineo aragonés realizadas al fresco (siglos XII-XVI) que habían sido recuperadas tras permanecer siglos encaladas o cubiertas por retablos, sin conocer su existencia. Para conservar óptimamente estas valiosas pinturas se traspasaron a lienzo, siendo conservadas en el recién inaugurado Museo Diocesano de Jaca (año 2010), en el antiguo refectorio de los canónigos. Entre ellas podemos contemplar los conjuntos murales de Ruesta, Susín, Osia, Urriés, Ipas, Bagues y dejo para el último lugar el de Navasa, ya que es el que vamos a comentar en este post.


Navasa está situada en la comarca de la Jacetania (Huesca), en la cara norte de la Peña Oroel, a unos doce kilómetros al sureste de la histórica ciudad de Jaca. En ella encontramos la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, una construcción de la segunda mitad del siglo XII, en cuyo ábside el llamado “Maestro de Navasa”, en el último tercio del siglo XII, realizó una serie de pinturas dedicadas a la vida de la Virgen. Estas pinturas, descubiertas en el año 1965 por don Antonio Durán Gudiol, ocupaban toda la cabecera de la iglesia. Hoy en día sólo se conservan siete partes:


En la parte superior del ábside representó un Cristo en Majestad sin mandorla, al que rodean los evangelistas; los arcángeles Rafael y Gabriel; y profetas. En la parte inferior del ábside se pintaron escenas de la infancia de Jesús, dos se conservan: la Epifanía y la Huida a Egipto (en el lado derecho). El resto, no conservado, probablemente representara el Nacimiento y el Anuncio a los Pastores. En el zócalo un menologio o calendario agrícola completo, del que se conservan algunos fragmentos (los meses de julio y agosto). En el Museo sólo se pueden ver la Epifanía y la Huida a Egipto.


Fotografía realizada en el Museo de una fotografía realizada por José Luis Acín Fanlo.

En la fotografía podemos ver la Epifanía, a la izquierda; y la Huida a Egipto, a la derecha. Aunque en su composición, estas obras, siguen la tónica general de las pinturas románicas, el Maestro de Navasa supone ya una transición al estilo lineal, un arte más descriptivo que el usado por los pintores puramente románicos que utilizaban un estilo más hierático. En las escenas vemos un naturalismo incipiente y un sentido narrativo en las escenas. En el fondo se pueden ver las inscripciones que identifican a los personajes, lo cual denota un “fin didáctico para los fieles que contemplaban las pinturas”.


El dibujo es sobrio y firme. Remarcando las figuras con gruesas líneas negras, y pintadas aquellas con colores vivos, pero perfectamente conjuntados: azules, verdes, marrones, amarillos, rojizos, blancos y negros.


Las escenas están enmarcadas por grecas decorativas. Dividiendo las escenas horizontalmente por medio de dos bandas de colores, una azul, que representa el cielo; y otra verde, que representa la tierra.


Detalle de una de las cenefas, de la parte inferior, decorada con motivos geométricos.


En la escena de la Epifanía, situada en el extremo izquierdo, se representa, bajo un arco de medio punto sustentado por columnas con cortinajes, a la Virgen María sentada con el Niño en su regazo. Éste alza su mano derecha bendiciendo a los visitantes, mientras dirige su mano izquierda hacia el presente que le está ofreciendo el rey Gaspar, arrodillado ante él; detrás, el rey Melchor sostiene con sus dos manos el presente que le va a entregar a Jesús; y el último, el rey Baltasar, señala con su mano derecha hacia la parte superior del Portal donde se encuentra la estrella de Oriente que les ha llevado hasta Belén.


Detalle de la Virgen y el Niño, como podemos observar cada personaje tiene su identificación: MARIA. Sobre sus cabezas aparecen nimbos. Ambos están levemente girados hacia su izquierda, dirigiendo sus miradas hacia los reyes Magos.

El tema de los Reyes Magos es algo controvertido, ya que según las fuentes a las que se acude hablan de tres, dos, cuatro e incluso doce. Este episodio sólo se nombra en el evangelio de san Mateo (Mt.2, 1-12): unos magos vienen desde Oriente siguiendo una estrella que les lleva hasta Belén donde se encuentran La Virgen y el Niño. Una vez allí le ofrecen oro (por su condición de rey), incienso (por su condición divina), y mirra (por su condición humana).


En otros evangelios apócrifos, el tema se trata con más detalle, sobre todo en el “Evangelio Armenio de la Infancia” (siglo VI), donde se les nombra como Melchor, Gaspar y Baltasar. También en el siglo VII-VIII en un documento, erróneamente atribuido a Beda el Venerable, se identifica a Melchor como un anciano que entrega al Niño el oro; a Gaspar, como un hombre maduro que le regala el incienso; y a Baltasar a veces de piel oscura (más en el siglo XIV, generalizándose en el siglo XVI), más joven e incluso imberbe, que le entrega la mirra. Finalmente se representarán tres reyes, relacionados con la Trinidad, las tres edades del hombre, y los tres continentes en aquella época conocidos…

En la Epifanía de Navasa, los Reyes están identificados, ya que podemos ver sobre cada rey su nombre. Gaspar está personificado como el mago más anciano; Melchor como un hombre maduro; y Baltasar, joven e imberbe. Es la representación de las tres edades del hombre.


Visten túnicas, mantos y coronas, como reyes más que magos. Gaspar hinca su rodilla en el suelo, como el acto medieval de “homenaje del vasallo a su señor”. Tras él, Melchor y Baltasar están interactuando; Baltasar le está mostrando la estrella que está sobre el Portal. Tanto en esta escena como en la que el Niño hace intención de coger el presente que le ofrece Gaspar y la mano que la Virgen apoya en el hombro de su Hijo podemos ver un intento de enlazar a los personajes unos con otros, para romper ese hieratismo que hemos comentado.

Detalle del rey Gaspar, que como ya hemos comentado, en este caso está representado como el rey Mago más anciano, ofreciendo al Niño el oro.


A la derecha vemos la escena de la Huida a Egipto, separada de la Epifanía por medio de un árbol muy esquemático. El tema es un episodio que podemos encontrar en el evangelio de Mateo (2, 13-15). Como ya hemos visto en el tema de la Epifanía, en los Evangelios apócrifos este hecho se relata más ampliamente, narrando diversos acontecimientos en la Huida (milagro de la gota de leche, del campo de trigo, de la palmera…) En la representación del tema aparece la Virgen María que lleva al Niño entre sus brazos sobre un borrico (en Navasa más parece un caballo).


Detalle de la Virgen con el Niño. Vemos como el pintor nos ha querido dar a entender que la escena se representa al aire libre, dibujando a cada lado del grupo dos árboles muy esquemáticos. El Niño está total mente fajado, quedando solamente visible su rostro.


Entre el árbol y la Virgen la inscripción “FUGE/EGI/TUM”.

Detalle del “borrico”, de color ocre, el cual lleva pintados por todo el cuerpo lunares amarillos. Podemos observar la intención de representar el movimiento del animal, al elevar sus patas.


Hasta el siglo XIV no aparece el rey negro, para reforzar el mensaje universal de salvación.


Como dato curioso deciros que en la Navidad de 1977 sacaron sellos con ambas pinturas.


Hasta aquí este pequeño estudio de las pinturas de Navasa. En un próximo post seguiremos hablando de las obras que se conservan en este Museo diocesano de Jaca, un lugar que no podéis dejar de visitar si os acercáis a la antigua capital del reino de Aragón.




BIBLIOGRAFÍA:


- BORRÁS GUALIS, GONZALO M.; GARCÍA GUATAS, Manuel. “La pintura románica en Aragón”. Zaragoza, Libros Pórtico, 1978.


-JOSE ANTONIO GARCÍA OMEDES: http://www.romanicoaragones.com/0-Jacetania/10-Museo-04-Refectorio-Navasa.htm


-MIGUEL A. LAFUENTE PÉREZ: “Pintura medieval en el Museo Diocesano de Jaca”: http://docplayer.es/12397347-Pintura-medieval-en-el-museo-diocesano-de-jaca.html


-LAURA RODRÍGUEZ PEINADO: “La Epifanía”:

https://www.ucm.es/data/cont/docs/621-2013-11-21-EPIFAN%C3%8DA.%20Laura%20Rodr%C3%ADguez%20Peinado.pdf


- ENRÍQUEZ DE SALAMANCA, Cayetano. Jaca y el románico. León (m): Everest, 1973. p. 33.


- LACARRA DUCAY, María del Carmen. Catedral y Museo Diocesano de Jaca.Zaragoza (m): Ibercaja, 1993. pp. 94-95.


-Subvención para la conservación y museización de las pinturas de Navasa: file:///C:/Users/Usuario/Downloads/Concesión%20Museo%20Diocesano%20Pinturas%20Murales.p


-Pintura medieval en el Museo diocesano de Jaca:

http://docplayer.es/12397347-Pintura-medieval-en-el-museo-diocesano-de-jaca.html

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