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El retablo de Montearagón (Huesca).


El castillo de Montearagón está situado en la localidad de Quicena (Huesca), en la cima del monte Aragón. Fue fundado por el rey aragonés Sancho Ramírez hacia 1085 para facilitar la conquista de la ciudad de Huesca en poder de los musulmanes (tomada el 19 de noviembre de 1096 por su hijo Pedro I).


Hacia 1086 se edificó la iglesia dedicada a Jesús Nazareno, la cual fue consagrada por Pedro I en 1099. Posteriormente el castillo se transformó en monacato, ocupado por monjes de la orden de San Agustín provenientes del castillo de Loarre. Con el mecenazgo real y Papal se convirtió en uno de los monasterios más importantes del reino en la Edad Media y Moderna.


El 14 de septiembre de 1477 se incendió la iglesia, destruyéndose, entre otras muchas cosas, el retablo mayor de pintura. Años más tarde, en 1506, el arzobispo de Zaragoza y abad del monasterio Don Alonso de Aragón, hijo natural del rey Fernando el católico, encargó un nuevo retablo para sustituir el tristemente perdido.

El nuevo retablo fue colocado en el altar mayor de la iglesia del monasterio, pero a consecuencia de las desamortizaciones, el conjunto monástico pasó en el año 1843 a ser propiedad del comerciante y vecino de Huesca Jaime Agustí (quedando excluido el retablo), el cual fue desmantelando el edificio, convirtiéndose poco a poco en una verdadera ruina. El retablo en julio de 1847 se trasladó a Huesca colocándolo en el brazo izquierdo del crucero de la catedral. Tras las obras de restauración del monasterio el retablo volvió a ser colocado en su lugar de origen en 1862. Pero un año más tarde la bóveda de la iglesia se hundió y se planteó nuevamente su traslado a un lugar seguro. Finalmente será en el año 1887, tras la penosa situación del monasterio, cuando es nuevamente llevado a Huesca y colocado en el altar mayor de la “Parroquieta” del Salvador de la catedral de la capital oscense (hoy Museo Diocesano, sala de Renacimiento y Barroco).


Fotografía: Ricardo del Arco. A.H.P.Z. El retablo ubicado en la entonces parroquieta, hoy museo diocesano.

El 16 de julio del año 1506, siendo abad del monasterio el infante don Alonso de Aragón, se contrató al escultor aragonés Gil de Morlanes “el Viejo” para realizar un retablo de alabastro por la cantidad de veintitrés mil sueldos jaqueses, firmando las capitulaciones ante el notario de Huesca don Felipe de Lizana.


Se trata de un retablo de arquitectura gótica, inspirada en el retablo mayor de La Seo; aunque la escultura, en origen policromada, ya corresponde al estilo renacentista. Es el retablo que inicia en Aragón el estilo renacentista en la escultura. Ya vimos en el post de la colegiata de Bolea, que en pintura fue el retablo de Santa María de la Asunción, obra de 1503, realizada por el "Maestro de Bolea"; y curiosamente encargado también por el arzobispo de Zaragoza Don Alonso de Aragón,


Es un retablo compuesto de sotabanco, banco y cuerpo principal de tres calles rodeado por un guardapolvo o polsera (realizado posteriormente). Fue restaurado en el año 2001.

En el sotabanco se representan a ambos lados dos escudos. El de la izquierda, sostenido por dos leones, es el blasón del infante Don Alonso De Aragón, verdadero comitente de la obra.

En el lado derecho del sotabanco podemos ver el emblema de la abadía de Montearagón sujetado por dos grifos.

La predela, separada del sotabanco por una cornisa, se divide en cinco calles, separadas por pináculos con esculturas de los apóstoles, en las que se representan tres relieves de bulto y dos de relieve; de izquierda a derecha: la Adoración de los Magos, la predicación de San Victorián, la Piedad, La Matanza de los Inocentes, y la Resurrección de Cristo. Cada una de las escenas remata con doseletes con tracerías caladas de estilo gótico.


Detalle de la Piedad, que ocupa la parte central de la predela y presenta mayor relieve junto con las dos de los extremos: la Adoración y la Resurrección.


Se representa a la Virgen al pie de la cruz, acompañada de San Juan y la Magdalena (que han perdido las cabezas), pudiendo ver, al fondo de la escena, las figuras de José de Arimatea y Nicodemo. María viste un gran manto que le cubre la cabeza, con un gesto de dolor sujeta el cuerpo inerte y rígido de su hijo muerto, mientras San Juan, a la izquierda, sostiene la cabeza de Cristo poniendo de esa manera a las figuras en relación.


Tanto en esta escena como en las restantes se intuye el nuevo estilo renacentista. La iconografía fue muy aceptada en la época, difundida por estampas que llegaban de Italia. Se aprecia una talla cuidada, con detalles naturalistas, como en la representación de los agujeros de los clavos en los pies de Cristo, o en el dolor que se representa en el rostro de la Virgen.


Detalle de la Adoración de los Reyes Magos. Las arquitecturas que decoran el fondo de la escena son muy italianizantes, así como la representación del jinete y las vestiduras de los personajes, todo ello dentro del inicio del Renacimiento italiano del siglo XV. La figura de la Virgen está muy idealizada, rasgo que denota mayor modernidad.

Decoración vegetal de una de las dos peanas que se sitúan en el sotabanco, debajo de los dos relieves de la Predicación de San Victorián y la Matanza de los Inocentes.

Sobre los relieves de la predela calados doseles de tracería gótica. Y sobre éstas una doble cornisa separa la predela del cuerpo del retablo.

El cuerpo del retablo dividido en tres calles en las que se representan altorrelieves de la vida de Cristo, separados por finas columnillas sobre las que reposan esculturas de santas mártires.


El guardapolvo, realizado por el taller del maestro tallista francisco Arnal de Huesca en 1862, rodea este cuerpo principal. Es de madera tallada decorado con cardinas doradas sobre un fondo azulado, imitando el guardapolvo original, dentro del estilo gótico-tardío.


En el centro el Juicio Final, a la izquierda la Transfiguración; y a la derecha la Ascensión. Cada una de las escenas de este cuerpo principal se corona con un doselete calado de tradición tardogótica.

En la parte central se representa el Juicio Final, en dos niveles separados con un relieve representando nubes. En la zona inferior la parte terrenal, en la que podemos ver a San Miguel recibiendo las almas de los justos, luchando contra los demonios que intentan llevarse las almas de los difuntos.


En la superior se representa la zona celestial, Cristo Juez, con el torso desnudo, apoyándose sobre la bola del mundo, bajo la cual aparece la figura de un ángel orando. A ambos lados de Cristo la Virgen y San Juan, arrodillados; y a derecha e izquierda los Apóstoles contemplando la escena. En la parte superior de la escena dos ángeles trompeteros (uno de ellos desaparecido), anuncian el Juicio Final.

En el lateral izquierdo: la Transfiguración, que al igual que la escena principal, está dividida en dos niveles, el celestial en la parte superior con Jesucristo entre Moisés y Elías; y en la parte inferior, San Pedro, San Juan y Santiago en el monte Tabor.

En el lateral derecho: la Ascensión. Jesús entre ángeles ascendiendo a los cielos; y en la parte inferior o terrenal, separada por nubes, San Mateo, San Lucas y San Juan, observando el acontecimiento.



BIBLIOGRAFÍA:


-JOSÉ Mª NASARRE LÓPEZ; Y SUSANA VILLACAMPA SANVICENTE: “El Museo Diocesano de Huesca”, Zaragoza, Artigrama, nº 29, 2014:

https://www.unizar.es/artigrama/pdf/29/2monografico/03.pdf


-Mª MAR MAIRAL DOMÍNGUEZ: “Obras en el monasterio de Montearagón (1859-1870):

file:///C:/Users/Usuario/Downloads/Dialnet-ObrasEnElMonasterioDeMontearagon18591870-615536.pdf


-Vista virtual de la iglesia del castillo de Montearagón, donde se ubicaba el retablo antes de la Desamortización:

http://www.aragonvirtual.es/_panotours/castillo_montearagon/?s=pano8698.


-http://www.patrimonioculturaldearagon.es/bienes-culturales/retablo-del-juicio-final-museo-diocesano-de-huesca

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