El cielo carmesí.

De vez en cuando los Hados, y los fenómenos atmosféricos, nos permiten contemplar unos atardeceres que te mueven el espíritu. Hoy ha sido uno de esos días. Maravilloso.

En las cuatro primeras imágenes os pongo la poesía "El otro cielo" del gran poeta uruguayo Mario Benedetti, uno de mis escritores de "cabecera". ¡Pequeño, pero que Grande, Benedetti!.

Las que pongo G.F.S., son pensamientos propios; y la última poesía es del poeta gaditano Rafael Alberti: de su obra "Marinero en tierra", la Nana de la Cigüeña.

Espero que os guste.

No existe esponja para lavar el cielo pero aunque pudieras enjabonarlo y luego echarle baldes y baldes de mar y colgarlo al sol para que se seque siempre faltaría el pájaro en silencio... [if !supportLineBreakNewLine] [endif]

...No existen métodos para tocar el cielo pero aunque te estiraras como una palma y lograras rozarlo en tus delirios y supieras al fin como es al tacto siempre te faltaría la nube de algodón... [if !supportLineBreakNewLine] [endif]

...No existe un puente para cruzar el cielo pero aunque consiguieras llegar a la otra orilla a fuerza de memoria y pronósticos y comprobaras que no es tan difícil siempre te faltaría el pino del crepúsculo... [if !supportLineBreakNewLine] [endif]

...Eso es porque se trata de un cielo que no es tuyo aunque sea impetuoso y desgarrado en cambio cuando llegue al que te pertenece no lo querrás lavar ni tocar ni cruzar pero estarán el pájaro y la nube y el pino... [if !supportLineBreakNewLine] [endif]

Y el cielo se tiñó de un rojo carmesí

Mientras el sol se ocultaba.

De los rojos fragmentos de ese cielo,

Mañana renacerán mis esperanzas y mis anhelos. (G.F. S.)

Pues a pesar de los contratiempos, tristezas y preocupaciones, la vida sigue y los milagros aún pueden suceder; como lo intuye, en este maravilloso cielo, la cigüeña Patas Largas regresando a su nido. (G. F. S.).